El poder de las palabras

Llevo varios días viendo un anuncio, en tv, sobre una conocida cadena dental cuyo inicio de spot muestra la conversación entre dos personas que vienen a decir lo siguiente:

-       Hola, ¿qué haces?

-       No sé, pero ayer fui a…

Sabemos que una imagen vale más que mil palabras, pero ¿y si mil palabras calan más hondo, a largo plazo, que una imagen? Desde nuestro sector, la comunicación y el marketing, debemos saber a quién nos dirigimos realmente.

Desde mi respeto a la agencia realizadora de la publicidad, ¿no resulta confuso asemejar ir al dentista con un pasatiempo? Con ese diálogo inicial, parece que uno de los actores fue a su clínica dental porque no tenía otra cosa mejor que hacer. La salud no es un hobbie, y se debería plasmar así en la campaña para que la gente confíe en expertos para el cuidado de su salud.

No es la primera vez que veo cómo grandes empresas invierten en increíbles anuncios que vemos en redes sociales, sus páginas web, y con un SEO impecable, pero que cuando dan el salto a la televisión, ¿what?

 Da la sensación que el sector se ha actualizado, rápidamente, en el mundo online pero cuando toca hacer campaña en medios tradicionales (tv, prensa, radio, calles…), siguen apostando por la misma fórmula de siempre:

Spot - cortometraje estilo onírico + famoso/a de turno que no tiene por qué representar la marca + bso pegadiza.

 Y aquí podemos entrar en el siguiente debate:

Tenemos un producto y decidimos contratar un/a influencer. Estamos de acuerdo en que no usaremos al que, solamente, tenga más alcance o fama, mediremos (además de su alcance/impacto) otros KPI´s tales como, que su discurso y forma de comunicar sea afines a la marca y al producto. ¿Alguien contactaría con un youtuber, dedicado a los videojuegos, para anunciar un nuevo labial coralino con destellos de California?

 Si la respuesta es no, ¿por qué en tv contratamos al famoso que lo mismo anuncia perfumes, ropa interior, bebidas refrescantes o coches pero que en su día a día vemos que no usa nada de eso? ¿Y por qué guionizamos ese spot con palabras que pueden llevar a confusión?

 Entiendo que a veces necesitemos usar una campaña más directa, o gamberra, para hacer que nuestros clientes sean conscientes del cuidado de su dentadura, ¡perfecto!

“¿Qué sentido tiene comprarte un móvil de 1.000 euros, para hacerte selfies, si no te atreves a sonreír?”

Las palabras… lo son todo.