Modelos moleculares y genómicos de la patogénesis de la Diabetes tipo 2

Estas líneas, buscan despertar debate en aquellas almas que albergan en su interior, esa patológica inclinación a ver y querer entender modelos moleculares y genómicos en la interacción constante de los organismos biológicos. Pues bien, quiero hablar de la asociación bien conocida entre Obesidad y Diabetes y tratar de esclarecer su patogénesis simplemente haciendo una descripción algo prosaica de los diferentes procesos biológicos y bioquímicos que se le enrostra a estas dos condiciones clínicas.

Viendo a la obesidad (desde el punto de vista estrictamente molecular), como un tejido adiposo “no funcional”, que produce sobrecarga o estrés al retículo endoplásmico, con expresión disminuida de SEPS1( selenoproteína de mamíferos 1) y aumentada de JNK ( JUNK), activando las vías moleculares proinflamatorias ( NFkb vs. PPARy- LXRalfa), dando como resultado una inflamación crónica del tejido adiposo, infiltración de macrófagos (MCP1, TNF, IL-6, IL-b), dentro de un ambiente de hipoadiponectinemia e hiperleptinemia. Entonces de la lipólisis local a la sistémica solo es cuestión de tiempo, generando una lipotoxicidad, que crea un clima propicio para la resistencia a la leptina en tejidos no adiposos, expresión de genes lipogénicos, inhibición de genes lipooxidativos, todo lo cual de una u otra manera conduce al estrés oxidativo afectando principalmente a la mitocondria. Todo lo anterior, desemboca en un fenómeno bioquímico conocido como resistencia sistémica a la insulina que se pone de evidencia cuando uno encara la ventana clínica de la diabetes tipo 2 con su eterna compañera, la enfermedad cardiovascular ateroesclerosa.

Así, esta condición de tener una capacidad disminuida para captar glucosa en tejidos que para internalizarla requieren de la acción de la insulina, condiciona al paciente con obesidad a una serie de procesos biológicos muy difíciles de detener. Se sabe que, toda esta serie de acontecimientos, cuyo principal defecto es a nivel post receptor, donde la acción de la insulina, se ve afectada por citoquinas inflamatorias, inhibiendo las vías de señalización y fosforilación de la tirosina, suprimiendo de esta manera la vía de señalización molecular intracitosólica de esta hormona.

Por lo tanto, podemos afirmar, sin lugar a equivocarnos, que la resistencia a la insulina, es uno de los principales factores que se asocian a otros que si enumerásemos no terminaríamos a que esta condición clínica que asocia la Diabetes a la obesidad sea un martillo evolutivo para los seres humanos que deambulamos este episodio histórico del planeta.


Fabricio Tello Aya MD

Fabricio Tello Aya Muy interesante, gracias por compartirlo.

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