El futuro del comercio está en línea
El E-Commerce no solo ha cambiado los hábitos de compra de las personas a nivel mundial, sino que también el modo en que los vendedores ofrecen sus productos y desarrollan sus canales de venta. Gracias a Internet, y potenciado con el contexto de la pandemia del COVID-19, la posibilidad de conectarse con un vendedor en cualquier punto del planeta ha permitido el acceso a bienes que previamente eran difíciles de encontrar y, sobre todo, ha derribado creencias y temores de la población en general a probar los servicios y compras en línea.
Para tomar dimensión de este vertiginoso cambio en la industria a nivel mundial, según Statista: el portal de estadísticas para datos de mercado, investigaciones de mercado y estudios de mercado, el E-Commerce ha casi triplicado su participación en las ventas del sector minorista en los últimos 7 años. Latinoamérica no fue la excepción, experimentando un crecimiento del 20% promedio anual hasta alcanzar un mercado cercano a los 91 mil millones de dólares en la actualidad. En la región el E-Commerce representa el 11% de los ingresos del sector minorista, siendo México y Brasil los países más desarrollados.
A nivel local, la industria si bien parte de una posición relativa más baja, se encuentra creciendo prácticamente al doble de la tasa de la región. Según cifras de la CAPACE, en el 2022 el sector creció al 35% anual alcanzando los 960 millones de dólares y se encamina a superar la cifra de 1.000 millones hacia el cierre del presente año. Un motor importante ha sido la digitalización de medios de pago (cifra que hoy alcanza al 75% de las compras que se hacen en el canal online) y la apertura de nuevas categorías a la misión de compra digital. Evidencia de este desarrollo, que más de la mitad de la población paraguaya apuesta por las compras online, teniendo en cuenta que el 80% ha realizado por lo menos una compra en los últimos 3 meses. De acuerdo con proyecciones para los próximos 5 años, el país será de los de mayor crecimiento en la región, con una tasa promedio del 56% de crecimiento anual.
Desglosando este crecimiento, si bien se observa un paulatino incremento de participación de empresas locales, vemos que las compras al exterior aún representan una porción importante del mercado, alcanzando el 70% de los ingresos generados. Esto presenta una gran oportunidad de incrementar la recurrencia de compra local puesto que solo el 60% de los consumidores compra de manera frecuente al menos una vez al mes. Este trabajo si bien es responsabilidad principal de las empresas en mejorar la oferta y servicios disponibles, el rol del estado y la red de proveedores resultan partes imprescindibles para el fortalecimiento integral del ecosistema de compra online en nuestro país. El estado en el rol de impulsar el desarrollo de la infraestructura logística, legislación laboral y comercial en torno a la industria digital; y los proveedores entendiendo los nuevos hábitos de compra de los clientes e impulsando procesos para potenciarlos y adaptarse en conjunto con el minorista.
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Desde Plub, identificamos que, para continuar este desarrollo y seguir posicionando el canal digital en la mente del consumidor, los obstáculos con los que se enfrentan los clientes son principalmente la imposibilidad de ver el producto previo a la compra, disponibilidad del stock y amplitud del surtido, demoras y visibilidad de la entrega, la desconfianza en la calidad de los productos frescos y los servicios post venta para darle una ágil posibilidad de devolución y reclamo ante cualquier eventualidad. Todos estos puntos fueron tomados en cuenta en el proceso de construcción de esta nueva experiencia de compra. Desarrollamos un modelo de negocio apalancado en estos pilares, colocando a la experiencia del cliente en el centro. Para Plub, trabajar por y para el cliente ya no es una opción, es la obligación para potenciar el mercado.
En el desafiante camino de desarrollo y crecimiento que el sector tiene por delante, la tecnología tiene un papel clave que desempeñar, y del que seguramente, aún no seamos del todo conscientes sobre su impacto. Siempre teniendo en claro que resulta un medio que debe ser puesto al servicio de mejorar la calidad de vida de miles de personas, democratizando el consumo al brindar equidad en el acceso a los productos y servicios en mejores condiciones.
Por: Juan Pablo Spagnolo, Head of Commercial.