El rol de los obstaculizadores del cambio: un riesgo de continuidad de los ciclos involutivos
Los procesos de cambio son complejos y requieren de una serie de factores imprescindibles para tener éxito. Esto aplica a las personas, las familias y las empresas. También a las dinámicas políticas de un país.
Ente los factores necesarios para que se produzca el cambio se encuentra el desafío de gestionar a los obstaculizadores de la transformación.
Teniendo en cuenta que la resistencia a aquello que propone una modificación del rumbo o una manera diferente de abordar y resolver problemáticas, es una reacción natural del ser humano.
No obstante lo cual, en ocasiones, quienes tienen asumida la necesidad de cambio y lo reclaman, son la mayoría de las personas.
Una situación que no garantiza que se vaya a producir esa transformación, ya que un grupo minoritario de obstaculizadores podrían poner en jaque e incluso paralizar el proceso.
Cualquier parecido con la realidad no es mera coincidencia.
Dicho esto, y como la transformación requiere de un cambio de conducta en las personas, las organizaciones y la sociedad (según cual sea su naturaleza e impacto), es importante entender los distintos tipos de resistencias que se deben gestionar para lograr el cambio cultural.
1) Los conservadores son quienes se aferran a la realidad actual, bloqueando cualquier modificación al contexto. Mejor malo conocido que bueno por conocer, podría ser la frase que los caracteriza. En general, temen que los cambios puedan afectar negativamente las prácticas establecidas.
2) Los iluminados son los que siempre tienen una idea superadora a último momento, cuando los proyectos ya están a punto de decidirse o implementarse para resolver una necesidad acuciante. Con esta actitud dilatan o entorpecen el proceso de cambio, y son funcionales a los conservadores. Pero ellos están convencidos que son los únicos dueños de la verdad y que solo sus propuestas son viables.
3) Los escépticos son quienes dudan de la eficacia del cambio propuesto. Pueden cuestionar la viabilidad de nuevas ideas y necesitan mucha evidencia y pruebas antes de aceptar cualquier modificación.
4) Los apáticos muestran indiferencia hacia el cambio. No están necesariamente en contra, pero su falta de interés y compromiso puede ralentizar el proceso.
5) Los controladores son personas con una fuerte necesidad de control, que temen perder poder o influencia con el cambio. Pueden sabotear o resistirse a las nuevas iniciativas para mantener su estatus.
6) Los proteccionistas sienten que el cambio puede amenazar sus intereses y se oponen a la transformación para protegerlos.
7) Los inseguros son personas que carecen de confianza en su capacidad para adaptarse a los cambios. O bien, que van cambiando de opinión constantemente.
8) Los negativistas suelen tener una visión pesimista y una actitud negativa hacia casi cualquier iniciativa. Se centran en los posibles problemas y riesgos más que en las oportunidades.
Identificar estos perfiles y comprender sus motivaciones es crucial para diseñar estrategias efectivas de gestión del cambio que puedan abordar y mitigar sus preocupaciones y resistencias.
En el ámbito de la política esto se traduce en negociar, principalmente con aquellos perfiles de obstaculizadores con los cuales se pudiera llegar a acuerdos que no generen el naufragio del progreso de cambio.
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En la Argentina, estamos en estos días asistiendo a una circunstancia muy particular, Seguramente, como lector, habrás identificado a muchos perfiles resistentes al cambio. A una transformación que votaron 6 de cada 10 argentinos.
Los obstaculizadores del arco político, económico y social, están buscando por todos los medios bloquear el cambio exigido por la mayoría de la sociedad. Un hecho inédito en la democracia con consecuencias impredecibles.
Y esto, además de quebrantar la voluntad popular, amenaza por primera vez en la historia de nuestro país, con dejar al gobierno sin herramientas para gestionar un cambio reclamado por millones de personas. Algo sin duda gravísimo.
Mientras tanto, dejan a la sociedad paralizada, viviendo en una eterna película de suspenso, y comprometiendo su crecimiento.
El riesgo ya está explicado en varios artículos anteriores míos publicados durante los últimos años: continuar repitiendo los ciclos involutivos con destino a ninguna parte, que transita nuestro país en forma consecutiva durante las últimas 8 décadas.
En el corto plazo, los invito a leer mí última nota de opinión: "Match point para Argentina: ¿por primera vez en 80 años podremos romper el techo de cristal que nos impide progresar?", que te permitirá entender el ciclo decenal comprimido y anticipar lo que pueda pasar durante el resto de año, en función de la decisión que tome el Congreso.
La respuesta a la pregunta hoy tiene final abierto.
Lecturas complementarias sugeridas:
FORTALECIENDO AL QUE CURA Psicólogo Clínico. Autor del Mètodo del Burn Out al Wash Out
6 mesesExcelente artículo !