El software manda
La mayoría de las aplicaciones en nuestra PC/Laptop funcionan en un solo subproceso. Es decir, que llenar de núcleos a un procesador no se traduce intrínsecamente en tener una computadora más rápida, sino que suele traducirse en que sea más eficiente.
Abundo, si la mayoría de las aplicaciones funcionan en un solo núcleo o subproceso, eso quiere decir que el contar con varios núcleos permite que este tipo de aplicaciones se distribuyan entre los núcleos disponibles. Es como las cajas en un supermercado: de nada sirve abrirlas todas si hay un puñado de clientes en la tienda. Se abren todas cuando hay una cantidad considerable de clientes.
Así, si lo único que se utiliza en la máquina es MS Word, lo mismo daría abrirlo en un equipo con 2 núcleos que con 16 núcleos. Ahora bien, por lo general, los procesadores con menos núcleos suelen tener núcleos más acelerados que los que tienen 16 núcleos. Esto es porque los procesadores tienen establecido un Consumo de Energía Diseñado (TDP), digamos, 65 W. Dos núcleos en 65 W tienen más espacio para acelerarse, que 16 núcleos en 65 W, así que es posible que Word funcione un poco más lento en un procesador de 16 núcleos que en uno de 2.
Para matizar, podríamos creer que lo único que está funcionando es Word. Eso no es cierto, hay una miríada de procesos que se están ejecutando en segundo plano, por lo que un procesador de 2 núcleos podría palidecer en un moderno sistema operativo. Lo mínimo ideal serían 4 núcleos con Hyper-Threading.
En programas cuya potencia se distribuye por todos los núcleos disponibles, como Microsoft Excel, conviene tener procesadores de varios núcleos. El rendimiento podría acelerarse de manera significativa. En Excel, más núcleos o una tecnología matemática más avanzada podrían ayudar mucho para acelerar los cálculos. Cabe destacar que si se usa código VBA, éste utilizará un núcleo o subproceso, por lo que, también, habrá que tener en cuenta que cada núcleo debería ser lo más ágil posible para estos casos.
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La disyuntiva entre llenar o no de núcleos a un sistema no depende del hardware, sino del tipo de software que se utilice. La elección del hardware debería hacerse a partir de los casos de uso determinados en la organización, con la finalidad de que los equipos de cómputo ofrezcan el rendimiento adecuado para la productividad: Mínimo, 4 a 6 núcleos físicos para quienes realizan tareas cotidianas de ofimática, presentaciones, multitarea, navegación Web, etcétera, y 6 a 8 núcleos físicos para quienes utilizan profusamente Microsoft Excel (finanzas, contabilidad), Diseño, Programación, Multitarea exigente, virtualización, bases de datos, etcétera.
Pero no todo son los procesadores, la RAM también es importante. DDR4 de 3200 nos debería bastar para tener no más de 8 núcleos con 2 canales de memoria RAM. DDR5 para tener 8 o más núcleos. Por otro lado, el mínimo absoluto para una máquina deberían ser 8 GB de RAM, lo ideal deberían ser 16 GB. Y en unidades de almacenamiento, los SSD NVMe son la mejor opción para tener rapidez en la transferencia de datos con bajos volúmenes de almacenamiento, y los HDD para grandes volúmenes de almacenamiento con lentitud en la transferencia.
El software, manda. Y es la clave para configurar una buena máquina. #ReseñasADGM
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