El experimento de Milgram: obediencia ciega y ética
En 1961, el psicólogo Stanley Milgram realizó un controversial pero iluminador experimento. Midió la disposición de participantes para obedecer órdenes inmorales de una "autoridad" hasta el punto de infligir dolor a otros.
Los "maestros" debían administrar descargas eléctricas de voltaje creciente a un "aprendiz" (actor) por errores en un test. Aunque no eran reales, los maestros creían estar infligiendo descargas muy dolorosas e incluso potencialmente letales.
Sorprendentemente, el 65% llegó hasta el voltaje máximo de 450v, ante la presión de seguir por parte de la autoridad. Milgram concluyó que las personas pueden actuar en contra de su conciencia si proviene de una figura de autoridad.
Si bien este hallazgo fue importante, el engaño y estrés infligido en los sujetos violaban principios éticos. No se les informó del real propósito del estudio ni se aseguró su bienestar emocional posterior.
El valor científico del descubrimiento se empaña por la ética cuestionable del método. Debe recordarnos que los investigadores tienen el deber moral de siempre anteponer el bienestar, la dignidad y los derechos de los sujetos sobre cualquier otro fin.
Referencias:
- Milgram, S. (1963). Behavioral study of obedience. The Journal of Abnormal and Social Psychology, 67(4), 371-378.
- Miller, A. G. (1986). The obedience experiments: A case study of controversy in social science. Praeger Publishers.
- American Psychological Association. (2017). Ethical principles of psychologists and code of conduct. APA.