El punto de vista, visto desde la formación.

Hace unos años realicé un curso de selección de RRHH. En aquellos tiempos, una de mis funciones era la selección de los miembros de mi equipo, además de su formación y gestión posterior. El curso representó una experiencia fantástica, de gran utilidad e impacto en mi background profesional. Una de las grandes ganancias en aprendizaje, que para mí fue sorpresiva (por lo inesperada), fue lo mucho que aprendí respecto a ser candidato. No a ser seleccionador sino a ser un buen candidato. Por ejemplo, el conocer la herramienta del mapa de competencias representó algo importante como seleccionador pero al mismo tiempo algo rompedor como posible futuro candidato. Mi conclusión acerca de este punto fue que conocer cómo trabajan los reclutadores es la mejor manera de aprender a ser un buen candidato: "dime qué necesitas y cómo puedo ayudarte".

Ahora he finalizado el Certificado de Profesionalidad de Formador Ocupacional y uno de mis principales aprendizajes me ha hecho recordar la experiencia del párrafo anterior. El curso me ha hecho conocer mucho mejor que es ser un buen alumno, cómo actuar en una acción formativa y cómo optimizar el aprendizaje. Aquí y allí la ACTITUD es la palabra clave. Pero también el conocimiento. Si como alumno conozco bien el trabajo del docente, podré desempeñar mucho mejor mi rol de alumno y sacar mucho mejor partido a la experiencia. De la misma manera, exacta, que si como candidato conozco bien el trabajo del reclutador, podré desempeñar mucho mejor mi rol de candidato y hacer que la experiencia sea rica para ambas partes.

El punto de vista es esencial, pues. Seamos espejo, miremos la realidad desde fuera para dentro para después ser mejores de dentro hacia fuera.