EL IMPOSIBLE PACTO ENTRE IGUALES… CATALUÑA ES ESPAÑA ¡¡¡

  Por más que me esfuerzo no llego a entender cómo Puigdemont, Junqueras y compañía han podido “vender” a la población catalana que era legítima y posible (en términos jurídicos) una secesión de Cataluña del Estado español. Cataluña no es precisamente un “pueblo oprimido” ni antigua colonia de nadie, es sencillamente, una parte de España, con todas las particularidades que se quieran pero no deja de ser esto. El mismo (supuesto) derecho de secesión tendría entonces cualquier provincia catalana respecto de España o de la propia Cataluña, porque este es el lío que se traen con el sentido que quiera darse al concepto de nacionalidad (difuso donde los haya).

Mayor inteligencia han demostrado los dirigentes del país Vasco que, sin revolución alguna y sin arrastrar a nadie, se han sentado en una mesa a negociar, no entre iguales sino entre Comunidad Autónoma y Estado, de lo cual han obtenido buenos réditos (es la Comunidad con menos paro y mayor riqueza de toda España). Esto lo sabían los dirigentes secesionistas catalanes y, sin embargo, se han empecinado en un diálogo entre iguales con el Estado español sabiendo bien que no era posible. Ahora pagan las consecuencias (merecidas porque ellos no tienen la excusa de la ignorancia) y pretenden arrastrar hacia un pozo sin fondo y un precipicio a buena parte de la población catalana que les sigue ciegamente.

Y por cierto, si yo fuese catalán secesionista (lo que evidentemente no soy), al primero que reprocharía su actitud es al Sr. Puigdemont que de honorable no tiene nada, por su vergonzosa y cobarde huida a Bélgica dejando tirados a sus propios compañeros y a los ciudadanos que le seguían. Toda una muestra de gallardía (¿) impropia de quien se erige en líder de cualquier causa…

No sé quién o quienes saldrán de las urnas en las próximas elecciones del 21 de diciembre, pero harían bien en plantearse dos cosas muy importantes. Primera, que la independencia de Cataluña no es viable ni jurídica ni económicamente, siquiera desde el punto de vista internacional (obvio es que tampoco desde el Derecho español) y que bajo esa premisa no se puede instar al Estado español a negociar de “igual a igual”. Segundo, que si lo que se pretende es un mayor nivel de independencia (económica o de competencias) siempre podrán exigir un diálogo como se ha hecho con el País Vasco sin que con ello se cometa delito alguno y llevando todo hacia un cauce de discusión política dentro del marco de la Constitución.

Finalmente, que es legítimo que los partidos políticos se pongan de acuerdo para convocar un referéndum de todos los españoles para reformar nuestra Constitución al menos en lo que atañe al modelo de Estado pudiéndose plantear (por qué no) la trasformación de la España de las Autonomías a un Estado Federal. Una vía que, hace ya mucho tiempo que fue puesta encima de la mesa pero que, de forma incomprensible, no ha vuelto a ser tratada seriamente.