EL TRANSPORTE AÉREO, UN ASUNTO GENERACIONAL

13 de octubre de 2023

Los pedidos siguen llegando de los fabricantes. Ryanair ha realizado recientemente un pedido de más de 300 Boeing 737 de nueva generación, Easyjet acaba de tomar represalias, por así decirlo, con un pedido de 257 Airbus 320 de la serie Neo. Esto sigue a las compras futuras de Air France, KLM y los principales operadores estadounidenses cuyos pedidos acumulados ascienden a más de 1.000 aviones, sin contar los pedidos de India, mil aviones y otras aerolíneas asiáticas. Durante años, un gran pedido representó varias docenas de dispositivos, ahora se ha convertido en varios cientos y ¿por qué no unos pocos miles en el futuro? ¿Dónde terminará este frenesí? La cuestión es tanto más importante cuanto que estas compras darán forma al futuro transporte aéreo a lo largo de varias décadas. Los aviones pedidos, más de 15.000 en total hasta la fecha, se entregarán a un ritmo de 150 por mes, lo que todavía representa 100 meses de producción, es decir, más de 8 años. En otras palabras, los pedidos actuales no terminarán de entregarse hasta entre 2030 y 2035.

Solo los dispositivos nuevos tienen una vida útil mucho más larga que los antiguos. En los prósperos años de 1970 a 1990, los aviones tenían que renovarse cada 15 años. Los nuevos son mucho más eficientes y tienen una doble vida útil. Esto significa que los aviones entregados en 2030 seguirán en servicio en ... 2060. Y, por supuesto, las órdenes no van a parar ahí. Podemos esperar legítimamente una nueva explosión de aviones del orden de varios miles por año de todos los tamaños y del mismo diseño. Actualmente, las flotas combinadas de las aerolíneas representan alrededor de 30.000 aviones. Probablemente lleguemos a 50.000 en 2040. Por lo tanto, la pregunta sigue siendo cómo tal desarrollo será aceptado por las generaciones que entonces estarán a cargo de la economía.

Llama la atención ver cómo el segmento de la población que se gradúa de la educación está imbuido de la protección del planeta. Los ecologistas lo han entendido. Han aprovechado al máximo los medios de comunicación y la influencia que las redes sociales representan sobre esta población. La "vergüenza de volar" está ahora bien arraigada en la mente de los nacidos después del año 2000, aunque esto no impida el desarrollo de los viajes aéreos de las generaciones más jóvenes. Pero, ¿por cuánto tiempo?

Para 2040, esta generación habrá tomado el control de la economía. Sustituirá a los actuales responsables de la toma de decisiones que han tomado la iniciativa en los gigantescos pedidos de nuevos aviones, proyectando hacia el futuro lo que han conocido en el pasado, es decir, un crecimiento constante del 5% anual. Por supuesto, todo el mundo es consciente de la necesidad de avanzar en el transporte aéreo hacia la neutralidad de carbono, pero ¿cómo podemos lograrlo antes de que la nueva generación tome el poder?

Es sorprendente ver hasta qué punto la comunicación del progreso ecológico en el transporte aéreo, que es muy real, se transmite por medios clásicos, digamos históricos, mientras que la generación futura finalmente solo usa y escucha las redes sociales. El lobby del transporte aéreo, si existe, que aún no se ha demostrado, utiliza vectores históricos: televisión, periódicos, radio. Crea simposios, conferencias y debates que son de interés solo para la generación que actualmente está en el poder. Y eso es comprensible. Solo usamos lo que sabemos.

Se está volviendo urgente confiar la comunicación sobre la innegable utilidad del transporte aéreo a los jugadores menores de 30 años. Solo ellos podrán dirigirse eficazmente a las personas de su edad, a las que tomarán las riendas y a las que tendrán que hacer que los futuros gobiernos y la población menor de 30 años lo acepten. Usarán medios que nos cuesta entender, hablo de influencers, y redes sociales que la mayoría de los directivos actuales no saben qué son, con quién están hablando y cómo utilizarlas.

Existe una brecha considerable en el comportamiento informativo entre los que tienen los medios, es decir, la generación de personas de cuarenta a cincuenta años que actualmente están en el poder y los que les sucederán. Incluso hay una cierta falta de entendimiento entre ellos. Cómo cerrar esta brecha es un asunto serio a considerar.