En turismo en esta nueva era
¿Por qué es importante que se gestione bien esta situación en la parte de la oferta? En primer lugar, porque de ella dependen cientos de miles de puestos de trabajo, entre ellos también el de los empresarios. En segundo, porque de ella depende en buena medida el atractivo de nuestros destinos turísticos. Se habla mucho de turismo local en la primera fase de apertura turística, pero ¿cuáles de esos establecimientos que forman parte de la oferta alojativa y gastronómica podrán aguantar esta situación que vivimos? ¿Qué atractivos tendrán esos destinos si hay oferta reducida o inexistente para dormir o comer? Está claro que tras un cierre puede haber una nueva apertura, pero ¿quién se va a arriesgar en estos momentos de incertidumbre máxima a abrir un negocio sobre otro que ha quebrado?
Creo que no hace falta debatir mucho para llegar a la conclusión de que, con una oferta a la baja y una demanda muy posiblemente a la baja, el mercado turístico se verá reducido a niveles de hace 100 años. Y es cierto que el medioambiente lo agradecerá. La duda que surge es qué sectores van a absorber, en plena recesión global, esa fuerza laboral sobrante si esto llega a ocurrir.
Momento post pandemia previo-vacuna
Si, finalmente, lo que vemos al final del túnel resulta ser la luz, y la desescalada nos lleva al fin de la declaración de pandemia, aún hará falta disponer de una vacuna eficaz antes de poder hablar de normalidad, ya sea de la nueva o de la anterior. Mientras, serán los diferentes países según sus datos los que decidan abrir o cerrar fronteras propias o con ajenos según las circunstancias particulares de cada territorio.
En este posible escenario de turismo post pandemia previo vacuna, o sencillamente turismo de barbijos y guantes con contacto limitado, mucha será la inversión que tenga que realizar la oferta que haya sobrevivido para poder ofrecer un servicio con las máximas garantías sanitarias. Y mucha responsabilidad de la demanda para viajar de manera segura, tanto para uno mismo como para todo ser con el que se entre en contacto.
En cuanto a las posibles medidas, una de las tantas son los controles de temperatura en origen y destino. Ya se están poniendo en marcha otras como mamparas para las recepciones de establecimientos hoteleros, la eliminación del buffet libre, la conexión por móvil de todo lo que hasta ahora era manual (llave de la habitación, interruptores), dispensación de guantes, barbijos, envases unipersonales de hidro alcohol, geles, champús y con ello también daremos pasos atrás en cuanto a la sostenibilidad.
A nivel demanda, una de las que más suena es el pasaporte sanitario, así como certificados de inmunidad al virus. En este sentido, si bien hasta hace muy poco había muchas dudas sobre la posible inmunidad, parece que éstas se empiezan a disipar en el mejor de los sentidos y se descarta -a fecha de hoy- la reinfección de los curados. Ésta desde luego podría ser una de las mejores noticias, ya que los inmunes certificados eliminarían para sí mismo y los demás el riesgo latente que a fecha de hoy suponemos todos y cada uno de nosotros y que obliga a reducir aforos de manera drástica.
Aún con todo esto, recordemos que la apertura del turismo supondrá un riesgo enorme a nivel global. En Europa vemos cómo en Alemania han debido dar marcha atrás en su desescalada debido a repuntes en el índice de contagios (pasando de 0,7 a 1). y sus expertos predicen nuevas oleadas futuras de contagios.
Segmentando por edades, recordemos que existe un grupo de riesgo que no solo no podrá viajar de momento como lo hacía hasta ahora, sino que habrá que tener especial cuidado en los diferentes destinos para evitar contagios que vuelvan a poner a nuestros mayores en una situación extrema.
Momento post vacuna
Suponiendo que, cuando dispongamos de una vacuna, ésta será eficaz, toca plantearse si ese escenario turístico post vacuna será igual o parecido a como era el sector antes de que se declarase la pandemia.
Casi 20 años después todavía convivimos con las marcas de la era post 11-S en el sector. Si bien es cierto que los causantes de aquella tragedia ya no están entre nosotros, buena parte de las medidas de seguridad se mantienen por si vuelve a pasar de mano de otros actores. La cuestión es la misma, ¿en vista de posibles nuevos virus se mantendrán algunas de las medidas implementadas? ¿Viajaremos como si nada hubiera pasado los próximos años o mantendremos las distancias y haremos del uso de higienizantes, guantes y mascarillas como parte de nuestros viajes?
Hemos visto durante estas semanas como parte de la industria turística se ha adaptado a la ausencia de desplazamientos y ha digitalizado parte de su catálogo. Por ejemplo, experiencias online que han sustituido con mucho éxito a experiencias hasta ahora reservadas exclusivamente para los visitantes a ciertos destinos, así como visitas culturales, museos o guías turísticos controlados en remoto.
¿Este turismo virtual ha venido para quedarse? ¿Será complementario como una herramienta de marketing, a la que nos hemos adaptado a la fuerza, para dar a conocer ciertos destinos de manera más eficiente? ¿Será un sustituto de los viajes a larga distancia por el miedo que ha generado lo vivido? Recordemos que la seguridad es un factor esencial en el turismo. Muchos estamos de acuerdo en que las agencias de viajes y los seguros verán reforzado su papel en el sector para aportar mayor seguridad, pero de momento nadie puede garantizar nada.
Muchos de los avances hechos en estas semanas podrían impactar directamente en sectores tradicionales con alta afluencia de público, entre ellos el sector MICE (Meetings, Incentives, Conventions and Exhibitions), aunque ya hay ciudades que están centrando su estrategia en el desarrollo de este nicho, o los museos. Otras modalidades de viajes, como los cruceros, tienen frente a sí un gran reto, ya que digitalizar esa oferta resulta más complicado.
Para finalizar, aquí algunas de lo que considero claves:
La colaboración público-privada, público-pública y privado-privada es una de las grandes claves. También la responsabilidad personal de cada uno de nosotros, tanto en origen como en destino, tanto como ciudadanos como en nuestro rol de turistas o viajeros.
· La comunicación a todos los niveles debe ser clara y concisa para aportar la tan necesaria seguridad.
· Hemos de sacar partido a los aprendizajes que nos ha traído esta crisis, de cara a saber gestionarla en caso de que se repita algo similar.
· Deberíamos aprovechar las capacidades adquiridas para crear un turismo de impacto positivo, o al menos un turismo en el que las externalidades positivas superen con creces a la negativa
Ahora más que nunca es necesaria la utilización de la tecnología a nuestro favor: ese turismo digital que estamos practicando estos días puede servir para acercar los destinos a los turistas, tanto para trasladar la propuesta de valor, como la tan necesaria sensación de seguridad.
Lo seguro que es que volveremos a viajar. La duda es cuándo y cómo.
Comunicación Institucional / DirCom en Municipalidad de San Miguel de Tucumán
4 añosMuy buena, Miguelo! Es tan necesario plasmar con interrogantes lo que se está viviendo y lo que se vaticina que se vivirá, como la cautela al decirlo. Por mi parte, asumiría un optimismo algo exagerado poner en el “cómo” será todo a partir del “cuándo”, porque dependemos hasta entonces de lo que se logre a través de los investigadores y desarrolladores de vacunas. Sí puedo decir que esto es un aprendizaje que quienes sepan tomar nota podrán aprovechar y, quizá para corrernos a un eje nuevo y distinto de lo que se vio hasta ahora, monetizar bajo nuevos parámetros.