El futuro de los pagos: ¿qué nos depara el futuro?

Sin duda, el 2020 fue un año tumultuoso en muchos niveles. Los pagos no fueron una excepción: la industria demostró ser notablemente resistente a los cambios económicos drásticos, incluso cuando muchas economías pasaron gran parte del año en confinamiento. Según McKinsey, los ingresos totales por pagos globales en 2020 fueron de $1,9 billones, una disminución del 5 % con respecto a 2019. Sin embargo, para 2025 se espera que los ingresos por pagos globales alcancen aproximadamente $2,5 billones.

Esta suposición de crecimiento apunta a la absorción de pagos en viajes de comercio del consumidor y comercial, lo que establece que los proveedores de pagos obtendrán acceso a oportunidades adyacentes tan grandes como el grupo de ingresos de pagos básicos. Las empresas de tecnología y los competidores del ecosistema ya se están enfocando en estos elementos atractivos (y a menudo menos regulados) de la cadena de valor de los pagos, en lugar de las tarifas tradicionales de intercambio, adquisición y transacción vinculadas a los flujos de pago.

En los últimos años, estamos viviendo cambios importantes en el comportamiento de los pagos: disminución del uso de efectivo, migración del comercio en la tienda al comercio online y adopción de pagos instantáneos. Sin embargo, al mismo tiempo que esto crea nuevas oportunidades para los jugadores de pagos; no está claro cuáles son permanentes y cuáles tienen probabilidad de revertirse.

En este artículo, queremos prepararlo para lo que se viene. ¡Espero que disfrute de su lectura!

Pagos que permiten economías digitales

Los pagos están apoyando el desarrollo de las economías digitales y están impulsando la innovación. El papel de la industria en el fomento de la inclusión se ha convertido en una prioridad importante. En las economías en desarrollo como la gran mayoría de los países de Latino América, los pagos están creciendo más rápido que el promedio mundial y están permitiendo que millones de personas "que no hacen parte del sistema financiero" obtengan acceso a bienes y servicios sin dinero en efectivo.

La reducción de los costos de transacción, la promoción del crecimiento y el apoyo a la transición hacia economías inclusivas y habilitadas digitalmente están llevando a algunos gobiernos a desarrollar infraestructura de pagos como parte de la política industrial para controlar los flujos de dinero y poseer plataformas digitales y de datos.

El pago electrónico está en el epicentro de esta transformación. Como se esperaba, "los volúmenes globales de pagos sin efectivo aumentarán en más del 80 % entre 2020 y 2025, de alrededor de 1 billón de transacciones a casi 1,9 billones, y casi se triplicarán para 2030, según un análisis de PwC y Strategy"

Blockchain y tecnologías de contabilidad distribuida

El sistema de pagos del futuro se basará en la computación en la nube y las herramientas API que vinculan cadenas de bloques para crear redes transfronterizas de alta velocidad: una "internet de valor" a través de la cual los pagos fluyen sin obstáculos, al igual que lo hace la información actualmente en la red mundial. Blockchain se define como un libro de contabilidad compartido e inmutable que facilita el proceso de registro de transacciones y seguimiento de activos en una red comercial.

Esta tecnología promete facilitar servicios de procesamiento de pagos internacionales rápidos, seguros y de bajo costo (y otras transacciones) mediante el uso de libros de contabilidad distribuidos encriptados que brindan una verificación confiable en tiempo real de las transacciones sin la necesidad de intermediarios como bancos corresponsales y cámaras de compensación. La tecnología Blockchain se usó inicialmente para respaldar la moneda digital Bitcoin, pero ahora se está explorando para una amplia variedad de aplicaciones que no involucran bitcoin.

El poder de las API de pagos

Para crear este nuevo sistema de pagos desde cero, las organizaciones (fintech, nuevos participantes y titulares) deberán trabajar junto con los bancos. Sin esa colaboración, la transformación no será posible.

La creación de estas plataformas de pago de próxima generación también requerirá un enfoque basado en API para el desarrollo de productos. Las API no solo facilitarán nuevas formas de pago, sino que también contribuirán a la creación de un ecosistema vibrante donde la colaboración y la personalización pueden florecer.

A escala global, estas organizaciones elegirán desempeñar diferentes roles dentro de estos ecosistemas. Algunos pueden optar por trabajar como proveedores de primera línea, estableciendo relaciones directas con los clientes y construyendo una marca, mientras que otros se centrarán en construir y mantener la infraestructura de pagos.

Es por eso que en este escenario, jugadores como proveedores de pagos, proveedores de aplicaciones y terminales, tienen que asociarse con proveedores de plataformas API para superar los desafíos de construir e integrar sus API para crear sus propias soluciones y agregar nuevo valor para el usuario final. Si bien las API RESTful se han convertido en el estándar de facto en todo el dominio de los servicios financieros, un nuevo marco flexible llamado GraphQL2 está cambiando la forma en que se escriben los contratos de API entre consumidores y proveedores de API.

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