Elige Siempre Ser el Capitán, no la Víctima
Wilson Pérez Vélez
Comunicador y Coach en Mentalidad de Cambio y Autodesarrollo | Impulso a personas y organizaciones a descubrir su potencial ilimitado y a convertirse en los arquitectos de su propio éxito.
En la vorágine de la vida, es fácil caer en la trampa de culpar a otros por nuestro sufrimiento. Señalamos con el dedo a nuestros padres, parejas, jefes o decepciones amorosas como los "culpables" de nuestra falta de felicidad y paz interior. Pero la verdad es que nadie tiene ese poder sobre nosotros a menos que se lo permitamos.
Víctor Frankl, el reconocido neurólogo y sobreviviente del Holocausto, nos recuerda con sus poderosas palabras:
"No eres tú, soy yo... ¿Quién te hace sufrir? La respuesta es que nadie tiene esa capacidad al menos que tú se la entregues."
El sufrimiento no proviene de los eventos externos, sino de cómo los interpretamos y el significado que les damos. Nos atormentamos con preguntas interminables como "¿Por qué no me llamó?", "¿Por qué hizo lo que más me molesta?", dejando que nuestras propias percepciones controlen nuestro bienestar emocional.
Las frases románticas como "Me haces tan feliz" o "Sin ti me muero" son en realidad irreales. Nadie puede entrar en tu mente y modificar tus procesos bioquímicos. Tú eres el único arquitecto de tu felicidad.
En el coaching, aprendemos que no podemos controlar lo que nos pasa, pero sí cómo reaccionamos e interpretamos esos eventos. Aquí algunos pasos poderosos:
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1. Hazte responsable de tus emociones: Cuando sientas que alguien "te hace sufrir", respira profundo y recuérdate que tú eliges tu respuesta.
2. Desafía tus interpretaciones: Cuestiona esos diálogos internos negativos. ¿Son realmente ciertas esas suposiciones? Busca otras perspectivas más empoderadoras.
3. Enfócate en lo que puedes controlar: En lugar de intentar cambiar a otros, concéntrate en tus propias acciones y actitudes. Esa es tu verdadera libertad.
4. Cultiva la aceptación: Algunas circunstancias son inevitables. Acéptalas con una actitud resiliente y sigueadelante con lo que puedas controlar en tu vida.
Recuerda, nadie puede obligarte a sentir o hacer algo que no quieras. Al asumir la responsabilidad total de tus emociones y respuestas, recuperas el timón de tu vida. Como dijo Frankl: "La última libertad humana es elegir la actitud frente al destino".