El Mundo cambió y ahora....
Si efectivamente, nuestro mundo hoy es muy diferente al de la década pasada. Pero esto siempre fue así, lo que realmente está pasando, es que la velocidad de los cambios es mucho mayor de lo que nuestras organizaciones, sean estas públicas o privadas, son capaces de digerir. En este mundo nuevo, como ha pasado en los Estados Unidos en los últimos años, el 94% de los nuevos empleos creados entre 2005 y 2015, según el banco mundial, no tendrán ninguna “red de seguridad” (seguro médico, seguridad social o vacaciones pagas). Esto nos lleva a cuestionarnos, como podremos establecer nuevos contratos sociales y emocionales que sean relevantes para este nuevo entorno laboral.
Otro aspecto importante, como dice Humberto Finol, es la erupción de una novedad demográfica, parecida a lo que fue la “adolescencia” y que conceptualmente sólo apareció a mediados del siglo XX. “Hoy la gente de 50 60 o 70, como es su costumbre, está estrenando una edad que todavía NO TIENE NOMBRE, antes los de esa edad eran viejos y hoy ya no lo son, están plenos física e intelectualmente, recuerdan la juventud, pero sin nostalgias, porque la juventud también está llena de caídas y nostalgias y ellos lo saben. La gente de 50, 60 y 70 de hoy celebra el Sol cada mañana y sonríe para sí misma muy a menudo… hacen planes con su propia vida, no con la de los demás. Quizás por alguna razón secreta que sólo saben y sabrán los del siglo XXI.” Esto nos forzará a integrar a una gran masa de personas con energía suficiente, de vuelta a nuestras organizaciones, para poder beneficiarnos de la experiencia y sabiduría, de esta nueva fuerza de trabajo.
La Inteligencia Artificial y la robotización robarán millones de empleos y se crearan otros millones. No obstante, ese proceso no será indoloro ni fácil. Probablemente, millones de personas estarán desempleadas antes de adaptarse a un nuevo ciclo de producción. Esto nos coloca, ante el desafío de aumentar la educación financiera de nuestros jóvenes y niños, ya que la forma como hemos gestionado nuestro dinero será radicalmente diferente. Esta labor será de los individuos, pero principalmente de las empresas ya que ellas no podrán garantizar un contrato social y emocional de otra forma, sino por medio de aumentar las capacidades de sus futuros y actuales colaboradores.
La realidad es que la 4ta Revolución Industrial como dice Paolo Gallo “Nos forzará a pensar y actuar de forma diferente. No podemos continuar resolviendo problemas antiguos aplicando métodos y mentes pasados de moda.” Nuestro mayor desafío como gestores, es liberarnos de los métodos de gestión que conocemos, ya que fueron inventados en el siglo pasado y la mayor parte de ellos no sirven más para generar riqueza y lo que es aún más grave generar valor.
Para mí como gestor de Recursos Humanos por más de 20 años, me parece crucial trabajar fuertemente en las capacidades de comunicación de nuestros líderes. Cada vez más, veo como los altos ejecutivos de las empresas, no consiguen conectar con gran parte de aquellos que realmente agregan valor al producto o servicio. Esta es la peor amenaza de las organizaciones, ya que es una enfermedad que va lentamente asfixiando, la energía y el corazón del negocio.
Es muy importante y urgente, desarrollar acciones para envolver y apasionar a las personas desde el punto de vista del individuo y de aquello que realmente les importa. Los esfuerzos deben estar en conseguir personas que se enamoren del sentido de lo que hacen. Sólo así, conseguiremos organizaciones que sean capaces de navegar en los mares turbulentos del cambio permanente. La colaboración y el autoconocimiento serán elementos claves, que las empresas deberán trabajar para conseguir no acabar como el Titanic.