El Poker de Soluciones: Transformando problemas en posibilidades

El Poker de Soluciones: Transformando problemas en posibilidades

En el ámbito de la resolución de problemas, el enfoque centrado en soluciones destaca como un método práctico, eficaz y eficiente para crear recursos y diseñar soluciones viables. A diferencia de otros métodos, esta técnica no se detiene a analizar profundamente el problema, sino que se enfoca directamente en la construcción de soluciones. Este tipo de abordaje, basado en una actitud de confianza y optimismo, permite que las soluciones emerjan sin depender de un análisis exhaustivo de los problemas.

Un recurso innovador dentro de este enfoque es el Poker de Soluciones, una herramienta desarrollada por Insa Sparrer y Mathias Varga von Kibed en el contexto de las constelaciones estructurales sistémicas. Este "juego de cartas" está diseñado para facilitar el cambio de perspectiva en un grupo, invitando a los participantes a enfocarse en los recursos disponibles y las soluciones posibles.

El Poker de Soluciones está compuesto por cartas que presentan escenarios y preguntas estratégicas. Estas preguntas exploran lo que funciona bien, identifican recursos, ofrecen comparaciones y utilizan escalas. Estas herramientas, fundamentales en las constelaciones sistémicas estructurales, facilitan que los participantes se enfoquen en lo positivo y constructivo. En una sesión reciente, tuve la oportunidad de aplicar esta técnica con un equipo que enfrentaba un problema no resuelto. Cada integrante seleccionó una carta con una pregunta, y juntos fuimos explorando respuestas.

Al inicio, la atmósfera en el equipo era tensa; predominaban emociones como la frustración, el agotamiento y el enojo. Sin embargo, a medida que trabajamos con las preguntas, el ambiente comenzó a transformarse. La tensión dio paso a una sensación de calma, el equipo comenzó a ver nuevas posibilidades y avanzó un paso más en la escala hacia una solución óptima. Se identificaron éxitos pasados, se valoraron recursos actuales, y se construyeron planes de acción basados en el aprendizaje compartido. Como facilitadora, fue un privilegio observar este proceso y actuar como catalizadora, permitiendo que el grupo descubriera su propio camino sin imponer protagonismo.

Esta experiencia me recordó las palabras de Roberto Romero en su libro El grupo, objeto y teoría, donde sostiene que cada miembro de un grupo tiene una representación interna del resto, de sus relaciones, y de cómo estos vínculos impactan en los objetivos comunes. Este espacio de trabajo enfocado en soluciones permitió que cada participante expresara estas representaciones internas, promoviendo una atmósfera de alivio, empatía y colaboración. Lo que comenzó como un obstáculo, al final de la sesión se convirtió en una oportunidad para crecer y aprender juntos.

Terminamos la actividad con un feedback de reconocimiento mutuo, reforzando la sensación de avance y fortaleciendo el espíritu de equipo.

 

Inicia sesión para ver o añadir un comentario.

Otros usuarios han visto

Ver temas