El Yunque
Viernes, 25 de Junio de 2021
Caracas, Venezuela
A mis queridos amigos y lectores,
Progreso lentamente en mi terapia. ¿Es en realidad lento el progreso? Dos meses de práctica para empezar a ver resultados es relativamente rápido, considerando que he padecido estos síntomas por años. Debo agregar que he practicado el Chi Kung y las artes de meditación por ocho años, pero solo ha sido en estos dos meses que las he usado como parte de un programa terapéutico.
Les dije que hablaría del otro conjunto de síntomas, aquí va. Apodo este conjunto de síntomas “El Yunque” porque en el cuerpo se siente una extrema pesadez. Es como si estuviera arrastrando cadenas y bolas de hierro a donde sea que vaya. Moverse cuesta y da pereza. En los episodios más graves no provoca levantarse de la cama.
En los episodios menos graves, da flojera moverse. trabajar, enfrentar esos miedos o cosas que me gusta hacer. De hecho, me parece que esta forma sutil, aparentemente inofensiva de El Yunque está presente en grandes porciones de la población. No es igual de intenso que su versión grave, pero es devastadora a largo plazo, en la medida que se dejan pasar oportunidades una y otra vez.
En casos aún más agudos, siento el cuerpo y la mente entumecida. No provoca hacer nada. Nada parece tener sentido. ¿Qué sentido tiene vivir? Si acaso, yo igual, no valgo nada. Si, queridos lectores, este cuadro sintomático va acompañado de una sensación de que no valgo nada y pensamientos suicidas. Para aclararles inmediatamente, hace un buen tiempo que no me sucede un episodio grave y me considero fuera de peligro de suicidarme.
Los dos momentos en mi memoria que más quise dejar este mundo fueron cuando era un estudiante de primaria y cuando estuve viviendo solo en una ciudad nueva. En el primer caso, estaba sujeto a un hostigamiento horrible. En el segundo, tuve una emigración traumática. Este tipo de experiencias son bastantes comunes, en realidad. Para aclarar aún más, jamás he intentado tomar mi propia vida. Solo he llegado a pensarlo.
Creo que es mejor hablar del suicidio abiertamente que mantenerlo tabú. Hay muchos mensajes subliminales en la música, las redes sociales y otras formas de arte que pueden incitar o glorificar al suicidio. Este tipo de cosas toman más fuerza a falta de conversaciones sinceras y abiertas sobre las emociones y pensamientos de los seres humanos, que a veces están muy confundidos, dolidos, y creen erróneamente que la única solución es la muerte.
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Es de entender que haya un tabú para hablar del suicidio. Da mucho miedo. No lo comprendemos. No entendemos la muerte en sí, y esto también da miedo. Comprender a la muerte permite comprender a la vida, y en eso hay liberación. Se pierde el miedo a la muerte, y también salen a la luz todos esos pensamientos y sufrimientos innecesarios... que resultan ridículos y se esfuman.
La terapia que estoy haciendo consiste en parte en hacer lo que siento es mi llamado, mi destino, o mi misión. También estoy haciendo ejercicios físico-energéticos de Chi Kung. El Chi Kung trabaja no solo el cuerpo físico, también los cuerpos mentales y energéticos. Tengo la impresión que “El Yunque” deja lesiones en el cuerpo mental y energético- algo así como lesiones que podríamos ver en el cuerpo físico.
El cuadro de síntomas que he descrito coincide con lo que la psicología occidental moderna denomina “depresión”. No suelo usar esa palabra para describir lo que me sucede por varias razones. Una es que no he sido clínicamente diagnosticado. La otra es que suele haber estigmatización hacia los depresivos o enfermos mentales. El mismo acto de llamar a alguien depresivo me parece contraproducente a la recuperación del paciente.
Esto sucede porque el doliente puede crear una identidad basándose en el conjunto de síntomas que padece, hacerse la víctima y catalogarse como “depresivo”. Ese tipo de comunicación también parece inferir que es una condición incurable, es decir, que es una parte indivisible de la personalidad de la persona, en lugar de una enfermedad temporal.
Es natural, también, que exista un tabú de hablar de enfermedades mentales. No hace mucho tiempo atrás las terapias de la psicología occidental incluían el electrochoque y la reclusión, tal cual como si los enfermos fuesen criminales. Hay una idea de que los enfermos mentales son violentos o peligrosos.
“El Yunque” es también el bloque del herrero, donde con el fuego y el hierro construye herramientas.
Un abrazo grande a todos,
Roberto
Originalmente publicado en: