El Prófugo de la Justicia Española, el Catalán Carles Puigdemont, ha Perdido la Inmunidad

El Prófugo de la Justicia Española, el Catalán Carles Puigdemont, ha Perdido la Inmunidad

Escribe: José Angel Lagos-Jiménez -Periodista/Editor The City Newspaper-

BRUSELAS, Bélgica-(Especial para The City Newspaper) Primero, recordemos quién es Carles Puigdemont i Casamajó en el tinglado político español y de Europa entera: nació en Amer, Gerona, Cataluña, el 29 de diciembre de 1962. Fue presidente de la Generalitat (gobierno catalán), del 2016 al 2017, puesto del que fue destituido por el gobierno central por declarar la independencia de España, de su autonomía catalana. Tema en el que profundizaremos en las líneas siguientes. Fue también periodista de diversos medios de prensa de Cataluña y diputado al Parlamento Europeo. Pero quizás su trabajo más relevante o por el que se hizo famoso, fue dentro del ala independentista de Convergencia Democrática de Cataluña (CDC), que le sirvió para desarrollar toda su actividad política reconocida.

           Durante su mandato en la Generalitat, Puigdemont impulsó la celebración ilegal de un referéndum para la independencia de Cataluña; ese acontecimiento sucedió el 1 de octubre del 2017 y, con base en ello, se declaró la independencia unilateral –esto es… sin la aceptación del gobierno central en Madrid-, el 27 del mismo mes y año. Un acto rebelde y sedicioso a todas luces, por lo que fue cesado de su cargo el 28 de octubre del 2017, al amparo de la Orden PAR/1034/2017 de octubre y en aplicación del artículo 155 de la Constitución española de 1978. Lo cual indicó que Puigdemont era prófugo de la justicia y se ordenó de inmediato su búsqueda y captura, acusado de los delitos de rebelión, sedición y malversación de caudales públicos, por actos que se le imputaron en la organización del referéndum y la declaración unilateral de la independencia.

           En vista de lo anterior, el susodicho partió en clara huida hacia Bélgica, debido a que era eurodiputado elegido en el 2019; detrás de sí, dejó una malversación de fondos en la Generalitat por €2,000 millones, por deudas contraídas específicamente con proveedores por motivos personales, del gobierno catalán y del proceso independentista. El escape hacia Bélgica evoca a esas muchas películas de “la guerra fría”, cuando Puigdemont partió de su residencia en Girona, escondido y tapado por un manto en la parte trasera de un auto, dando la impresión de que era un bulto cualquiera y al llegar a Marsella, Francia, subió a un avión con destino a Bruselas para evitar a la justicia española. Una vez en la Capital de Bélgica y de la Unión Europea (UE), exigió garantías de un juicio imparcial y solo así regresaría a España. Una falacia que nunca iba a cumplir, pues sabía que eran tan culpable de los cargos, como el que más… Su verdadera intención que nunca declaró abiertamente, era la de quedarse en Bélgica y trabajar por la independencia catalana desde allí. Su elección fue la de ser un fugitivo, exiliado en Waterloo, donde fijó su residencia. En Cataluña, mientras tanto, los ex compañeros suyos quedaron encarcelados por los mismos cargos, mientras él, Carles Puigdemont, se dedicó a viajar por toda Europa, darse aires de “gran personaje” y evadir a la justicia española.

Retiro de la Inmunidad

           El engorroso y nada recomendable caso de Puigdement ha recobrado importancia en España, debido a las recientes elecciones generales acaecidas en este país y donde los dos candidatos principales no lograron el porcentaje adecuado para formar gobierno, a pesar de que el Partido Popular (PP), ganó estos comicios. Es el mismo movimiento que estaba en el poder, con Mariano Rajoy como presidente, cuando el renegado catalán declaró la independencia de Cataluña y después huyó hacia Bélgica. Y por esas cosas raras de la vida y de la política, Carles Puigdemont podría reelegir al mandatario de España, que es el caso de Pedro Sánchez, del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), amigo de los independentistas, si éste le pidiera su ayuda, su apoyo, con el partido catalán que encabeza, llamado Junts. Es decir, sumando los porcentajes obtenidos con la gente de Puigdement, si éste estuviese de acuerdo en beneficiar a Sánchez, éste podría convertirse nuevamente en presidente español y continuar viviendo en La Moncloa, sede del gobierno de esta nación.

