El tiempo anclado
Trabajar con Alberto era una experiencia fantástica, siempre tenía una idea, o un manojo de ellas, una sonrisa en el rostro y la predisposición para ayudarte, aunque solo fuera escuchando. No tenían eso de 'empleado del mes', y hubiera sido suyo seguramente todos y cada uno, con consenso y agrado de todos, o casi todos.
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Desde que ocurrió aquel acontecimiento que, a estas alturas ya algunos apenas recuerdan y los nuevos ni conocen, nada volvió a ser igual. Se podría haber apellidado Alberto Gris para hacer juego con su día a día. Y, claro, como lector es posible que pienses que lo importante es el qué ocurrió, y no lo es. Podríamos rellenar la palabra acontecimiento con diferentes trufados: un despido nulo con readmisión, un divorcio traumático, un ERE del que se salvó pero que nunca entendió, la marcha de un ser querido que nunca superó, o un jefe narcisista que le minó la autoestima aunque no la reputación porque era el más estimado por todos.
La historia de Alberto es una historia cualquiera, nuestro personaje tomó la decisión de que merecía algo mejor, y que aquella empresa no merecía todo lo que tenía para dar. Ya fuera la vida, la empresa o los jefes, no se sentía valorado y no pensaba dar un minuto o un hálito más de esfuerzo porque, sencillamente, no merecía la pena ni el tiempo. Lo que sí deseaba era que llegara esa oportunidad que merecía, porque realmente lo valía. Él lo valía.
Así que Alberto apenas era un recuerdo para algunos, y para otros muchos era un ente gris con el que convivían. Para esos algunos, que profesaban una profunda empatía por él, la compasión no alcanzaba a compensar lo desolador de ver a este Alberto tan gris. Y así, pasaban los días y los meses mientras se encontraba con otros compañeros de apellido Gris, con quienes se retroalimentaba, o más bien alimentaba el enconamiento y la amargura. Los antiguos amigos seguían, pero llegó a la idea de que no le gustaba lo que le decían, ni siquiera quería o esperaba ánimos.
Un día llamaron a María, compañera de Alberto, al teléfono. Era Carla, del trabajo anterior, estaban buscando un perfil para manager de un equipo. Lo que María no sabía es que su compañero tenía el perfil idóneo, salvo por la actitud, así que le respondió a su amiga que no sabía de nadie. Un Gris es eso, para lo bueno pasa desapercibido.
Ignacio había trabajado por varios años en la misma empresa que nuestro amigo, testigo de ambas etapas y su transición intermedia. En su empresa tenían una vacante y Nacho, para los amigos, pensó fugazmente en Alberto, pero solo durante lo que dura un suspiro. Enseguida le vinieron a la mente los últimos años juntos y, aunque posiblemente pudiera cambiar con la ilusión, podía ser un auténtico desastre para ambos. El teléfono de Alberto nunca sonó con aquella oportunidad.
Tiempo después, vio una vacante en otra empresa, era un puesto ideal y cumplía el perfil, también de manera ideal. Envió el CV, entró en el proceso, sentía la confianza necesaria, era su oportunidad. A nivel técnico era el favorito y, sin embargo, en las sucesivas entrevistas algo fallaba. Era totalmente inconsciente, destilaba una amargura sutil, es cierto que algún comentario que lo evidenciaba también se le escapó. Un día recibió un correo en el que, tras ser finalista, le comunicaban que habían seleccionado a otra persona.
A medida que fue pasando el tiempo, Alberto estaba sin trabajo, en alguno de los ajustes de plantilla, a pesar del coste de su indemnización, algo que llegó a llamar su "cerdito" y que sentía como un seguro que le inmunizaba ante un despido, vieron la ocasión de librarse de una nube gris con la que habían de convivir cada día todos los demás. Ya hace unos meses que sentía cosas raras, como que todos esperaban a ir al café de la mañana cuando él ya había vuelto. No llegó a reflexionar sobre ello, pero hace años que era raro que alguien le llamara para tomar el café, y era él quien pasaba a reclutar a compañeros que, por educación y compasión, accedían. Su despido le pesó en el corazón a algunos, pero nadie se quejó, tal y como sí había pasado en alguna otra ocasión anterior.
Con tiempo, amargura y necesidad, se puso en marcha para encontrar un trabajo. El asunto es que enganchó en varios procesos, puso todo el empeño en ser amable y simpático, en el servicio de orientación le habían dado algunos consejos y había practicado. En las fases finales de todos ellos, al ser puestos de responsabilidad, le pidieron referencias. Ni corto ni perezoso Alberto contactó con algunos antiguos compañeros que sentía de confianza, todos le dijeron que por supuesto. La verdad es que ninguno deseaba cruzárselo por la calle y ver un mal gesto, en el fondo era raro que te llamaran para pedir referencias. Y algún teléfono sonó, contra todo pronóstico, y no, más allá de algunas palabras amables cuando la reclutadora buscaba una recomendación clara, no alcanzó, con cierta desesperanza, como quien quiere hincar el diente a una manzana y resulta que es de plástico.
A estas alturas todos esperaríamos un final feliz, una luz, un aprendizaje por el que Alberto logró salir de aquella espiral. Eso, una espiral, porque ahora que nosotros lo leemos con perspectiva sabemos que hubo un momento en el que todo podría haber cambiado: si nuestro protagonista hubiera sabido superar aquel acontecimiento que lo cambió todo. Y no es que se obligara a ser agradable, ni que le tuviera que dar igual, ni que evitara el duelo necesario para superarlo, el asunto es que no supo y se quedó anclado sin saber avanzar con su vida, en una espiral agotadora hacia la soledad y el hastío.
