En qué deben fijarse las empresas cuando eligen un ERP
El ERP sigue siendo uno de los sistemas centrales de cualquier negocio. Por ello, su proceso de elección suele ser largo y muchas empresas no saben qué elementos deben priorizar en esta selección. Pero, ¿existe el ERP ideal? Probablemente, no. Las empresas deben ser conscientes de que no existe un ERP “de talla única” que sirva para todos. Las soluciones verticales, por ejemplo, son una excelente opción para atender requerimientos específicos (como la gestión de la trazabilidad en la industria alimentaria, por ejemplo) sin tener que hacer grandes esfuerzos de parametrización, ya que el software viene preconfigurado.
En lo que deben fijarse fundamentalmente las empresas a la hora de elegir e implantar un ERP es en su escalabilidad –dado que las circunstancias del negocio cambiarán a lo largo del tiempo- y en la base tecnológica que soporte el ERP.
Teniendo todo esto claro, la empresa debe considerar, además, otra tendencia decisiva para la evolución del mercado: el progresivo avance hacia el modelo de suministro de servicios en la nube, orientado a la movilidad y a facilitar la colaboración de los equipos de trabajo. Debido a que es uno de los sistemas centrales del negocio, el software ERP ha sido una de las últimas piezas en subirse al mercado, pero existen ya varios tipos de plataformas de gestión completas, fáciles de usar y que ofrecen un bajo coste de propiedad. No obstante, en algunos casos y para determinados procesos de negocio, el esfuerzo de personalización que se requiere para subirlos a la nube es demasiado alto y no merece la pena.
Las soluciones cloud permiten que la compañía tenga acceso a las funcionalidades de gestión en cualquier momento y lugar, también a través de dispositivos móviles.
En líneas generales, los puntos claves en los que debe basar su elección son:
- Coste asequible y ajustado a las posibilidades que ofrece.
- Despliegue rápido y libre de riesgos (cuanto más intuitivo sea su uso, mejor).
- Herramientas de personalización y soluciones complementarias para adaptarse a necesidades futuras.
- Coste de mantenimiento ajustado y predecible.
- Capacidades multimoneda, multiidioma y multiplan de cuentas para abordar proyectos internacionales.
Hoy en día, se está dando prioridad a las soluciones móviles y a la integración de todas las aplicaciones -conectando el ERP con el sistema de comercio electrónico, por ejemplo- para poder acceder en tiempo real a los datos y que estos estén actualizados y sean fiables. Por mi experiencia como consultor experto en el segmento, hoy por hoy, el ERP móvil tiene como finalidad la extensión de funcionalidades de negocio a dispositivos móviles, fundamentalmente para los equipos comerciales y de ventas (que, de este modo, pueden realizar todos tipo de transacciones y consultas de información cuando estén fuera de la oficina), y los equipos de mantenimiento y servicio técnico (que necesitan abrir y completar partes de trabajo e incidencias en remoto).
El móvil se ha convertido en el nuevo escritorio. El ERP móvil ofrece un acceso seguro a los datos corporativos y mejora la capacidad de decisión en tiempo real al combinarse con aplicaciones de inteligencia de negocio.
Finalmente, también estamos viviendo el despegue del ERP “social”, un nuevo enfoque colaborativo que optimiza aspectos como el suministro de formación a los empleados, la satisfacción y fidelidad de clientes y socios o la reducción de los ciclos de venta. El ERP social, conectado e integrado con los procesos de negocio, permite aprovechar al máximo la información de toda la organización y dar la mejor y más rápida respuesta a los clientes.