El limitado poder de un título profesional
Cada año, las universidades les dicen a los jóvenes que si estudian una carrera profesional tendrán un mejor futuro. Bueno, en realidad, la sociedad entera lo dice. Pero ¿es cierto? Creo que esta simple pregunta genera un gran debate. Algunos dirán que sí y otros que no, cada uno basándose en su experiencia.
Cuando alguien está cursando sus estudios profesionales, supone que cuando termine encontrará fácilmente un empleo y se considera digno de percibir un sueldo jugoso por poseer un título profesional. Obviamente, la realidad termina rompiendo su corazón, puesto que las empresas no prestan únicamente atención a lo que dice un papel expedido por una institución educativa.
Si somos sinceros, un título tiene un efecto muy limitado y efímero en el mundo laboral. Es tan fugaz que uno se cuestiona si vale la pena mortificarse durante tres, cuatro, cinco o hasta más años con tal de conseguirlo. Porque, volvamos a ser sinceros, hay otros aspectos que ejercen una mayor influencia a la hora de ganarse un lugar en una organización. ¿Cuáles son esos otros aspectos?
El primero, y el más famoso, es contar con experiencia. Los recién egresados se topan de inmediato con este hecho. Todos los puestos a los que pudieran aplicar por sus estudios, exigen experiencia para poder ocuparlos. Cinco años de carrera se ven fácilmente opacados por cinco años de trabajo. Es aquí donde queda manifiesta la principal falla de las universidades, que son ambientes donde se enseña lo teórico y no lo que de verdad se requiere.
Hay programas, métodos, herramientas o habilidades que únicamente se aprenden en el trabajo. Por lo tanto, los recién egresados quedan en desventaja en el mercado laboral frente a quienes ya han trabajado. Y es que, en la mayoría de los casos, las empresas no están muy dispuestas a hacer que los jóvenes generen esa experiencia, es decir, no les brindan las oportunidades para mostrar lo que tienen, pues prefieren ir a lo seguro, lo cual es compresible.
El segundo aspecto que influye mucho en los procesos de selección de personal es el manejo de otro idioma. En cuanto a México, el idioma que más se pide a los profesionales es el inglés, esto se debe a que muchas de las grandes compañías son extrajeras. Por lo tanto, aunque se contara con la experiencia necesaria, puede que un candidato sea rechazado por no hablar más que español.
Otra cosa que termina quitándole el encanto a un título profesional, es el hecho de que, así como se gradúa un grupo de personas en una universidad, lo hacen otros en otras. Esto quiere decir que hay muchos profesionales. Lo lamentable, es que el número de ofertas de empleo es demasiado bajo. Por consiguiente, la competencia es dura.
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Aunado a lo anterior, debemos tener en cuenta que los puestos profesionales tienen una muy baja rotación. Los cargos que quedan frecuentemente desocupados son los operativos debido a las condiciones en que se realizan. Además, si somos realistas, las empresas se esfuerzan en buscar personal técnico, puesto que, a veces, los profesionales son traídos de lugares diferentes, ya sea de dentro o fuera del país en el que se encuentran.
Algo más que nos puede hacer dudar de lo útil que es un título es nada más ni nada menos que el nepotismo, sí, las famosas «palancas». ¿Cuántos de nosotros nos hemos enterado de personas que llegaron a sus cargos por ser familiares o amigos de alguien dentro de una organización? En mi opinión, todos. Es algo muy conocido y, creo que, hasta muy difundido, esto es, que los expertos aconsejan crear contactos que favorezcan nuestra colocación laboral.
El asunto no acaba ahí. No podemos dejar de lado que muchas de las personas más acaudaladas del mundo ni siquiera estudiaron, sino que lograron sus ambiciones haciendo uso de sus talentos. Y he aquí algo gracioso, pues en las escuelas se les habla muchas veces a los jóvenes sobre estos personajes para motivarlos.
Viendo este panorama, podríamos decir que es mejor invertir nuestro dinero en abrir un negocio que en ir a la escuela. Sin embargo, la idea tampoco es esa. Siendo así, ¿cuál es? Bueno, un título profesional es beneficioso cuando también se cubre, y manejan, los otros aspectos que se mencionaron en este texto.
Los jóvenes deben interesarse desde muy temprano en encontrar las áreas que son de su interés para que pueden ir desarrollando las habilidades que van a requerir. Aparte, cuando estén cursando sus estudios universitarios deben buscar empleos de medio tiempo que se apeguen a su plan de vida. Aquí hay algo importante, se debe tomar en serio la elaboración de un plan de carrera.
Para resumir la idea, el efecto de un título profesional se acrecienta cuando sumamos experiencia, aprendemos competencias más allá de lo que se enseña en la escuela, si identificamos un rasgo que nos haga sobresalir entre otros profesionales, si establecemos redes de contactos que no se basen en el favoritismo y pierde su efecto si nada más nos atenemos a él.