El futuro del acceso a la salud en América Latina

El futuro del acceso a la salud en América Latina

Por Marina Rojo, Líder de Producto en Osana y Coordinadora del Programa de Innovación Tecnológica en Salud Pública

El futuro del acceso a la salud en América Latina

La región de América Latina y el Caribe suele caracterizarse como una de las más desiguales en el mundo. En materia de acceso a la salud, si bien se han logrado grandes avances en la ampliación de los servicios de atención primaria a las zonas rurales y periurbanas, la inequidad continúa predominando.

Según el estudio "Realizing the right to health in Brazil’s Unified Health System through the lens of breast and cervical cancer", en Brasil se realiza solo el 65% de las mamografías necesarias y el 54% de los Papanicolaou, con una gran variación entre los estados y tasas de detección más bajas entre los grupos más pobres de la sociedad. En Colombia, Pérez-Flórez & Achcar demostraron que la mortalidad por causas cardiovasculares y causas externas se concentra en los municipios con menor nivel socioeconómico.  

Todos estos ejemplos dan cuenta de las consecuencias que la desigualdad tiene en la salud de las personas en Latinoamérica. Una de las principales causas -además de un factor clave de gasto- es la organización fragmentada de los sistemas de salud latinoamericanos: la mayoría de los países conviven con subsistemas que tienen funciones duplicadas de gobernanza, financiamiento y provisión de servicios, como lo señala el Banco Mundial.

Adicionalmente, los sistemas de salud de la región enfrentan los desafíos de, por un lado,  ampliar el acceso a la atención de la salud de una población envejecida y con problemas complejos, donde se combinan enfermedades transmisibles con enfermedades no transmisibles, y por otro, soportar  un incremento de los costos derivados de la incorporación de nuevos medicamentos y otros tipos de tecnología. 


El acceso a la salud: una necesidad básica y universal que no siempre se cumple

Según la Organización Panamericana de la Salud,  el acceso universal a la salud y la cobertura universal de salud implican que todas las personas y las comunidades tengan acceso, sin discriminación alguna, a servicios integrales de salud, que sean: adecuados, oportunos, de calidad, determinados a nivel nacional, de acuerdo con las necesidades, así como a medicamentos de calidad, seguros, eficaces y asequibles.  Al mismo tiempo,  asegura que el uso de esos servicios no expone a los usuarios a dificultades financieras, en particular los grupos en situación  vulnerable.

Es decir, que todas las personas puedan hacer uso de los servicios de salud necesarios, sin implicar un efecto negativo sobre su economía. La realidad nos muestra que esto no está sucediendo. Si bien las inequidades en el acceso a la salud suelen vincularse con la falta de cobertura, existen otros motivos por los cuales las personas no concurrimos a un servicio de salud aunque lo necesitemos, siendo las principales:  

  1. Aceptabilidad: percepción negativa sobre la calidad de la atención y trato del personal
  2. Tiempo de espera: demoras en el centro de atención o tiempo de espera para obtener cita
  3. Conveniencia: que la atención no sea en el momento, lugar o en las condiciones que el paciente necesita.
  4. Disponibilidad: falta de medicamentos o personal de salud
  5. Distancia geográfica: falta de atención cercana
  6. Problemas económicos: incapacidad en el pago por los servicios
  7. Barreras culturales: falta de confianza en los médicos, idioma, preferencia por medicina alternativa, o impedimento por parte de un integrante del hogar

Acorde al estudio Utilizando encuestas de hogares para medir las barreras al acceso a los servicios de salud en las Américas, un tercio de la población experimenta la combinación de múltiples barreras. Entre las principales barreras se encuentran las organizativas (por ej. largos tiempos de espera, horas de atención inadecuadas, requisitos administrativos engorrosos) con un 17,2% y las financieras con el 15,1%. 


La atención médica: hacia un cambio de paradigma

En los últimos años, la transformación digital atravesó a la industria de la salud, acelerando nuevos cambios y realidades. La incorporación de tecnología está cambiando la forma en las que las personas gestionamos nuestra propia salud y también la manera en que los profesionales trabajan. Ahora bien,  ¿Pueden estas transformaciones  mejorar el acceso a la salud y reducir la inequidad? De ser así, ¿cómo? 

Para cada una de las barreras previamente enumeradas hay una o varias soluciones tecnológicas posibles: teleconsultas, portales de pacientes y chatbots acercan las distancias, ahorran tiempo y recursos al automatizar tareas y colaboran a situar a los pacientes en el centro del cuidado.  La tecnología digital fomenta la proactividad de los servicios y posibilita el acceso de comunidades tradicionalmente excluidas en virtud de su ubicación geográfica pero también en términos de diversidad a lo largo de las diferentes edades, géneros y culturas. Por otra lado, también optimiza tiempo de profesionales y pacientes y permite la colaboración, logrando expandirlas fronteras de la investigación.  


Tecnología: un herramienta necesaria para la inclusión

La equidad en el acceso requiere re-pensar y diseñar procesos de cuidado centrados en las diversas necesidades de las personas y no simplemente digitalizar modelos tradicionales de atención. Al respecto, un informe de  Mckinsey señala que las personas que son atendidas mediante modelos centrados en los usuarios reportan mayores niveles de satisfacción con sus proveedores de salud y los pacientes satisfechos tienen una chance 28% menor de cambiar de proveedor; y entre 5 y 6 veces más chances de utilizar otros servicios del mismo proveedor.  

Debemos además, estar atentos a las barreras de acceso que la propia alfabetización digital en sí misma pueda ocasionar, garantizando la conectividad, afordabilidad y accesibilidad a las tecnologías y dispositivos digitales.

En síntesis, podemos decir que, si bien la tecnología habilita el cambio en lo que respecta a la atención de la salud, no es en sí misma garantía de acceso ni de equidad. Es nuestra tarea como profesionales de la salud, innovar en los modelos de atención, gestión, pago y  financiamiento para que, teniendo a la tecnología digital como base, nuestras herramientas y soluciones impacten de manera positiva en el acceso a la salud, de modo que podamos crear una mejor experiencia para los pacientes, reducir la inequidad y lograr una atención médica más inclusiva. 

 

Shirley Dresch

coordinadora de Gabinete Psicopedagógico y Capacitación Docente en Facultad de Medicina UBA

2 años

A trabajar! mucho por hacer! La complejidad de los sistemas de salud actuales y los diversos intereses ...particularmente el económico son las astillas a trabajar ... No dejemos de visibilizar la problemática en todos sus aspectos ...La tecnología ya tiene su lugar en este sistema aunque sea necesario replantear algunas funciones...A seguir acomodando el resto!! Trabajo para heróes ...confío plenamente en M.Rojo...Fuerza para reavivar esa capacidad y esos conocimientos que la llevaron al lugar de líder ...

Andrés L.

Founder & CEO at Osana Salud

2 años

Mucho por hacer! Excelente Marina Rojo 🙏

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