EL PODER (BIOLÓGICO) DE LAS PALABRAS.
¡Sorpresa!! Voy a hablar de algo que no es ni marca, ni publicidad, ni creatividad, ni insights.
Tanto si te has conectado con tu cuerpo, mente y emociones, desde el mindfulness, el yoga, el deporte, la terapia psicológica o cualquier otra disciplina, como si ha sido tu instinto el que te ha dicho alguna vez: "sabía que me iba a enfermar o esto que me pasa es por ese disgusto que tuve", lo cierto es que los conflictos emocionales, el estrés y los traumas que van aconteciendo en nuestro día a día o durante los meses o años que estemos enfrentando los mismos, generan reacciones físicas (adaptaciones biológicas a dichos conflictos) que derivan en ocasiones en lo que llamamos enfermedades.
Claro que no es lo mismo una reacción repentina e inesperada a un claxon que te sorprende mientras ibas pegado al celular cruzando un paso de peatones, que pelear una herencia familiar, divorciarte o soportar a un jefe abusivo durante una década.
Cada situación tendrá una respuesta biológica directamente proporcional al tiempo transcurrido. Desde el punto de vista psicológico, y se lo habremos escuchado también a nuestros doctores, la somatización se entiende como "un mecanismo de defensa inconsciente mediante el cual una persona sin proponérselo, convierte el malestar emocional en un síntoma físico, desviando así la atención del conflicto psicológico que le genera ansiedad". Es más, hace poco leí que "lo que duele es la mente".
Pero, ¿qué hay detrás de esa somatización?
Palabras. En forma de pensamientos (palabras calladas) o lenguaje hablado (palabras dichas).
De ahí el título de este artículo: el poder (biológico) de las palabras, ya sean en forma de pensamientos o lenguaje hablado. Dicen que nunca escucharemos nada peor sobre nosotros que lo que nos decimos a nosotros mismos. Wow!
Y me viene inmediatamente a la mente, el trabajo de Masaru Emoto con el agua (recuerden que somos casi, casi, agua con piernas).
Si tienen un rato, revísenlo.
Si se dan cuenta, la emoción vivida o la reacción al conflicto emocional, es inmediatamente -e inevitablemente- etiquetado con palabras: "no soporto", "no digiero", "no trago a fulano", "mejor me callo", "me dan ganas de vomitar", "no puedo más", "me han hecho una cochinada", "me siento desplazado", etc.
Expresiones que compartimos mediante una conciencia colectiva que nos pone de acuerdo inconscientemente, pero que, cada uno, tomará de diferente forma con diferentes maneras de somatizar o incluso no viéndose afectado. Entonces, nunca serán los hechos en sí, sino la forma de tomarnos los mismos.
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Y aunque pasamos una media de 26 años descansando, mientras que dedicamos unos 12 años a trabajar, lo cierto es que el estrés laboral es el responsable de muchos de nuestros males, físicos y psicológicos.
39 años en publicidad, 17 como actor, 12 como decodificador biológico y 10 como Coach de vida, me han dado cierta facilidad y entendimiento de las personas, las palabras y su poder en todo ámbito.
Para los que me conocen bien, será una sorpresa descubrir que no me conocen tan bien (jejeje) y no sabían de estas facetas que he desarrollado de forma discreta y en paralelo estas últimas décadas.
Quiero decirles que si tienen alguna inquietud por conocer un poco más sobre estos temas o compartirlos con terceros para capacitar a sus empresas y equipos, pregúntenme. Lo llamo "gestión del pensamiento".
Quizás es un buen momento para que sus líderes, colaboradores y equipos entiendan el efecto que tiene en ellos y los demás el poder de sus palabras, ya sea para convivir como equipo, mejorar como líder o entender ciertos síntomas.
Mientras tanto, díganse cosas lindas entre ustedes y así mismos.
Potencio personas, marcas y organizaciones de dentro hacia fuera para multiplicar sus posibilidades de éxito y bienestar. ¡Mejora tu vida y tu negocio!
7 mesesQuerido Ricardo Pau, hoy no puedo estar de acuerdo contigo. Hablar de pensamientos, emociones, etc., si es hablar de marca o debería serlo 😜 Las marcas, la cultura de las mismas, etc. no se mueven por lo que creemos que las mueven. Las marcas no las creamos los estrategas, sino sus audiencias. Y pienso, que lo único que podemos intentar hacer en este sentido, es influenciar creando una verdad propia que acabe convertida en la creencia e inspiración de otros. Y en cuanto a los pensamientos, como siempre digo: pocas veces "sufrimos por lo que ocurre". Gracias por compartir maestro. Deseando "filosofar" y aprender más sobre esto contigo. Abrazo grande.