¿Es el Crowdsourcing el camino para mi proyecto?
Hugo Guillermo Ramírez Rodríguez
Abuelo / Director - Fundación Cucú / Editor - Revista Cucú
A lo mejor sí.
Tradicionalmente, para comenzar un proyecto o un negocio, lo primero que se piensa para financiarlo es recurrir a los amigos o a los familiares. Muchas veces este es el mejor camino… para perder a los amigos o para volverse el pariente “evitable” de las fiestas familiares. Sin embargo, muchos han descubierto que el camino para obtener el apoyo para esa idea genial que tenemos no está en recurrir a los pocos conocidos, sino a muchos desconocidos.
El principio básico es muy simple y tiene mucha lógica. Si la idea es buena, deberíamos poder exponerla al público y comprobar si éste es capaz de entenderla y “comprarla”, en una especie de prelanzamiento o de estudio de mercado que le daría validez y fortaleza. Si no se logra hacer esta primera venta, probablemente no era tan buena idea después de todo. O no supimos explicarla o presentarla.
Por eso, la utilización de estas plataformas es un ejercicio muy interesante (y a veces muy duro) para probar una idea de negocio. Obliga a pensar intensamente en la idea y en la forma de presentarla y permite “fracasar temprano”, antes de invertir millones en una idea perdedora. O al contrario, puede ser el cañón que dispara nuestro proyecto a la estratosfera.
Esta es la selección que hace Forbes de las principales plataformas de Crowdfunding para emprendedores:
(Continue la lectura en www.emprendedor.com ...)
¡Todo está en tu Mente! Reprográmate con Hipnoterapia - Nunca es tarde para tener una infancia feliz.
6 añosSeguro que si, pero lo comprendo porque tengo a mi hijo, antes de él, no tenía ni idea de ese maravilloso mundo del que me estaba perdiendo.
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6 añosExcelente nota Guillermo. Hoy en día te puedo comprender totalmente, ya que tengo un hijo de 18 meses, y en efecto, la sonrisa más grande que le he visto a Martín, ha sido cuando ha visto el corcel blanco de algún príncipe azul, o las vacas de aquellas historias de granja que no faltan en los libros infantiles. Estoy de acuerdo en que una lectura con un hijo es más increíble y espectacular que cuando descubrí las páginas de Verne por allá en los 90, y todo porque, como dices, estás lecturas con hijos tienen piel, latidos y un universo que va mucho más lejos de lo que las palabras nos llevan. Me llevo tus palabras, y orgullosamente me adhiero a tu campaña.