Enfermedades autoinmunes y vitamina D
En los últimos años, se ha documentado evidencia sobre las características inmuno-moduladoras de la vitamina D y su importante papel en varios procesos del sistema inmunológico. Se han encontrado receptores de vitamina D (VDR) en células inmunes, incluidos macrófagos, células dendríticas, células B y células T. Existe evidencia sobre la asociación de la vitamina D y el desarrollo y actividad de algunas enfermedades autoinmunes. (1)
La deficiencia de vitamina D es más común en pacientes con lupus eritematoso sistémico (LES) que en personas sanas. Los posibles mecanismos implicados son: menor exposición a la luz solar debido a la fotosensibilidad, enfermedad renal y uso de medicamentos como los esteroides que intervienen en el metabolismo de la vitamina D. En el estudio de Schoindre et al. y en otros estudios han encontrado una asociación entre niveles bajos de vitamina D y una mayor actividad de LES. Los niveles de vitamina D también se asocian con otras manifestaciones de la enfermedad, como el deterioro cognitivo (2).
En un estudio de cohorte se demostró que la suplementación de vitamina D se asocia con una disminución del 21% en el riesgo de tener una alta actividad de la enfermedad y una disminución del 15% en el riesgo de presentar proteinuria clínicamente significativa. (3)
La artritis reumatoide (AR) es una enfermedad autoinmune crónica caracterizada por inflamación poliarticular simétrica. En un metanálisis, se encontró que la suplementación de vitamina D se asocia con una reducción del riesgo de desarrollar AR del 24%. En algunos estudios se ha encontrado una relación inversa entre los niveles de vitamina D y la actividad de la enfermedad. (4)
Otra enfermedad autoinmune relacionada con los niveles de vitamina D es la esclerosis múltiple. La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad inflamatoria que provoca la desmielinización del sistema nervioso central, con curso recurrente y remitente; sus manifestaciones clínicas incluyen alteraciones sensoriales, debilidad motora, diplopía, alteraciones de la marcha y del equilibrio, vértigo y disfunción de la vejiga. La vitamina D es un predictor temprano de la actividad y progresión de la EM. Se observa una progresión más lenta y una baja actividad de la enfermedad en pacientes con niveles adecuados de vitamina D en el momento del diagnóstico de la EM. Después de ajustar por varios factores (edad, sexo, raza, etnia, duración de la enfermedad y tratamiento), cada aumento de 10 ng/ml en el nivel de vitamina D se asocia con una reducción del 34% del riesgo de recaída de la enfermedad (5).
Referencias:
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1. Liao EP. Extraskeletal Effects of Vitamin D: A Clinical Guide. 1st ed. 2018
2. Hassanalilou T, Khalili L, Ghavamzadeh S, Shokri A, Payahoo L, Bishak YK. Role of vitamin D deficiency in systemic lupus erythematosus incidence and aggravation. Auto Immun Highlights. 2017 Dec 26;9(1):1.
3. Petri M, Bello KJ, Fang H, Magder LS. Vitamin D in systemic lupus erythematosus: modest association with disease activity and the urine protein-to-creatinine ratio. Arthritis Rheum. 2013 Jul;65(7):1865-71.
4. Kostoglou-Athanassiou I, Athanassiou P, Lyraki A, Raftakis I, Antoniadis C. Vitamin D and rheumatoid arthritis. Ther Adv Endocrinol Metab. 2012 Dec;3(6):181-7.
5. Sintzel MB, Rametta M, Reder AT. Vitamin D and Multiple Sclerosis: A Comprehensive Review. Neurol Ther. 2018 Jun;7(1):59-85.