EL EFECTO MARIPOSA: AHORA TOCA BLUESKY
José Luis Orihuela, Profesor del MCPC
La enésima crisis de Twitter/X provoca otra gran migración de usuarios, esta vez hacia Bluesky. El ecosistema de las redes vuelve a cambiar, mientras los ciudadanos digitales se preguntan, una vez más, qué hay que hacer.
Los ciclos de la red
A lo largo de la historia de las redes sociales se han sucedido los ciclos de migraciones de usuarios entre plataformas. De los foros a los blogs, luego a los sitios para compartir fotos, a los videoblogs, a los microblogs, a los pódcast, a las newsletters, a la mensajería instantánea, a las redes profesionales, a las académicas y vuelta a empezar. Después de todo, acabaremos por reconocer que las fuentes RSS fueron un gran invento.
Cuando Elon Musk desembarcó en Twitter en octubre de 2022, y comenzó a desmontar la compañía y a ahuyentar a sus usuarios más fieles, el destino estrella fue otra red de microblogging que estaba en sus antípodas: Mastodon.
Los usuarios de la red comenzaron a ser conscientes de que había que dejar de centrarse en las plataformas y apostar por los protocolos. Mastodon mostró el camino hacia las redes distribuidas, basadas en software libre y protocolos abiertos, que permitían volver a hacer de internet un espacio interoperable, una federación, y no un club privado.
La nueva ola
Reconvertida la compañía en X y su director general en un activista político, tras las elecciones estadounidenses del 5 de noviembre se inicia una migración masiva de usuarios que, esta vez, se orientan hacia una plataforma que había nacido como un proyecto dentro de Twitter para explorar el potencial de las redes distribuidas y los protocolos abiertos: Bluesky.
A diferencia de la anterior migración, en este caso la ola se dirige hacia una plataforma financiada por inversores privados y capital riesgo que, de momento, ofrece un servicio gratuito y sin publicidad. Ya sabemos quiénes somos el producto.
Una de las grandes paradojas de las migraciones es que los usuarios no se inclinan necesariamente por la mejor opción desde el punto de vista técnico o filosófico, sino por aquella alternativa escogida mayoritariamente por su círculo de referencia.
En cierta forma es absurdo marcharse airadamente de X e ir a parar a otras plataformas comerciales que siguen controladas por sus propietarios y no por sus usuarios.
Las noticias de los últimos días acerca del vertiginoso crecimiento de Bluesky (al momento de escribir estas líneas, a punto de alcanzar los 24M de usuarios), en sinergia con los anunciados abandonos de X por parte de grandes empresas, medios de comunicación, influyentes y universidades, han sembrado el desconcierto entre propios y extraños y nadie parece saber muy bien a qué atenerse.
¿Hay que irse de X?
Ante todo, hay que matizar un poco los proclamados abandonos de la plataforma. Es necesario distinguir entre eliminar una cuenta y dejar de publicar contenidos manteniendo la cuenta activa (que es lo que realmente ha sucedido con The Guardian y La Vanguardia, por ejemplo).
Aunque hay que protegerla, no es conveniente eliminar la cuenta en la medida en que X puede volver a asignar el username desocupado a un nuevo usuario que lo solicite, lo que conlleva potenciales riesgos reputacionales.
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Seguir publicando en X o no hacerlo es opcional, pero abandonar a su suerte una marca personal o corporativa en una red social es casi siempre una mala decisión.
¿Por qué los usuarios están migrando a Bluesky?
En Bluesky la experiencia de la plataforma, como ocurría en los comienzos de Twitter, depende de las decisiones del usuario: el contenido de la cronología (timeline) es una función de las cuentas seguidas y no está mediado algorítmicamente.
De hecho, en esta red, tanto los algoritmos de contenidos (feeds) como las listas de moderación (labelers) funcionan de manera comunitaria, no centralizada.
¿Qué futuro tiene Bluesky?
El ecosistema del microblogging se debate actualmente entre cuatro plataformas: X, Threads, Mastodon y Bluesky. Las dos primeras son redes centralizadas con software propietario gobernadas por multimillonarios excéntricos.
Mastodon debería ser el futuro, pero sigue sin contar con el respaldo masivo de los usuarios debido a sus peculiaridades técnicas y culturales. Y Bluesky deberá ir gestionando su propia crisis de crecimiento para poder escalar y encontrar vías de retorno para sus inversores sin dañar la experiencia de sus usuarios. Es previsible que más pronto que tarde comience a ofrecer servicios premium.
¿Qué hemos aprendido de las sucesivas crisis de las redes sociales?
La historia de las redes sociales muestra cómo los usuarios de las plataformas ¿gratuitas? acabamos cometiendo siempre los mismos errores, entregando nuestro tiempo, nuestros datos y nuestro contenido a unas empresas que primero los convierten en dinero y, luego, directamente se los apropian.
Ahora mismo, por ejemplo, no somos dueños de nuestras comunidades en X o en Instagram: nuestros contenidos no se muestran a todos nuestros seguidores. El mensaje que nos envían las plataformas comerciales es que si queremos alcance, en adelante, tendremos que pagarlo.
Durante mucho tiempo pensamos que en Twitter estábamos construyendo un ágora planetaria, hasta que descubrimos que habíamos quedado atrapados en el jardín vallado de un multimillonario con ambiciones políticas.
Si algo debiéramos haber aprendido a lo largo de estos años, es que como usuarios y como creadores de contenidos, deberíamos optar por protocolos que nos permitan gestionar, conservar y transportar nuestros datos, contenidos y comunidades, más allá de las plataformas y de sus cajas negras.
Por eso retornan las fuentes RSS, y por eso triunfan los pódcast y las newsletters: constituyen un baipás a la tiranía de los algoritmos.
Mientras tanto, en Bluesky hemos recuperado un entorno de conversación que hace mucho tiempo se venía degradando en Twitter/X; se está restaurando también el ecosistema de desarrolladores alrededor de una API abierta, y hay cada vez más herramientas que permiten a los usuarios una gestión personalizada y descentralizada de esa red.
La gran incógnita, una vez más, será saber quién acabará pagando la fiesta.
Director fundador en Ediciones e Iniciativas El Pilar
1 mesInteresante felicitaciones.
IESE EMBA | Program Manager - Programas Máster Facultad de Económicas
1 mesBluesky es muy interesante, sobre todo si amas la censura