¿ERES DE LOS QUE SE OFENDEN FÁCILMENTE?
Las personas se pasan una buena parte de su vida, sintiéndose ofendidas por lo que creen que alguien les hizo.
¡Nadie te ha ofendido! Son tus expectativas de lo que esperabas de esas personas, las que te hirieron.
Y esas expectativas las creas tú mismo, con tus pensamientos y creencias, con tus carencias y esperanzas. Comprende que no son reales. Son imaginarias. Si tú esperabas que tus padres te dieran más amor y no te lo dieron, no tienes por qué sentirte ofendida.
Son tus expectativas de lo que un padre ideal debió hacer contigo. Tus ideas son las que te lastiman.
Si esperabas que tu pareja reaccionara de tal o cual forma y no lo hizo, pues déjame decirte que tu pareja no te ha hecho nada. Es la brecha entre tus propias expectativas, entre las atenciones que esperabas tuviera contigo y las que realmente tuvo, las que te hieren. Nuevamente, eso está en tu mente.
Una de las mayores fuentes de ofensas es la de tratar de forzar los límites personales e imponer el punto de vista de una persona hacia otra y así pretender guiar su vida. Recuerda que cuando le dices a alguien lo que debe hacer y esta persona te dice “no”, estas creando un ciclo de resentimiento por partida doble.
Primero, te sientes ofendida u ofendido porque no hizo lo que querías y después, la otra persona se ofende porque no la aceptaste como ella es y esa situación se convierte en un círculo vicioso que entorpece la relación.
Todas las personas tienen el derecho divino de guiar su vida como les plazca, según sus creencias, principios y valores. Aprenderán de sus errores por sí mismos. ¡Déjalos ser! nadie te pertenece y recuerda que tu pareja NO es tu HIJO.
Las personas son un hermoso río, muy caudaloso. Cualquier intento de represarlas y controlarlas, solamente te va a desbordar y a lastimar. Ámalas, disfrútalas y si quieren irse, solo permíteles hacerlo.
1.- Debes entender que en la mayoría de ocasiones “nadie te ha ofendido”. Son tus ideas acerca de cómo deberían actuar las personas las que lo hacen. Estas ideas son producto de lo que has aprendido y has incorporado, de forma inconsciente, a tu vida desde tu etapa infantil. Reconoce que muchas de las personas de tu entorno, NUNCA van a alinearse con esas ideas que tú tienes, simplemente porque tienen las suyas propias, que marcan y guían su vida, hacia el lugar en el que quieren estar.
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2.- Deja a las personas SER. Deja que guíen su vida como mejor les parezca, es su responsabilidad. Dales consejos, solo si te los piden, pero permite que tomen sus decisiones. Las opiniones se piden no se dan.
3.- Nadie te pertenece. Ni tus padres, ni amigos, ni pareja., ni siquiera tus hijos. Todos formamos parte del enorme e incognoscible engranaje de la naturaleza. Deja fluir las cosas sin resistirte a ellas. VIVE y deja VIVIR.
4.- Deja de pensar demasiado. Ábrete a la posibilidad de nuevas experiencias. Abre los ojos y observa el fluir de la vida tal como es. Cuando limpias tu visión de lentes oscuros y te los quitas, verás las cosas de manera más clara.
5.- La única certeza que podemos tener es que el “cambio” es lo único verdadero y que la perfección, como tal, no existe. No existen ni la madre perfecta, amiga perfecta, o pareja perfecta, solo los deliciosamente imperfectos somos los que poblamos este imperfecto mundo.
Para cualquier pez, el mar perfecto sería aquel en donde no haya depredadores
¿existe? ¡La respuesta es NO! En la realidad JAMÁS VA A EXISTIR.
Naturalmente, al pez solo le queda vivir en su entorno natural, tal como es y disfrutar de su realidad cuando pueda hacerlo.
Cualquier frustración, molestia o reclamo de que el mar no sea como quiere que sea, no tiene ningún sentido. Deja de resistirte a que las personas no son como quieres o no piensan como tú. Acepta a las personas como el pez acepta al mar y ámalas como son.
6.- Vive la vida. La vida real es más impredecible, hermosa y excitante que cualquier película, ensayo o idea que tengas del mundo.
7.- Imagina a esa persona que te ofendió en el pasado. Imagínate que ambos están cómodamente sentados. Pregúntale por qué crees que te ofendió. Escucha su explicación y si fuera el caso, perdónala. Si un ser querido ya no está en este mundo, utiliza esta dinámica para decirle lo que quieras. Escucha su respuesta. Despídete con un abrazo y dile adiós. Esto seguramente te dará una enorme paz.
8.- A la luz de la corta vida que tenemos, solo tenemos tiempo para vivir con propósito y aprender de las experiencias que tengamos.
Nuestra compañera “la muerte” en cualquier momento, de forma imprevista, nos puede tomar entre sus brazos. Es superfluo e inútil gastar el tiempo en pensar en las ofensas de otros. No podemos darnos ese lujo porque tenemos que seguir viviendo...