Entendiendo el efecto yo-yo

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El efecto yo‑yo ha sido, y continúa siendo, la pesadilla de muchas personas que no pueden mantener un peso corporal adecuado, promoviendo ese constante sube y baja de kg, el cual termina produciendo un sinfín de complicaciones de salud, además de fomentar el mantenimiento de una mala relación con la comida.

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¿Qué es el efecto yo-yo?

Este término, también conocido como efecto rebote o weight cycling, hace referencia a la pérdida y ganancia cíclica de peso corporal producida en muchos individuos que se someten a dietas hipocalóricas y restrictivas.

En este proceso, inicialmente, la persona consigue perder peso, pero luego, ya sea porque llegó a la meta deseada o no pudo mantener el déficit calórico, esta retoma sus hábitos alimentarios previos a la dieta y comienza a recuperar el peso perdido, pudiendo incluso añadir algunos kg de más. Entonces, todo el proceso se repite.

¿El resultado de las dietas yo‑yo? Fluctuaciones constantes del peso corporal + Falta de aprendizaje de hábitos alimentarios saludables + Mayor riesgo de alteraciones metabólicas + Desarrollo de mucha frustración + Persistencia de una mala relación con la comida.

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Dietas yo-yo: Detrás de cámaras.

El organismo humano percibe las dietas de pérdida de peso como un ataque. Se trata de un mecanismo de defensa desarrollado por nuestros antepasados, los cuales no tenían un ritmo de alimentación asegurado como lo tenemos hoy en día.

En épocas cuando faltaba el alimento, el organismo percibía el déficit calórico y, siempre buscando sobrevivir, reducía los requerimientos energéticos a través de un enlentecimiento del metabolismo basal. Así, su enfoque se centraba en asegurar la máxima conservación de energía, así como mantener y aumentar las reservas de grasa corporal del cuerpo.

De manera innata, el organismo del ser humano actual actúa de la misma manera cuando se ve sometido a dietas muy bajas en calorías. La diferencia es que nosotros sí tenemos comida asegurada todos los días.

Entonces, hoy en día, cuando una persona abandona una dieta hipocalórica y regresa a sus hábitos alimentarios anteriores, su metabolismo basal no vuelve a acelerarse, sino que queda enlentecido. Por ende, en ese momento, será muy fácil ingerir más calorías de las requeridas por el cuerpo. Como resultado, la persona empieza a aumentar de peso progresivamente, aun comiendo poco.

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Dietas yo-yo: Pérdida de masa muscular y ganancia de grasa corporal.

El weight cycling es una de las razones por las cuales las dietas de muy bajas calorías no sirven. Si bien pueden hacer que la persona baje de peso, este descenso no se mantiene en el tiempo, llevando así a la recuperación de los kg perdidos y otros más. Además, este ciclo vicioso hace que se pierda masa muscular y se gane grasa corporal.

Aparte de minimizar el gasto energético, durante un déficit calórico prolongado, el organismo trata de mantener las reservas de grasa corporal intactas como un seguro para usar en caso de emergencia. Por lo mismo, la energía que se necesita y no es proporcionada por la alimentación se toma a partir de las reservas de glucógeno en hígado y músculo y, posteriormente, a partir del consumo de la propia masa muscular.

Como resultado, tendremos a un individuo más delgado, pero con menos músculo que antes. Al recuperar el peso corporal perdido, el organismo se encargará de aumentar las reservas de grasa corporal, más no el porcentaje de masa muscular. Este proceso puede extenderse en el tiempo, creando un ciclo vicioso del que no es fácil salir.

Definitivamente, el efecto yo-yo es otra prueba más que demuestra por qué las dietas de muy bajas calorías no funcionan, y menos aún si no van acompañadas de una correcta educación alimentaria.

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