El fracaso de Misión vivienda: obligados a cambiar un colchón por una lápida de muerto
Luis Rojas Ponce
Como parte de las políticas gubernamentales del hoy occiso presidente de Venezuela Hugo Rafael Chávez Frías, se creó en el año 2013 la Gran Misión Vivienda, un proyecto que tenía como finalidad construir hogares para familias en estado de vulnerabilidad.
El ministro del Poder Popular para Hábitat y Vivienda, Ildemaro Villaroel, dio a conocer a finales del año 2020 que este proyecto albergaba la vivienda número 3.199.872, sin embargo la realidad de los venezolanos parece ser otras.
En los últimos años el Cementerio General del Sur ubicado en la ciudad de Caracas se ha convertido en el lugar menos idóneo para hallar el descanso eterno, pues el robo de osamenta por parte de delincuentes es desafortunadamente el pan de cada día.
A esa realidad de robos continuos de cadáveres se le suma la desgracia de aquellos que no tienen vivienda y han tenido que cambiar una cama por una lápida de alguien fallecido, una habitación por un mausoleo con cadáveres.
El Cementerio General del Sur se ha convertido en el hogar de múltiples familias que no tienen hogar, así lo deja ver la agencia de noticias AFP y medios locales recientemente, además añaden que no es una realidad nueva en la capital del país petrolero, y que arriba aproximadamente cuatro años.
Según cifras no oficiales el 60 % de las tumbas del cementerio han sido profanadas, sin embargo no hay un pronunciamiento por parte de las entidades gubernamentales.
En los pocos sepulcros que no han sido robados se encuentra Winifer una joven venezolana de tan solo 17 años con su esposo y su hija de escasos meses de vida, quien asegura que toda su vida ha vivido en el cementerio.
Por su parte, Luis de 47 años quien habita con toda su familia en las inmediaciones del Cementerio General del Sur expresa que cuida aproximadamente 37 tumbas y que los familiares de los difuntos le entregan comida a cambio de dicho cuidado.
”Uno le cuida su tumba, se la mantiene barrida, lavadita, limpiecita y los familiares los domingos se te presentan con dos o tres productos de comida. Es mejor dormir aquí que en la calle” concluyó Luis.