El Orgullo Corporativo

El Orgullo Corporativo

¿Puede sentirse un jefe orgulloso de sus colaboradores? Mejoremos la pregunta ¿Debe sentirse un jefe orgulloso de su equipo? Y si se trata del CEO ¿Cuán orgulloso puede o debe estarlo?

¿Qué es el orgullo? El diccionario dice que es el sentimiento de satisfacción hacia algo propio o cercano a uno que se considera meritorio. Entonces, debemos ajustar la pregunta: ¿Nuestro equipo tiene mérito suficiente para sentirnos satisfechos?

Entonces la respuesta es obvia: "Por supuesto que sí"

Si Usted es parte de una empresa en la que no siente satisfacción alguna, renuncie, migre, busque encajar su propósito personal en otro lugar donde lo valoren, en otra donde Usted sea capaz de trabajar incluso gratis, incluso 20 horas al día, incluso amanecerse y detener o acelerar el tiempo para cumplir sus objetivos.

Al revés también aplica. Si Usted es jefe y tiene a su cargo un equipo ámelos porque gracias a las fortalezas y debilidades de los miembros de su equipo Usted es líder de ese equipo. Para ellos, Usted debe ser quien pone la cabeza y las manos al fuego para ayudarlos y aunque no se ha haya dado cuenta, Usted está llamado a ser el héroe de su equipo, no porque sea un súper hombre sino más bien porque pese a sus debilidades tiene muchas fortalezas valiosas y es su responsabilidad lograr que ellos se conviertan en la mejor versión de ellos mismos.

¿Y el CEO? El CEO para que se digne de usar las tres letras que resumen su función no solo debe ser el héroe de un equipo sino también héroe de los héroes de equipo y de todos los que forman parte de la empresa (incluidos directores y accionistas) y por ello está en la obligación de conocerlos, de entregar su tiempo, su vida, su espacio a cada uno de los miembros de su equipo.

En épocas de tecnologías tener CEO o gerentes bloqueados a la comunicación directa, horizontal y permanente es un absurdo, un despropósito torpe. Cuánto paga un CEO por consejos de asesores nacionales o internacionales, que además casi siempre dan soluciones inaplicables. A caso no es más fácil colocar a los 10, 100, 1000 o 10000 trabajadores en un Grupo gratuito de Facebook o Yammer y ponerles el problema escrito adecuadamente y pedirles que ayuda con sus opiniones. ¿Cómo se sentiría el conserje de una sede opinando sobre cómo llegar a más segmentos del mercado? ¿Y si en el fondo encontramos un super talento con solo educación secundaria pero ideas brillantes?

¿No son los taxistas los mejores consejeros de New York?

Nos sorprendería el valor que tiene un abrazo del CEO en el cumpleaños de un trabajador, cinco o diez minutos temprano al empezar la jornada o el día anterior, servirá para que te cuente sus anhelos, sus problemas, sus deseos. Esos diez minutos no se compensan ni con un sueldo extra ni con veinte tazas, ni diez porta retratos, ni nada de esas cosas que te ponen en la mesa fríamente. ¿Cuánto demoraríamos en escribirle un "mensajito" en el facebook de la señora que limpia la oficina? ¿Cuánta emoción le podría generar a ella y cuánta a su familia?

Si me dices que soy importante para la empresa pero no sabes ni mi nombre, definitivamente no te creo; y si luego me dices que confíe en ti porque eres un gran gerente capaz de leer los números incluso con los ojos cerrados pero no te sabes ni mi nombre, insisto, no te creo nada.

¿Excusas? Muchas, pero ideas creativas también.

Si no se siente orgulloso de cada uno de los miembros de su equipo, si no se ha ido de almuerzo con ellos, si no han conversado de los hijos, de las mascotas, de la vida, del amor. Renuncie, Usted no es un verdadero jefe que el mundo moderno que tanto necesitan las empresas hoy en día. Y si Usted es de los CEO que mira a las personas por estadísticas porque su empresa "es grande" le aseguro que no pasará ningún proceso de transformación digital tan de moda en estos tiempos.

La comunicación que demandan las tecnologías de hoy no son posibles si antes no aprendemos a comunicarnos como personas humanas llenas de afecto con ganas de dar abrazos y de otorgar sonrisas. No se mienta si no sabe leer nunca será el gran escritor que la historia del mundo y las empresas necesitan.




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