El gran salto: el crecimiento de la inclusión financiera y los pagos digitales durante la pandemia
La inclusión financiera ha avanzado aceleradamente en el contexto de la pandemia en todo el mundo y en particular en América Latina. El reporte Findex 2021 del Banco Mundial pone el foco en el incremento en la tenencia de cuentas bancarias y los pagos digitales. Mejor aún, este auge se ha dado con claras tendencias a la reducción de brechas como las de género.
Las restricciones sociales relacionadas con el Covid-19 estimularon la inclusión financiera, que ha crecido a un ritmo sin precedentes en estos años, dado que el fenómeno ha coincidido con otro proceso acelerado en estos años: la penetración de Internet y los teléfonos inteligentes, así como el desarrollo de plataformas y aplicaciones digitales de servicios financieros y el comercio en línea. El Banco Mundial ha confirmado ese hito con la Base de Datos Global Findex 2021 que acaba de presentar, de la cual destaca el registro de un gran aumento en la adopción de pagos digitales y una expansión global de los servicios financieros formales.
“La revolución digital ha catalizado aumentos en el acceso y el uso de los servicios financieros en todo el mundo, lo que ha significado una transformación en las formas en que las personas realizan y reciben pagos, concretan préstamos y ahorran”, señaló David Malpass, Presidente del Grupo Banco Mundial en el marco de la presentación del reporte.
El Banco Mundial realiza este esfuerzo demoscópico y estadístico desde 2011. Ha sido una fuente definitiva de información sobre el acceso global a los servicios financieros, desde pagos hasta ahorros y préstamos. Esta edición, basada en encuestas representativas a más de 125 mil adultos en 123 economías durante la pandemia, contiene indicadores actualizados y arroja luz y evidencia sobre la situación y los comportamientos de la población en la materia. Sus datos son fundamentales para identificar el estado de las brechas en el acceso y uso de servicios financieros por parte de mujeres y adultos pobres.
El reporte de 2021 muestra que la expansión de los servicios financieros formales abrió oportunidades económicas que han dejado efectos positivos en factores como las disparidades de género en la tenencia de cuentas bancarias, que se redujeron notablemente, además de generar resiliencia en los hogares para lograr una mejor gestión de las crisis financieras.
Al 2021, ya el 76% de los adultos a nivel mundial contaba con una cuenta en un banco, en otro tipo de institución financiera o con algún proveedor de dinero móvil, lo que marca. El aumento es muy importante, desde un 68% en 2017 y un 51% en 2011. El Banco Mundial destaca que el incremento se dio con una distribución equitativa en muchos más países: en estudios anteriores de Findex durante la última década, gran parte del crecimiento se concentraba en India y China; ahora, el porcentaje aumentó en dos dígitos en 34 países en el lapso de cuatro años.
En lo que atañe a los pagos digitales, en economías de ingreso bajo y mediano (sin incluir a China), más del 40% de los adultos que realizaron pagos a comercios minoristas en tiendas o en línea con una tarjeta, un teléfono o Internet lo hicieron por primera vez desde el inicio de la pandemia. Lo mismo ocurrió con más de una tercera parte de los adultos en todas las economías de ingreso bajo y mediano que pagaron una factura de servicios públicos directamente desde una cuenta formal.
Poniéndose al corriente, sobre todo en América Latina
De acuerdo con el reporte, en la actualidad, dos terceras partes de los adultos de todo el mundo realizan o reciben pagos digitales, mientras que la proporción en las economías en desarrollo subió del 35 al 57 por ciento entre 2014 y 2021. En dichas economías, el 71% de los adultos tiene una cuenta en un banco, en otra institución financiera o por medio de un proveedor de dinero móvil, un gran salto respecto al 63% que se registraba en 2017 y al 42% en 2011.
Las cuentas de dinero móvil generaron un gran aumento en la inclusión financiera en África subsahariana. En India, más de 80 millones de adultos realizaron su primer pago digital a comercios minoristas tras el inicio de la pandemia, mientras que en China lo hicieron más de 100 millones. América Latina no se queda atrás en el avance. Al contrario.
En esta parte del mundo se observó un aumento de 18 puntos porcentuales en la tenencia de cuentas desde 2017, el mayor aumento de todas las regiones en desarrollo. Con ello, el 73% de la población latinoamericana adulta ya es titular de una cuenta.
En cuanto a los pagos digitales, también ya tienen una importancia clave en la región, dado que el 40% de los adultos hizo pagos digitales a comercios minoristas en el periodo, incluyendo un 14% de los adultos que realizó dichas operaciones por primera vez durante la pandemia. Asimismo, la pandemia impulsó la adopción digital para el 15% de los adultos de la región que realizó su primer pago de facturas de servicios públicos directamente desde su cuenta por primera vez, más del doble con respecto al promedio en países en desarrollo.
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El Banco Mundial señala que todavía existe una gran área de oportunidad: 150 millones de adultos bancarizados realizó pagos a comercios minoristas solo en efectivo, incluyendo más de 50 millones de adultos bancarizados en Brasil y 16 millones de adultos bancarizados en Colombia.
Avances y un camino todavía largo por recorrer
“El mundo tiene una oportunidad crucial de crear una economía más inclusiva y resiliente y de generar un camino hacia la prosperidad para miles de millones de personas”, afirmó Bill Gates, copresidente de la Fundación Bill y Melinda Gates, una de las organizaciones que financian la base de datos.
Su llamado: “Al invertir en infraestructuras y tecnologías públicas digitales para los sistemas de pagos y de identificación y al actualizar las regulaciones para fomentar la innovación y proteger a los consumidores, los Gobiernos pueden aprovechar el progreso informado en Findex y ampliar el acceso a los servicios financieros para todas aquellas personas que los necesitan”.
Por lo pronto, por primera vez desde que inició el ejercicio estadístico se registra una reducción de las disparidades de género en la tenencia de cuentas, lo que se traduce en mayor privacidad, seguridad y control del dinero para las mujeres. Con base en el último estudio de 2017, la brecha presentó una disminución de siete a cuatro puntos porcentuales a nivel mundial y de nueve a seis puntos en los países de ingreso bajo y mediano.
Ahora, cerca del 36% de los adultos en economías en desarrollo recibe en una cuenta pagos de salarios o del Gobierno, por ventas de productos agrícolas o de remesas internas. Como resalta el Banco Mundial, los datos sugieren que recibir un pago en una cuenta en vez de dinero en efectivo puede servir como despegue para que las personas comiencen a utilizar el sistema financiero formal: el 83% de las personas que recibieron transferencias digitales también usó sus cuentas para hacerlas por su cuenta. Alrededor de dos terceras partes las usaron para la gestión de caja y cerca del 40 % para ahorrar, todo lo cual fomenta el crecimiento del ecosistema financiero.
Con todo, la cuesta hacia la salud financiera todavía es difícil, como concluye el Banco Mundial. A pesar de los avances, solo cerca de la mitad de los adultos en economías de ingreso bajo y mediano señala que puede acceder a dinero adicional durante una emergencia con poca o ninguna dificultad, por lo cual, en su caso, suelen recurrir a fuentes de financiamiento como familiares y amigos.
“La creación de un entorno normativo propicio, la promoción de la digitalización de los pagos y la mayor expansión del acceso a cuentas y servicios financieros formales para las mujeres y los sectores pobres son algunas de las prioridades normativas para mitigar los reveses sufridos en materia de desarrollo a causa de las múltiples crisis actualmente en curso”, expuso el Presidente del Grupo Banco Mundial
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