           Lo cierto es que este personaje estrafalario, con su inconfundible melena estilo “Beatle”, un estilo trasnochado de los años 60s., acaba de recibir la infausta noticia de que el Tribunal General de la Unión Europea (TGUE), con sede en Luxenburgo, le retiró definitivamente su inmunidad parlamentaria y también a los eurodiputados de origen catalán y exconsejeros de la Generalitat, Toni Comín y Clara Ponsati; y aquí viene lo peligroso para Puigdemont, porque, sin inmunidad que lo protegía de todo, absolutamente todo desde el punto de vista legal y judicial, ahora el instructor del “procés”, el magistrado del Tribunal Supremo español, Pablo Llarena, puede volver a emitir una orden de detención por toda Europa, en reclamo de su entrega a España.

           En su defensa, su abogado, Gonzalo Boye, ha dicho que “aún queda mucho camino por recorrer en el proceso judicial,” y el mismo Puigdemont señaló que “defenderemos hasta el final nuestros derechos fundamentales” y recurrirá a casación el fallo del TJUE. En este sentido, tienen dos meses de plazo para hacerlo y el tribunal tiene otros seis para pronunciarse; pero la retirada de la inmunidad ya es efectiva y Puigdemont corre el peligro de ser detenido en cualquier lugar de la Unión Europea, incluyendo su propia residencia en Waterloo, por la policía belga. Esto no es un juego y no sabemos hasta qué punto él lo comprende de esa manera. Por su parte, el representante legal Boye ha dicho que su intención inmediata es lograr que se mantenga la inmunidad de sus representados, los tres exdiputados catalanes, hasta que se resuelvan sus casos en forma definitiva. Lo que intenta es detener la orden de captura contra Puigdement, que sería un hecho inminente en los próximos días.

           Una de las tesis de la defensa contra el fallo recién emitido por el tribunal de Luxenburgo, es alegar que ha sido una decisión injusta y al margen de la ley y sostienen que “el Parlamento Europeo incurrió en error al concluir que el referido proceso judicial no se incoó con la intención de dañar la actividad de los diputados”; pero el TGUE, en acto seguido, tumbó la denuncia del propio Puigdemont, quien ha dicho que sufre “persecución política.”

           Una de las reacciones en Cataluña, al conocer la decisión del TGUE de suspender la inmunidad de Puigdemont y los otros dos exparlamentarios europeos catalanes, fue la del presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, quien, en un tuit, reafirmó su apoyo a Carles Puigdemont, a Comín y Ponsati. De tal manera, escribió en la famosa red social: “hay represión contra el independentismo, por querer organizar un referéndum de secesión que no es delito.” Mientras tanto, en la sede del Parlamento Europeo, los tres catalanes afectados por la decisión del TGUE, se presentaron ante los periodistas en una rueda de prensa y reconocieron que “la decisión del TGUE no es la sentencia que deseábamos. No era lo que estábamos esperando, pero no se puede decir que no estuviéramos preparados para este escenario y presentaremos un recurso ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), y, por lo tanto, tocará remontar una situación adversa y confiamos que el recurso de casación sea favorable a nuestros intereses.” Resaltó Carles Puigdemont.

           Por su parte, Ponsati dijo que “ha sido un día difícil, sobre todo para mis compañeros y pido a los partidos independentistas que se dejen de estrategias de pactos con el Gobierno de España y pongan en marcha la independencia (de Cataluña).” Finalmente, Carles Puigdemont criticó la sentencia y a los jueces del TGUE, principalmente “por no comprar ninguno de mis argumentos (…). Y la semana que viene, acudiré al pleno del Parlamento Europeo convocado en Estrasburgo, Francia, a pesar de que ya no tengo inmunidad.” Sin embargo, el abogado de estos tres individuos prófugos de la ley española, insiste en decir que “todavía ellos mantienen la inmunidad para acudir a los plenos de la Eurocámara.” Aunque la única verdad que prevalece es la que argumenta que Puigdemont podrá ser detenido en cualquier lugar de la Unión Europea y en cualquier momento, una vez emitida una nueva orden de captura: sería un espectáculo muy vistoso y aplaudido por millones de españoles (también catalanes), que rechazan de plano la independencia de Cataluña y la corrupción de políticos del corte de este prófugo.

La petición del PSOE a los catalanes renegados

           Pedirle el apoyo, el inmenso favor a este renegado de la realidad, del orden y del sistema democrático español, es improcedente desde todo punto de vista, así lo han externado ex dirigentes de “la vieja guardia” del PSOE, hoy en el poder, o lo que los periodistas, politólogos y analistas españoles han dado por llamar “el socialismo o el socialista clásico.” Ellos no quieren que el gobierno de España dependa de “un prófugo de la justicia.” Así expresado en forma textual “y se tiene que desechar radicalmente.” Agregaron.

