Energía colectiva

"La energía no puede crearse ni destruirse, sólo transformarse de una forma a otra", este es un principio de la conservación de la energía que afirmó Antoine Lavoisier en el XVIII y con la que no puedo estar más de acuerdo.

Hace apenas una semana he vivido dos eventos corporativos (el encuentro de todos los empleados de AXA España -unos 2.700- y la convención comercial de la compañía) en los que he vuelto a sentir eso que no se puede describir, ni medir ni cuantificar que es la energía colectiva. Una energía colectiva que en estos casos ha sido súper positiva y que se muestra en aspectos tan simples como los saludos entre compañeros, la forma en la que haces cola en el ropero o cómo cedes el paso al tomar asiento. Energía positiva que se respira, que se siente y que, realmente, es capaz de mover compañía pequeñas, medianas y grandes.

La energía colectiva es lo que nos permite superar situaciones sociales tan dramáticas como la de la covid 19 y, por el contrario, nos arrastra en otras en las que el sopor, aburrimiento e incluso el enfado propician conflictos o enfrentamientos. Pero no me gustaría hablar de estas últimas sino de las primeras, de las que son capaces de motivar a las personas y hacer que levantarse para ir a trabajar cada mañana no sea un drama.

Según el estudio de Mercer Tendencias Globales de Talento 2022-2023 (mercer.com) saber aprovechar la energía colectiva es una de las tendencias del futuro en la gestión de las personas y de los equipos, algo que todos los que tienen/tenemos equipos deberíamos tener en mente para, por un lado reforzar la positiva, y por otro transformar o reducir todo lo posible la negativa.

En esta situación deberíamos empezar por identificar nuestra propia energía, la de nuestro equipo y la de nuestra organización para en caso de ser negativa, como decía Lavoisier, no eliminarla sino transformarla. Sinceramente cuando uno vive situaciones de fuerte energía positiva es un privilegio del que debemos disfrutar desde la consciencia porque no siempre es posible.

Voy a medir mis "julios" a ver cómo ando hoy y ponerme a recargar si es necesario (ese será objeto de otra reflexión, cómo transformamos o movilizamos energías colectivas).