El día que decidí cruzar el puente...
Gabriela García Espinosa

El día que decidí cruzar el puente...

Llegó el día en el que decidí cruzar el puente, un puente que para mí nunca había existido, o al menos, yo nunca había visto, o no hubiese querido ver.

El puente de desaprender para aprender.

Era el puente que estaba inmerso en una oscuridad dentro de mi mente, es invisible pero llamativo.

Es momento de cruzarlo -me dije-, toma el reto hacia ti misma y deja atrás lo conocido por descubrir lo desconocido.

Es el tiempo perfecto, busca ayuda, alguien que haya vivido eso y esté listo para mostrarte ese camino, es momento de que tus sueños se conviertan en objetivos.

A pesar del temor que sentía, y con un miedo inmenso, me estoy atreviendo, estoy lista y dispuesta a descubrir cosas que no quería ver, decidí continuar el camino, y adentrarme en un proceso de introspección en mi mente y en mi ser, descubrir nuevas ideas y capacidades para lograr nuevas experiencias.

Llevaba años juzgándome y criticándome, el problema comenzó cuando acepté menos de lo que yo era capaz de lograr.

Atravesé los prejuicios de mis padres para estudiar una carrera universitaria, atravesé medio país para poder vivir y conocer nueva gente y nuevas experiencias y no conformarme con la vida que todo mundo cree que se tiene que vivir.

Conseguí un gran trabajo dónde tuve muchas iniciativas y me cambió la vida para ser mejor y tener la capacidad de retarme y poder superarme a mi misma. Las circunstancias cambiaron y la forma en que nos movemos también, decidí criar a un hijo sola, porque preferí darle un buen ejemplo de amor verdadero a que romantizara el maltrato con un estilo de vida  que la sociedad cree correcta.

Dejé en pausa mi vida personal y profesional, creyendo que lo que tenía era lo único que podría ser o me podría pasar, pero somos capaces de ser más que eso, podemos lograr todos nuestros objetivos que nos planteemos, ahora estoy a punto de titularme de una maestría, seamos capaces de lograr nuestra independencia a base de esfuerzos y dedicación, no de contactos, hagámonos valer por lo que somos, no por la gente que se mueve a nuestro alrededor, forjémonos una vida digna, porque somos capaces de lograr y cruzar más puentes, el secreto está en convertir la mente que es poderosa y lograr alcanzar nuestra visión, esas metas, y no dejar de crecer y desarrollarnos y dar gracias cada día por todo lo que ha lo largo de la vida, hemos sido capaces de construir, nuestro trabajo o nuestro puesto, no nos define, sino la grandeza que tu puedas sembrar en alguien más.

Gabriela García Espinosa  

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