           Para la gran mayoría es imperativo, incluso, que Pedro Sánchez quede al margen del gobierno, que no forme al mismo gobierno, que asciendan los Populares, pero que su triunfo, su ascenso eventual, no dependa jamás de un individuo como Carles Puigdemont, quien ha querido partir a España, robándole un gran pedazo al noreste, es decir, Cataluña, y, de paso, usurpó los bienes económicos de la Generalitat, dejándole un espantoso déficit después de haber huido hacia Bélgica, como el prófugo de la justicia que realmente es.

           Una de las soluciones que contemplan los “socialistas clásicos,” radica en que los dos partidos mayoritarios se pongan de acuerdo “para gobernar y llegar a pactos”, según han dicho; pero recriminan la posibilidad de que Pedro Sánchez busque a Puigdemont, que tienda puentes hacia él como presidente de la formación política llamada Junts, para alcanzar el triunfo y continuar gobernando el país. “No queremos ni plantearnos que el árbitro de la política nacional llegue a ser la persona que convocó al referéndum ilegal de independencia en Cataluña y después huyó a Bélgica. Sería inaudito y angustiosamente sorprendente cualquier gobierno de España, que dependiera de un prófugo de la justicia. Esto se tiene que desechar radicalmente. No podemos dar una carta de normalidad a esta cuestión.” Ha dejado escuchar Nicolás Redondo Terreros, ex líder del PSOE en el País Vasco y portavoz del colectivo Fernando de los Ríos, mismo que aglutina a ex ministros y ex dirigentes de la época de Felipe González. Y agregó a sus palabras: “Hay que valorar cuál es la fórmula que se considere más adecuada para alcanzar ese consenso (la gobernabilidad), si apuntan que hay una amplia gama de posibilidades que no provocarían inquietud, zozobra y desasosiego.” Es decir, la opción del partido de Puigdemont, solo problemas contraería a los socialistas desde el momento mismo cuando se establezcan los nexos con él y a lo largo del eventual nuevo gobierno de Pedro Sánchez. Quedaría una enorme mancha sobre la consciencia colectiva, ideológica y política del PSOE, por muchísimos años y que tendría un alto precio por pagar, incluidas derrotas y más derrotas futuras, una y otra vez.

           Es cuando Redonto Terreros volvió a tomar la palabra para decir: “El margen de acuerdo para que España no vaya a unas elecciones y no dependa de Puigdemont, es muy amplio. ¿Puede ser un Gobierno de coalición? No lo sé. ¿Pueden ser acuerdos de gobernabilidad y no lleguen a la coalición? Puede ser casi todo si tienen la capacidad de renunciar a los intereses más íntimos y más triviales. Yo, desde luego lo veo claro: en la situación en la que está él (Sánchez), mañana mismo me reunía con el señor Alberto Núñez Feijóo, sin apriorismos míos y sin apriorismos suyos y hablaría con él largo y tendido. Y a mi partido lo sacaría de las relaciones contaminantes que puede tener con partidos como el de Puigdemont. Actuar desde los extremos, sería un error de cara al futuro. La estrategia de confrontación los alimenta.” Recalcitró el ex dirigente vasco del PSOE.

           A manera de analogías, pedirle un favor político a Puigdemont en España, sería algo así como solicitarle el apoyo al Ku-Klux-Klan en los Estados Unidos, de parte de los republicanos, por ejemplo. O que un partido de Corea del Sur intente el apoyo político del partido comunista y criminal de Corea del Norte. Sino observemos “el basural” que está removiendo y esparciendo el presidente corrupto y excarcelado de Brasil, Lula da Silva, al tratar de blanquear a los dictadores de Venezuela y Nicaragua, porque, cada vez que lo intenta, los desperdicios, la inmundicia, “el estercolero” de ambas dictaduras, lo salpican a él y a su gobierno comunista asentado en Brasilia. Sería improcedente para el PSOE y también para España, intentarlo siquiera, porque la imagen de un partido político es muy importante, entre otras cosas porque el votante, el ciudadano sencillo de la calle, lo nota, lo deplora, lo recrimina y lo rechaza en las elecciones siguientes, no votando por el partido que se unió al corrupto, al perseguido por la justicia o al sedicioso, que en el caso español lleva por nombre Carles Puigdemont i Casamajó, el dueño de una celda todavía vacía en una penitenciaría en Madrid y que espera por él.

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