Alberto nunca logró entender nada, instalado en una complacencia y queja constantes, cada vez más encerrado en sí mismo y desconectado del entorno. Nunca supo que podía acudir a la consulta de psicología en cualquier momento, aunque en alguna ocasión lo oyó sin escuchar, o un proceso de coaching cuando aún estaba a tiempo, o grupos de apoyo para conversar. Nadie le había dicho que la salud mental podría ser determinante para su vida, porque lo fue.
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Si hubiera habido un final más bonito, una mañana Alberto se hubiera despertado con una certeza: "no son ellos, soy yo, y yo mismo me estoy quitando cualquier oportunidad". Pero no ocurrió, porque su historia es una cualquiera de otras muchas personas, de individualidad, soledad y, finalmente, amargura. Salir de una circunstancia que nos lastra no depende solo de nosotros, y podemos hacer para favorecerlo o que otras personas ayuden a nuestro favor.
Ojalá estés a tiempo para evitar que sea también tu experiencia.
Es poco frecuente escucharlo, y que pongamos atención en ello, y en una etapa de transición laboral, de desempleo, hacer un trabajo interior es posiblemente una de primeras tareas y que mayor diferencia va a hacer en nuestro proceso de búsqueda de un nuevo empleo. Lo aconsejable es hacerlo siempre, con empleo y sin él, pero los humanos tendemos a actuar en base a la necesidad. Si comienzas cuando lo necesitas también será un buen momento, mejor que nunca, como nuestro protagonista, Alberto. Aunque ahora sabemos lo bien posiblemente que le hubiera venido trabajarse antes, saber que lo necesitaba antes de tener la necesidad. Cuando aún podría haber seguido dejando una impronta en su entorno de quien realmente es.
Hace unos días, María Negri Martínez , que sabe bastante de acompañar a profesionales en etapas de transición y de desarrollo profesional y personal, publicaba un post recomendando que trabajemos nuestra salud mental y nuestra mentalidad, un trabajo interior, para una mejor búsqueda de trabajo:
Calla más, escucha más, ábrete más al mundo en vez de rechazarlo, recupérate, recupera quien eres, reconecta con tu propósito, uno que se escriba desde el nosotros, en el que te incluyes junto con otras personas. Es seguro que tienes mucho valor para otros, además de para ti.
Si sientes que esté relato le puede ser de utilidad a alguien, te agradezco que se lo compartas, es posible que también te lo agradezca.
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Juan Martínez
#talento #mentalidad #empleo
Coach de equipos Facilitador LEGO® SERIOUS PLAY® ➕ "Ayudo a la construcción alineada de equipos" ➕ Cohesión de equipos, retención del talento
11 meses¡Qué interesante relato, gracias por compartirlo! La historia de Alberto nos invita a reflexionar sobre la importancia de la escucha y la capacidad de comprender situaciones adversas. A veces, solo necesitamos detenernos y prestar atención para encontrar soluciones. ¡Me encantaría escuchar más sobre este relato en tu podcast! 🎧 #rrhh #talento #bienestar
HR Influencer España 🇪🇸 2024 / 2023 | EQ Biz Consultant & Development Manager en Six Seconds España | Directora en Happy Management®️ Institute Perú y España | Autora: LÍDER 4.0, Liderazgo en tiempos convulsos 🌟
11 mesesUna gran reflexión que describe una realidad de la cual todos podriamos salir siempre y cuando tengamos claro la importancia de hablar de nuestras emociones y aprendiendo a crear redes de soporte que nos ayuden a crear espacios de crecimiento. Gracias por compartir Juan Martínez
Senior Advisor | Empresas Familiares | Liderando transformaciones | HR Manager | Dirección de Personas y Organización | PDG IESE | Programa Consejeras Fundación Woman Forward
11 mesesEl día a día de toda empresa Juan Martínez, esa persona que ve sus expectativas no cumplidas, y todo el mundo menos ella es culpable de su situación. Ego, introspección, expectativas… mucho que trabajar.
Managing Director at Speexx | EdTech | B2B SaaS | L&D | Empowering People @Speexx | Eje&Con
11 mesesAy, Juan Martínez... por desgracia tu relato no cuenta nada nuevo. Todos hemos visto la grisura, más o menos cerca, en un momento u otro. Lo que si es más nuevo es el hablar abiertamente de este tema. De la necesidad de conocerse bien y, sobre todo de pedir ayuda para recuperarse. Porque aunque no siempre todo es un festival de colores, de la grisura se sale (imposible no acordarse de la Nada de la Historia Interminable 😉) Gracias por la historia, Juan. Y a ti, querida María Negri por esas claves que compartes ❤️
Human Resources Director | Partner & HR Consulting Director | Senior Career Advisor | Executive Search | Global People & Talent Solutions | Cultural & HR Digital Transformation | Compliance Committee | #soyEJE&CON
11 mesesQuerido Juan Martínez, gracias por tan bello relato, que nos acerca a una realidad vivida, viva en este momento o que viviremos, muchos, antes de lo esperado o después de lo inesperado. Tu reflexión llama a la acción desde tomar consciencia y estar alerta a “trabajarnos”.. antes, durante o despues, pero no descuidarNos nunca. Dejar de preocuparnos por pasar a ocuparnos de ello. Sin duda tenemos que empezar a pintar nuestro color, huyendo del GRIS, en sus diferentes gamas, alojado en nuestra paleta interna de colore, en numerosas ocasiones no siendo ni siquiera conscientes. GRACIAS.