El "office"​ que quiere entrar al "home"​

El "office" que quiere entrar al "home"

Esta situación de crisis es tan nueva para todos, que nadie sabe a ciencia cierta qué va a pasar o cuáles serán las consecuencias reales, sin embargo, las redes sociales se llenan de tips y consejos sobre qué hacer. Lo que vengo leyendo últimamente tiene que ver mucho con el “home office” y sus diferentes interpretaciones.

Me he podido dar cuenta que hay quienes creen que “home office” es poder conectar a 10 personas por zoom y sostener una conversación mas o menos ordenada durante 1 hora. Creer eso los hace tan felices, que publican la foto de sus pantallas y los participantes con gran orgullo, como el niño que aprende algo por primera vez y corre feliz donde sus padres a mostrarle su logro.

He visto a algunos creer que el “Home Office” es disponer del tiempo de las personas 24 horas al día los 7 días de la semana. Este tipo de comportamiento está más presente en aquellas empresas que ya tenían la costumbre de explotar a sus empleados con horarios de trabajo ridículos. Para este tipo de empresas, el “home office” se convierte en la excusa perfecta para invadir el hogar, modificar horarios y costumbres. Un comportamiento demasiado metastásico.

He leído muchos artículos sobre personas que recomiendan seguir una rutina “cómo si fueran a trabajar”. Aseguran que es beneficioso para la mente, mantener una rutina y definir bien las líneas entre casa y trabajo, como si todos tuviésemos la misma casa, el mismo trabajo y la misma edad. Antropológicamente sabemos que el ser humano utiliza “la costumbre” como arma de defensa ante tiempos aciagos. Un mecanismo de defensa que nos hace mantenernos en “lo conocido”, en “la zona de comfort” y nos aleja de la exploración, el riesgo y adaptación al cambio.

Personalmente prefiero pensar en “Home Office” como algo tan particular, tan personal y tan único como cantidad de “homes” existen en el mundo. De hecho le sobra el “office” al nombre. No lo necesita, es una herencia del pasado que nos arrastra a lo anterior, a “como era antes”.

A un “office” creado en la segunda revolución industrial. Con horarios, normas y reglas creadas y pensadas únicamente en la productividad por volumen. A un “office” antiguo que apesta a naftalina y cuyos tentáculos se rehusan a soltar la zona de comfort. A un “office” que regala sus valores y discurso al que ponga más billetes sobre la mesa.

Creo que el “home office” no es aplicable a todo tipo de cultura y estructura de empresa.

No me refiero al rubro, me refiero a la estructura y a la cultura. Podría arriesgarme a decir que uno de los ingredientes principales de un exitoso “home office” es que te guste tanto lo que haces y la forma como lo haces, que le puedes abrir las puertas de tu casa y sentarlo en tu misma mesa.

Pero, si tu trabajo lo haces solo por temor a “perder dinero”, o por que “así es, qué vamos a hacer”, o cualquier otra excusa que no sea “amo mi trabajo y estoy contento con la forma cómo lo hago”, resulta entonces que el trabajo se llega a convertir en cierta medida, en una “obligación”. Algo que tienes que hacer de una manera, pero que te gustaría poder hacerlo de otra. 

Son dos culturas enfrentadas, para una lo más importante es hacer dinero y para la otra, lo más importante es la forma cómo se hace ese dinero.

Entonces el concepto se traba, porque a nadie le gusta dejar entrar a su casa a alguien por “obligación”. Nadie le abre las puertas de su casa contento y satisfecho a algo que viene con la etiqueta de “tienes que” o “no te queda de otra”. A lo mucho aprenderá a convivir a regañadientes, pero hasta ahí nomás. Un estado muy poco propicio para la productividad, la creatividad y la innovación.

Muchos de los que no estaban contentos en su trabajo, ahora tampoco están contentos en sus propias casas. Eso no es “home office”. La pasión y la entrega con la que algunos hacen las cosas, no debería ser comparada con la prepotencia y la arrogancia del dinero.

Miguel Ormeño

Founder, award winning creative director

4 años

Fer, bonito piensas. Mi punto es así: He preferido convertir a mi oficina en mi "home". Así se cumplen todos tus postulados pero en una dirección donde no me piden que lave platos. Abrazo!

Delfo Banchero

Founder - Director at Iconick Brands

4 años

Muy sabias palabras mi querido Iyo. Abrazo mi brodiiirr.

Jose Arce

Nice to meet you // Executive Creative Director / Communications Strategist / Creative Producer / Executive Director / CCO/ Cannes Winner / Awards Festivals Judge / Global Executive / Entrepreneur

4 años

Interesante punto de vista mi broder. Abrx!

Strike H.

Service & Product Designer · UX/UI director · Strategy & Creative Manager · Design Thinking Lombard Method®

4 años

muy acertado lo que comentas Fiyo. En mi caso y creo que en el caso de muchos, esto es algo nuevo, donde estamos conociendo ciertos comportamientos que la misma situación nos genera. Es importante no perder ese gusto o amor por lo que hacemos, ya que eso nos dará una mayor resiliencia en esta situación, algo que necesitamos todos. Un abrazo grande y buenas vibras siempre.

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