El futuro agrícola
Como en una película de un futuro distópico y lejano, podemos imaginar un suelo agotado en nutrientes, super contaminado con fertilizantes y agro tóxicos, con los bosques sub tropicales reducidos por el avance de la agricultura, grandes variaciones climáticas, sequías y calores, seguidos de tremendas lluvias que inundan los cultivos y una genética vegetal modificada cada vez más avanzada para sostener todas estas condiciones. En realidad, este es el panorama que leemos en internet todos los días, año a año. En un cuadro de situación así, los costos irán en aumento y los cultivos y productos orgánicos tendrán cada vez más dificultad para garantizar la promesa proclamada en sus etiquetas. Allí mismo, es donde la hidroponía tiene una posibilidad como próximo eslabón evolutivo.
La cultura de la hidroponia, el desarrollo de plantas sin tierra, alimentadas con una solución de sales minerales justas para su crecimiento dentro de un ambiente controlado, no es nueva y data tal vez de miles de años atrás cuando fue necesario en poblaciones o comunidades aisladas de las zonas fértiles y climas templados. Este antiguo saber se amalgama con la tecnología y el conocimiento actuales. Si bien es cierto que existen altas barreras económicas iniciales, también es cierto que no se ha estudiado a fondo un sistema comercial de abastecimiento a gran escala en la mayoría de los países. No se trata de reemplazar lo actual, sino de contar con tecnologías alternativas. Se puede cultivar casi cualquier cosa sin tierra y las diferencias en calidad, inocuidad y cuidado del medio ambiente son notables y significativas.
Si bien en nuestro país, existen algunos emprendimientos de escala industrial y varios pequeños, estamos bien lejos respecto de por ejemplo, nuestros vecinos del Brasil. El Estado debe empezar a considerar más seriamente esta alternativa, empezando por estudiar un marco normativo que la regule. Este año tuvimos un importante aporte en relación a la Resolución 5/2018* acerca de las buenas prácticas agrícolas (BPA) para los sectores frutícola y hortícola. Sin embargo, el sector hidropónico sigue ausente y precisa de una normativa específica que entienda de los peligros y riesgos del sector. Y que mejor, que empezar ahora cuando todavía no es una práctica masiva y su control podría ser más simple. Entre los puntos de estudio para su regulación sería importante revisar temas como: fuente de agua, BPM, control y manejo de plagas, materiales de contacto con el agua, control de insumos minerales para la preparación de nutrientes, quiénes pueden elaborar nutrientes y su registro, diseño de invernaderos, análisis de peligros y riesgos tipo haccp, definición de escalas productivas y para el caso de producto envasado: rotulado y trazabilidad. La ola del futuro ya está aquí, ojalá podamos surfear en ella.
Por asesoramiento en el tema hidroponia, no deje de contactarme; carlos.leoncini@gmail.com / 11-2719-9856.
*Ref.: Resolución conjunta 5/2018 de la SECRETARÍA DE REGULACIÓN Y GESTIÓN SANITARIA Y SECRETARÍA DE ALIMENTOS Y BIOECONOMÍA. Fecha de publicación 21/11/2018.