EL JUGADOR-IDEA Y EL JUGADOR-TRABAJO
Hay quien lo lleva bien. Pero muchos no lo soportan. Es uno de los factores que rompen la armonía del vestuario. Alfred Julbe, gran conocedor del deporte colectivo, lo expresaba mejor que nadie: “Hay jugadores que no saben convivir con la diferencia salarial”.
Para evitar que el grupo pierda la cohesión y para conocimiento de los que aún pueden elegir su futuro dando patadas al balón, encestando canastas o metiéndose en una melé, hay que dejar claro que dentro de la maraña de clases, tipos y especies de jugadores existen dos grandes categorías: el jugador-idea y el jugador-trabajo.
La diferencia es obvia, pero conviene recordarla. Al jugador-idea se le remunera por la calidad de lo que hace, mientras que al jugador-trabajo se le paga por la cantidad de lo que realiza. El primero depende de la calidad de sus decisiones y el segundo depende de su esfuerzo constante. Uno piensa con intensidad y el otro trabaja duro. Uno, cuando hace las cosas bien, marca diferencias y parece que hace deporte en voz alta. El otro, cuando tiene un buen día, apenas es un susurro y nadie repara en él.
El deporte colectivo es un reflejo de la sociedad: se paga el talento. Así que, ya sabes, ahora te toca a ti elegir si quieres ser un jugador-idea o un jugador-trabajo. Yo siempre pertenecí a la segunda categoría porque nadie me informó antes.
HR Ops lead in UK Health Security Agency
6 añosParece que, de cualquier forma, el trabajo duro ha aflorado el talento. Buen artículo.