El líder adecuado

El líder adecuado

Este post va de liderazgo. Y será breve, porque tampoco hay mucho que decir.

A la hora de elegir un líder (y vamos a centrarlo en nombrar un responsable) para un equipo, hay dos factores básicos a tener en cuenta:

  • La persona que va a ser responsable
  • El equipo al frente del que se va a poner

Dicho esto, el líder idóneo será aquel que lo sea. Sé que abuso de las tautologías, pero es que, en muchas ocasiones, se dan vueltas y vueltas sobre temas cuando las respuestas son obvias.

En función de la composición del equipo, el líder ideal será aquel que sepa combinar las capacidades de todos los individuos de forma óptima, de manera que se obtengan los mejores resultados posibles con el menor consumo de recursos. Y el líder ideal será aquel capaz de hacerlo.

Basta con ver, por ejemplo, lo que pasa en un equipo de fútbol. Un equipo que va arrastrándose, funciona mal y no obtiene resultados. En un momento dado, se decide cambiar al entrenador. ¡Oh maravilla!, el equipo comienza a funcionar y consigue alcanzar un buen resultado a final de temporada. Seguimos al año siguiente: el equipo se refuerza, hay expectativas de hacer una buena temporada y mantenemos al entrenador que lo hizo bien. Pero nuevamente, el equipo se desinfla y cambiamos de entrenador.

¿Qué pasó? Que el entrenador capaz de salvar al equipo del descenso sabía motivar a equipos en situaciones complejas en las que la supervivencia estaba en juego; pero no tenía esa misma capacidad para motivar a otro tipo de jugadores con mayores aspiraciones. Era capaz de jugar con estrategias basadas en presionar y destruir el juego del contrario y aprovechar los contraataques; pero no sabía cómo crear un estilo de juego abierto y ofensivo.

Del mismo modo, hay equipos formados por individuos creativos y comprometidos con los que la mejor estrategia es dejarles hacer lo que ellos quieren; otros exigen que alguien les meta en cintura y les presione; en otros habrá que ver las dinámicas internas y pulsar los resortes adecuados, etc. cada uno necesitaría un líder diferente.

Es un poco como encontrar pareja; una pareja funciona bien cuando los dos individuos son adecuados el uno para el otro y ambos se complementan y se construyen el uno al otro, con independencia de que sean más guapos, más  graciosos o les haya ido mejor o peor antes de encontrarse.

Eso sí, creo que hay dos características (aparte de un mínimo conocimiento de las características técnicas del trabajo a realizar) que sí que debe tener un buen líder:

  • Alta dosis de inteligencia emocional (o interpersonal e intrapersonal según Gardner), para saber comprender como funciona la gente y qué botones tiene que pulsar para que se hagan las cosas.
  • Vocación de mando: Pocas cosas hay más ineficaces que alguien haciendo un trabajo que realmente no es lo que quiere hacer.

Y a partir de ahí, hablamos.

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