El Nearshoring en México: Un Impacto Modesto con Potencial Futuro

Después de tener una platica entre amigos, observo con gran interés el fenómeno del nearshoring y su impacto en la economía mexicana. A través de un análisis detallado de algunas publicaciones en distintos foros, quiero ofrecer una perspectiva personal sobre la situación actual y las perspectivas futuras del nearshoring en México.

Desde su auge en 2017, impulsado por las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China e impulsado por la pandemia en 2020, el nearshoring ha sido considerado como un catalizador potencial para el crecimiento económico de México. Sin embargo, los informes de Oxford Economics, recientemente destacados en El Financiero, indican que su impacto ha sido más modesto de lo esperado. A pesar de un notable aumento en las exportaciones y anuncios de Inversión Extranjera Directa (IED), la actividad económica general no ha experimentado un crecimiento significativo atribuible directamente al nearshoring.

Para 2024, se prevé un crecimiento económico de 1.9%, impulsado en gran medida por el gasto público y factores base, más que por cambios estructurales derivados del nearshoring. Curiosamente, el crecimiento en sectores asociados a la relocalización, como el transporte y el comercio, ha superado al de la producción manufacturera. Sin embargo, este crecimiento se está desacelerando, lo que plantea preguntas sobre su sostenibilidad a largo plazo.

En cuanto a la IED, existen pronósticos cautelosamente optimistas. Se estima un aumento de la IED a 40,000 millones de dólares en 2024, aunque esto solo representa la mitad de lo anunciado por grandes jugadores como Mexico Pacific Limited, Tesla y Copenhagen Infrastructure Partners. Es importante destacar que la IED como porcentaje del PIB está por debajo de los promedios históricos, lo que sugiere cierta cautela en el compromiso de inversión a largo plazo.

Por otro lado, El Economista reporta que, según el Banco Mundial, México podría compensar la desaceleración global gracias al nearshoring y las transferencias sociales. Este enfoque sugiere que el nearshoring podría servir como un amortiguador contra los efectos de una economía global en desaceleración, aunque se necesitará más tiempo y datos para confirmar esta hipótesis.

En mi opinión, veo estos desarrollos como una oportunidad para reflexionar sobre cómo México puede capitalizar mejor el nearshoring. Mientras que el impacto inmediato ha sido modesto, existe un potencial considerable para el futuro, especialmente si se abordan aspectos como la mejora de la infraestructura, la estabilidad política y la creación de un entorno empresarial más atractivo.

En resumen, el nearshoring en México representa una oportunidad en evolución. Aunque su impacto hasta ahora ha sido limitado, con la infraestructura, estrategia y políticas adecuadas, puede convertirse en un motor clave para el crecimiento económico y la diversificación en los próximos años.