¿Es factible el desarrollo de la conciencia emocional?

Daniel Goleman (2011) define la Conciencia Emocional como la capacidad de reconocer el modo en que nuestras emociones afectan a nuestras acciones y la capacidad de utilizar nuestros valores como guía en el proceso de toma de decisiones. Las personas dotadas de esta competencia: Saben qué emociones están sintiendo y por qué; en este sentido es innegable que las emociones juegan un rol esencial en la forma en que nos comunicamos y relacionamos en todos los contextos de nuestra vida. En muchos sentidos es la manera de sentir, más que la forma de pensar lo que nos motiva a comunicarnos y tomar decisiones, este "pensamiento intuitivo" que reacciona , por ejemplo, a las señales no verbales controladas emocionalmente en la interacción con otros. La conciencia emocional es factor clave en el modo en que comprendemos el mundo como seres sociales y gregarios, y en cómo estos nos comprenden (empatía).Determinando en un primer plano la capacidad para reconocer nuestras emociones, identificarlas y ponerles un nombre (etiquetar). Esto significa, ante todo, la posibilidad de experimentar y reconocer múltiples emociones, sentimientos y estados de ánimo. También implica que la persona domina un vocabulario emocional suficientemente rico que le permite expresar exactamente lo que siente. Sin embargo, la conciencia emocional va más allá del reconocimiento y la capacidad denominar la emoción, en un plano más profundo también implica comprender cómo impactan en nuestros comportamientos y pensamientos. Además, implica saber qué estamos sintiendo y porqué, encontrar la causa de esos estados. Ante la pregunta si ¿es factible el desarrollo de nuestra conciencia emocional? La respuesta es absolutamente afirmativa, ya que no nacemos con una conciencia emocional predefinida, esta se va desarrollando poco a poco, a medida que vamos experimentando nuevas emociones y los adultos que nos rodean nos ayudan a etiquetarlas y gestionarlas. Desgraciadamente, en muchos casos ese aprendizaje no se produce y la conciencia emocional se atrofia. Eso no significa que la persona no sea capaz de experimentar muchísimas emociones y sentimientos, sino que no es capaz de reconocerlos y, por ende, le resulta mucho más complicado gestionarlos. En este contexto la inteligencia emocional nos brinda las herramientas necesarias para comprendernos a nosotros mismos y a los demás, y leer los mensajes reales que se nos están comunicando. Aunque perece simple conocer nuestros propios sentimientos, muchas personas ignoran o tratan de ocultar las emociones fuertes o como diría Baruj Espinoza "las pasiones tristes"como la ira y el miedo. No obstante, la habilidad de comunicar depende de los sentimientos. Si le tememos a las emociones fuertes o insistimos en comunicarnos sólo a nivel racional, tendremos dificultades en relacionarnos efectivamente con los demás, resolver problemas y conflictos en forma creativa y con pensamiento crítico, o construir relaciones afectivas y profundas, basadas en el real respeto por los demás como seres valiosos y legítimos...