El futuro de la profesión de Tecnólogo Médico en Chile.

En enero de este año, la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, promulgó el decreto supremo N°90, el que implica hacer retroceder la salud en el campo del diagnóstico 70 años. Fue en 1948 que se creó la Escuela donde se formaron profesionalmente las personas que estarían dedicadas a la realización de exámenes de laboratorio, citodiagnóstico y radiología en Chile, con el propósito de garantizar la calidad de las prestaciones y asegurar de esta manera la salud pública. En 1960 se traspaso esta escuela a la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile y se creó también la carrera en la Universidad Austral de Chile.

Desde entonces la calidad de los exámenes fue garantizada por el estado chileno a través de la formación de los profesionales del diagnóstico, los tecnólogos médicos. Hoy estos profesionales llegan a los 11.800 a lo largo del país y son los responsables de realizar anualmente más de 200 millones de exámenes , procedimientos y en algunos casos tratamientos. La distribución de los puestos de trabajo de estos profesionales esta mayoritariamente en el sector privado, ya que el sector público solo tiene contratados a 2.450 de estos profesionales en todos los niveles de atención de salud. Esto último se debe a que las políticas de salud pública la mayoría de las veces no consideran la contratación de estos profesionales, a pesar de que alrededor de tres cuartas partes del total de exámenes son realizados en dicho sector.

Durante el gobierno de Sebastián Piñera se dictó la ley de optometría, que incorporó al código sanitario la posibilidad de que los tecnólogos médicos con mención en oftalmología pudiesen recetar lentes y tratar vicios de refracción. Esta modificación y la creación de las unidades de atención primaria oftalmológicas (UAPO) han implicado la resolución de las listas de espera por atención oftalmológica en las comunas donde se han implementado dichas unidades. Un gran acierto que ha permitido que mas de un millón ochocientas mil personas tengan una mejor calidad de vida.

En el mundo desarrollado, profesionales equivalentes han podido desarrollar nuevas competencias y habilidades, contribuyendo de esta manera a disminuir las listas de espera por exámenes y mejorar de esta manera el conjunto de la salud pública. Quizás el mejor de los ejemplos los constituye el Reino Unido, donde los Radiographers (tecnólogos médicos de radiología) han ampliado su campo de acción al informe de radiografías simples y la ejecución e informe de ecografías. Hoy en Inglaterra, el 80% de las ecografías son realizadas e informadas por estos profesionales. Lo mismo ocurre con las radiografías, donde estos profesionales informan mas del 50% de estos exámenes. Chile e Inglaterra comparten un sistema de salud mayoritariamente publico y nuestro sistema es una copia del National Health Service de ese país.

Sin embargo en Chile se dicta el decreto N° 90 y se pretende que auxiliares paramédicos realicen los exámenes radiológicos de las personas que se atienden en el sector público de salud. Cabe entonces preguntarse ¿Esta medida contribuye a mejorar la salud de los chilenos? la respuesta es un categórico NO. Esta medida precariza la atención de los sectores vulnerables de la población, sometiéndolos a un riesgo innecesario y disminuyendo la calidad de la atención. En la practica, esta medida implica la segmentación de nuestra población en ciudadanos de primera, segunda y tercera categoría. Seguramente serán estos últimos lo que se atiendan con estos auxiliares paramédicos.

Por último, no debe entenderse el reclamo contra la promulgación del decreto N° 90 como una lucha en contra de los auxiliares paramédicos, quienes realizan una labor de colaboración en el sistema de salud que valoramos y sin la cual sería imposible exhibir los niveles de atención con que cuenta hoy el sector público. Nuestro reclamo es contra las autoridades, contra la presidenta de la república y la ministra de salud, quienes a pesar de ser médicos y estar conscientes de lo que implica la firma de este decreto, insisten en su aplicación.

Sin duda la profesión de tecnólogo médico se encuentra hoy amenazada en Chile, pero confió en que los tribunales de justicia pondrán en su lugar las cosas, dejando sin efecto los alcances del decreto N°90. También espero que las futuras autoridades y parlamentarios del país nos permitan desarrollar la profesión y cumplir con el rol social que la sociedad nos otorgó el año 1948 cuando ésta se creó.