El Primer Cliente, y el 1º después de cada 1º.

Siempre recordaré el momento en el que conseguí mi primer cliente.

Pensaba que ya todo sería un camino de rosas.

Que no pararían de venir más y más.

Pero no.

Porque siempre te dicen que no hay que mostrar necesidad pero, seré sincero, todavía no he descubierto la manera de no mostrar necesidad cuando la tienes.

Y es que el primer cliente te hace sentir menos necesidad.

Pero la sigues teniendo, o al menos, la sientes.

Y esa sensación te acompaña durante mucho tiempo, hasta que llega un momento en el que, sin darte cuenta, la superas.

¿Sabes qué te hace superarla?

Exacto.

Dejas de mostrar necesidad cuando dejas de sentirla.

¿Cómo puedes ocultar tu necesidad?

Ya te lo he dicho, no sé cómo hacerlo.

De hecho, sospecho que no es posible conseguirlo.

Lo único que funciona, desde mi experiencia, es un pequeño truco psicológico.

Una especie de tratamiento preventivo, que debes aplicarte a ti mismo, antes de buscar clientes, reunirte con ellos, o negociar presupuestos.

La verdad es que es sencillo, pero hay que tener valor para aplicarlo.

Y cuando tienes necesidad, es complicado.

Entonces, ¿Cómo lo hacemos?

Verás...

Yo sólo lo conseguí con tiempo, cuando dejé de sentirlo e ideé una forma de superarlo.

Pero al principio, muy al principio, lo único que funcionaba, era pedir ayuda.

Yo la recibí de mi gran amigo Rafa Casas, y ahora quiero dársela a personas que estén donde yo estuve.

Porque es lo que me apetece, la verdad.

No lo necesito, y es seguro que ganaría más aceptando algún cliente extra.

Pero tengo suficientes.

Algo que ni soñaba cuando recibí mi primer pago de 500 dólares.

Sí, en dólares, hasta eso me parecía increíble.

¿Qué te ofrezco?

Acompañamiento.

Experiencia.

Ayuda.

Un servicio con el que te ayudaré, si quieres, a abrirte camino en este salvaje mundillo del copy.

La verdad, tengo una idea muy clara de cómo lo afrontaremos, pero no voy a darte ningún detalle.

Porque quiero que diseñemos juntos el camino.

Estoy cansado de programas enlatados de los que te arrepientes nada más entrar.

Tú y yo hablaremos, nos conocemos, diseñamos el camino...

Y lo recorremos.

En fin, si crees que te puede encajar, me escribes en privado y nos conocemos.

Mi idea, por ahora, es ayudar a máximo 5 personas, y ya somos 3.

Si te interesa, date prisa.

Nos leemos pronto.

Alfredo de Bonis