El tiempo no vale oro

El tiempo no vale oro

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Quería empezar esta edición contando y reflexionando en que me crié mirando el reloj, pero no necesariamente para que pase, sino para administrarlo. Y cuando digo que me crié es porque como fui a un Liceo Militar (lo cual hoy valoro muchísimo), desde los primeros años es que: "2 minutos para cambiarse de combate", "5 minutos para ducharse", "1 minuto para alistarse", "10, 9, 8, 7, 6, 5..... 3, 2, 1, atención!", y no eran frases por decirlas, eran minutos reloj controlados y cronometrados. Para algunos puede ser polémico esto, ó incluso hasta pensar ¿por qué vivir así? Y la verdad es que es un poco cierto, pero no tanto, porque a veces estamos días enteros esperando que llegue el viernes, meses enteros esperando que llegue ese feriado, años enteros en tratar de comprar tal cosa ó irnos a ese viaje tan esperado. ¿Acaso no es lo mismo?

Pero paradójicamente, hay veces que hacemos cosas 2, 3 ó 4 veces, pudiéndolas hacer de una sola vez. Y para dar un ejemplo simple de esto, que también puede que me juzgues por mis obsesiones, pero hubo una época en la que mi empresa estaba creciendo y como creo que buscar lo impecable y la perfección (sabiendo que es algo utópico), es que me daba cuenta que escribía con errores de ortografía, total después pasaba el corrector ortográfico y listo. Era duplicar el tiempo. Por lo que me forcé a escribir directamente con las comas y puntos lo mejor posible, con acentos a medida que iba escribiendo las palabras, y de ésta forma podía reducir el tiempo que me llevaba corregir algo que podía minimizar en un primer lugar. Esto se transformó en una costumbre, ahora me permite utilizar mejor mi tiempo cuando escribo optimizándolo.

Y esto me lleva a pensar en la importancia de las pausas, ¿cuánto tiempo del día usas en pausas? En mi opinión, es quizás lo más crucial y clave de las decisiones, y del uso del tiempo. Prefiero pausar, pensar, analizar y luego ejecutar. Esta pausa (que no pausa el tiempo), es lo que me permite pensar sobre si puedo optimizar lo que haré, y analizar que implicancias tiene lo que tengo pensado hacer. De hecho, no es más ni menos que soy de los que planifican un 80%, y le dejan la ejecución al 20% restante del tiempo.

Ahora, también pienso en que está infravalorado el tiempo. Ni siquiera nosotros mismos lo valuamos bien a nuestro tiempo. Es increíble pensar como disponemos de este recurso (el más escaso de todos) en cosas que si las pensas dos veces, no lo destinarías en eso. Incluso, te digo más, imaginate si tuvieras que pagar cada vez que le dedicas tiempo a algo, por ejemplo, volviste de tu jornada laboral, y decidiste que le vas a dedicar tiempo a pensar ó "sobrepensar" una ó dos horas de tu tiempo a preocuparte por algo financiero/económico, y por cada minuto que pasa, en tu home banking se debita 1 dólar bajo el concepto de "preocupaciones varias". Qué horrible. Creo que si fuera así, valoraríamos muchísimo más nuestro tiempo.

Acordate, está infravalorado, porque este ejemplo (quizás) te sorprendió y te generó disgustos, pero quiero decirte que ya estás pagando, no con dinero, sino con tiempo.

Porque el tiempo no vale oro, vale muchisisisísimo más. El oro se puede recuperar, puede perder valor, pueden pasar mil cosas, el tiempo no, se va y listo; y el home banking de esto es tu vida.


¡Que tengas un lindo viernes!

Andrés.

Qué razón que tenes con el aprendizaje de quienes fuimos liceistas. A mí particularmente me marcó muchísimo Abzo

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