El escriba, el gigante y la princesa
Mariano Pagés Candioti
Transitemos juntos ese recorrido por la escritura; te muestro los artificios y las técnicas para producir textos memorables, después seguís solo. Yo solo soy una muleta.
Nuestro héroe nace en una familia humilde, lo único de valor en esa casa son unas cuartillas de papel, algunas plumas y un caballo. Su padre le enseña el oficio: copiar, escribir. El viejo sostiene su familia trabajando como copista de la corte.
Ya convertido en escribiente, se aleja de su casa montado en caballo hacia comarcas desconocidas para escribir historias y así ganarse la vida, pero solo una historia no tiene permitida contar, la del gigante y el dragón alado que amenaza al reino con raptar a la princesa.
El gigante vanidoso, mediante ardides y engaños, lo convence para que cuente sus historias de dragones y doncellas. El héroe termina siendo víctima de las artimañas del villano y así comienza a escribir la historia que le prohibieron contar.
Termina siendo cómplice de los planes del gigante y lo ayuda a trazar el itinerario que debe recorrer para llegar al palacio; el héroe reconoce su error e intenta repararlo escribiendo otro final.
Se ha quedado sin papel y sin tinta, debe remediar la falta y para eso parte hacia el poblado; los habitantes de la aldea le ofrecen tinta y papel con la condición de que escriba un final diferente, la princesa a salvo y el gigante encerrado en la torre del palacio. El héroe entonces se propone compensar el error que cometió y reescribe la historia del gigante, pero no tal cual la pretende el villano.
El gigante se entera de sus propósitos y lo deja encerrado en su morada retirándole las plumas y el papel, y es ahí donde encuentra una carbonilla y sobre la pared tuerce el rumbo de los acontecimientos. Ya entrada la noche se escabulle por una ventana diminuta que el gigante olvidó cerrar. Nuestro héroe entonces recupera el caballo y regresa a la casa de sus padres. Parte a la madrugada cuando el gigante descansa, pero al salir los ruidos lo despiertan y entonces comienza a perseguirlo a pie.
El caballo se lastima una pata y no puede seguir, nuestro héroe queda expuesto y una mujer que pasa a su lado lo convierte en sapo, los peligros ahora son otros.
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El gigante desiste de la persecución y vuelve a su casa malhumorado, la guardia imperial lo atrapa y lo hace prisionero.
El escriba, ahora convertido en sapo, después de andar días enteros, llega a la casa de sus padres y ellos no lo reconocen.
Un habitante del poblado hace creer a todos que fue él quien logró evitar que el gigante secuestre a la princesa. El sapo intenta desmentir la versión del embustero, pero solo puede croar y nadie escucha a un sapo ni sus razones.
El héroe, ahora devenido en sapo, se acerca a su madre y la mira, ella lo levanta del piso y le acaricia el lomo verrugoso y en ese mismo momento se rompe el encantamiento y la madre se reencuentra con su hijo que le cuenta la historia y desmiente la versión del héroe oportunista.
La aldea prepara una cena para agasajar al héroe escribiente, lo colman de presentes y regalos.
Entonces, el amanuense, secretamente enamorado de la princesa amenazada por el gigante, escribe otro final.
La princesa pide conocer al valiente copista que la salvó de las garras del gigante malvado y hace llevarlo al palacio para agradecerle personalmente. La princesa al verlo se enamora y le pide al rey que organice la boda con su salvador.
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¿Quieres dejar tu legado y el bloqueo creativo te ha invadido?, ¿No tienes tiempo? ¿O aún no te sientes preparado? Escríbeme y juntos haremos realidad ese mensaje que quieres dar a conocer al mundo. Yo te presto mis técnicas de escritura y tu aportas las ideas. La historia es tuya, yo solo la concreto. Soy un escritor fantasma de la vieja guardia, un obrero de la palabra, un artesano del lenguaje en reinvención.