El enorme potencial de América Latina en la era de la Economía Circular y la Cuarta Revolución Industrial
Estamos en un momento de la historia donde necesitamos rediseñar todos nuestros sistemas productivos para generar un mundo lleno de abundancia en vez de lleno de tragedias como el Cambio Climático, las islas de Plástico, el hambre, la pobreza y otros problemas a los que nos enfrentamos y que hacen parte de la agenda 2030 de Naciones Unidas (conocida como los Objetivos de Desarrollo Sostenible).
Hay que rediseñar los procesos, productos, materias primas, sistemas y servicios. En este punto del desarrollo hay que dar un giro importante a la economía y América Latina tiene un enorme potencial para ofrecer y para participar en esta carrera que por ahora se centra en evitar que la temperatura media de la tierra aumente por encima de 2 grados centígrados y que también tiene que ver con la salud y calidad de vida en las ciudades, proteger y recuperar y restaurar algunos ecosistemas. entre otros muchos retos.
En primer lugar, la posición geográfica de América Latina la pone en un lugar en la que puede ser un proveedor de materias primas. muchas de base biológica y otras de base mineral para la construcción de los nuevos materiales. Además cuenta aún con la selva del Amazonas que ha jugado un papel fundamental durante los últimos 10 años amortizando las emisiones de CO2. Nuestras biofábricas están allí esperando a que las ajustemos y las pongamos a producir, sólo que no las hemos notado por estar pendientes de una industrialización en la que aún tenemos rezagos, afortunadamente.
Siguiendo con la posición geográfica, está el tema de las energías renovables y principalmente la solar. Los costos de los paneles solares y los componentes necesarios para tener este tipo de plantas generadoras están en el punto donde hay que aprovechar para generar la suficiente energía necesaria para cubrir el crecimiento de los próximos años y se han dado pasos gigantes para mejorar los sistemas de almacenamiento de energías.
Otro potencial latente son nuestras comunidades indígenas con sus saberes milenarios y su resistencia a muchos cambios propuestos por el desarrollo económico que nos ha acompañado desde la primera revolución industrial. Seguido a esto tenemos a las personas que a pesar de la malicia tienen un gran sentido de servicio y ganas de progresar. Tenemos un potencial de resiliencia alto gracias a nuestra gente y considero que mucho de esto lo pudimos ver durante las semanas posteriores al terremoto en México.
El potencial minero es otro elemento clave. Nuestras tierras son ricas en minerales y tenemos que empezar a cambiar las prácticas mineras para reducir al máximo la contaminación de las fuentes hídricas, el suelo y el aire. Tenemos que rediseñar los procesos de extracción a gran escala para ponerlos en control. Podremos utilizar ese conocimiento de los artesanos, unido con la ciencia moderna y los grandes aportes de la ingeniería para hacer de esta actividad una que sea segura y sin contaminación.
Los índices de pobreza (el 29% de la población latinoamericana vive en condiciones de pobreza) y el valor de la mano de obra es también un potencial para la economía circular. Mientras que desarrollamos esos grandes robots que reemplazaran a los humanos en las actividades de alto riesgo y donde se necesite grandes destrezas y mucha precisión, necesitaremos de las manos de las personas y sus habilidades.
El rezago en educación también es una oportunidad. Primero para finalmente entender y poner en práctica aquello de las diferentes formas de aprender de las personas y poder unir las necesidades industriales y comerciales con la academia. Además generar condiciones de educación de calidad que hacen que el modelo de negocio de la educación tenga que repensarse para beneficiar a las personas para su crecimiento personal y profesional.
Cabe mencionar que en América Latina muchos de los países ya cuentan con la concentración de más del 70% de su población en ciudades y tenemos allí un potencial también para enseñar al mundo de la forma como se deben diseñar las nuevas megaciudades y cómo enfrentar algunos conflictos sociales que tan sólo se empiezan a visualizar en otras partes del mundo.
Tenemos todo por hacer y todo el potencial para hacerlo. En esta carrera corremos con muchas oportunidades para demostrar que somos parte de la solución y que contamos con las ideas, la innovación, la formación y los recursos para generar un gran cambio en la humanidad. Ahora que se avecinan las elecciones presidenciales en gran parte de América Latina estos temas tienen que estar en las agendas y se debe empezar a construir el cambio, recordando que la política surgió para servir a las personas y no para generar beneficios propios que siguen contribuyendo a la generación de más inequidad.
Para conocer más del potencial de América Latina frente a la Economía Circular y la Cuarta Revolución Industrial, los invito a que asistan el próximo 29 y 30 de noviembre a Medellín al Foro de las Américas de la Economía Circular (www.cefa2017.com).