Escandalosamente ausentes en los pasillos del poder
Estar, elegir, decidir, tomar acción, ser visible, un músculo que pongo en acción en cada taller y mentoría. (Foto intervenida deAndrea Piacquadio)

Escandalosamente ausentes en los pasillos del poder

Esta semana participé en varios eventos en los que las mujeres fueron protagonistas y en los que, una vez más, se habló de si vamos mal o bien y cuántos años faltan para que alcancemos una cifra realista de mujeres en puestos de decisión. Y he vuelto a sentir que mi urgencia colisiona con la paciencia general. El próximo miércoles 29 volveré a preguntar un grupo de mujeres con ganas de cambiar su estatus ¿Dónde estamos cuando se deciden las cosas?

Soy reacia a cargarlas de culpas, pero sí me gusta sacudirlas, disparar sus mejores sueños y que entiendan que hay decisiones que debemos tomar.

Y que no podemos dejar en manos de la sociedad y de las empresas en las que trabajamos y nos desarrollamos profesionalmente, la decisión sobre el ritmo de nuestros pasos.

¿Por qué tenemos menos mujeres líderes en espacios políticos, corporativos, públicos y sociales?

Aunque sé que las estadísticas son las que nos ponen los dientes largos -y a mí especialmente me remueven y me enfadan- tengo la conciencia de que por momentos los números bailan y se divierten a nuestra costa arrojando porcentajes que provienen de lecturas sesgadas de la realidad. ¿Faltan 39, 65, 100, 200 o 300 años para la igualdad real?

Lo mismo pasa con las barreras al liderazgo femenino en las empresas donde son los sesgos inconscientes (45%), la dificultad para equilibrar la vida profesional con la personal y familiar (30%) y la falta de reconocimiento en las tareas realizadas (23%), son los valores aproximados que aparecen como determinantes para que el avance no sea el que precisamos.

¿En qué pintamos las mujeres? ¿Qué pensamos? ¿Qué hacemos? ¿Cuánto ponemos en entredicho?

Muchos mitos que derribar

Por eso quiero enfocarme en algunos mitos que existen alrededor del liderazgo femenino, y que responden a prejuicios sociales, culturales y de género que perpetúan ideas erróneas sobre las capacidades y el potencial que las mujeres tenemos como líderes.

Demasiado emocionales para ser buenas líderes

Cuando hablamos de las emociones y el género, debemos tener en cuenta un factor fundamental: no se nos enseña a vivir de la misma manera. Y la educación que nos dieron, esa que recibimos desde nuestra infancia suele pesarnos y dictar cómo debemos ser y comportarnos en función de nuestro sexo, qué patrones debemos seguir y a qué debemos dar prioridad.

Entonces, puede que algunas mujeres hayan explorado mucho más su lado sensible (como también puede haberlo hecho algún hombre) pero eso no significa que las emociones y la razón estén en una batalla constante.

De hecho, saber identificar y manejar bien las emociones es genial para ser líderes de primera línea. Ese liderazgo que de verdad inspira.

Las mujeres debemos actuar como hombres para liderar con éxito

Percibir el liderazgo como un rasgo masculino es una actitud bastante normal. Este tema lo abordamos en unos de los desayunos de Red Wise Cómo llegar al poder sin ser un hombre blanco inspirado en el libro de Nuria Labari: “El último hombre blanco”.

Debemos ser humildes, el trabajo hablará por sí solo

El éxito no solo se basa en lo que hacemos, sino también en nuestra capacidad para comunicar nuestras fortalezas y logros de una manera categórica.

La promoción personal y la autopromoción tienen peso en el avance profesional. Ser capaces de articular claramente nuestros logros y habilidades, puede marcar la diferencia en la toma de decisiones sobre promociones, asignaciones de proyectos y desarrollo de carrera.

No se trata de arrogancia, sino de reconocer nuestro aporte y ponerlo en valor allí donde estamos.

Esta habilidad es aún más crucial en roles de liderazgo, donde la capacidad para comunicar una visión convincente y motivar a otros es igual de importante que la ejecución del trabajo en sí mismo. La humildad puede ser una cualidad admirable en un líder, pero también es fundamental poder expresar nuestra visión y motivar a nuestro equipo hacia el logro de objetivos comunes.

En busca de nuestros colores

Tanto en charlas, como en procesos de mentoring o en mis talleres, suelo recomendar a cada una de las mujeres que me escuchan, que es preciso que vayan con sus propios colores.

¿Es más habitual que los hombres sean más directos y orientados a la solución de problemas? ¿Tenemos las mujeres un enfoque más colaborativo y centrado en las relaciones? Es probable.

Aunque conozco casos inversos, es verdad que el patrón se sostiene. Esto incide en cómo hombres y mujeres hablamos sobre nuestras #fortalezas y #habilidades, y por lo tanto, influye en cómo nos perciben.

Que nuestro trabajo hable por sí mismo es admirable, pero no podemos subestimar el poder de la promoción personal y la #comunicación. Si comunicamos nuestras fortalezas con #confianza y #autenticidad, podemos abrir nuevas puertas y avanzar de manera significativa.

Me gusta que sea un hombre, António Guterres, secretario general de la ONU, quien alerte: “En todos los países, las mujeres están escandalosamente subrepresentadas en los pasillos del poder y en las salas de juntas de los negocios”.

Escandalosamente. Me gusta que se usen términos fuertes para nombrar aquello que ya deberíamos haber superado. Las palabras nos definen, nos hacen visibles, nos movilizan.

¿Y tú qué crees? Me encantará que amplíes mi mirada con la tuya. Y saber que estas palabras, las mías, te han provocado preguntas o te han movilizado.

Me harías feliz.

María José Sánchez Yago · Liderazgo Humanista

Liderazgo Humanista · Speaker internacional, escritora y C-Coach de alta dirección · Preparo a personas, equipos y empresas a afrontar con éxito sus retos · Ing. de Teleco y psicóloga · Premio PIONERA_IT 2023

7 meses

Escandalosamente ausentes!!! Tremendo el título, tremendas las verdades que arrojas. Que la colaboración sirva para tomar mejores decisiones, no para ausentarnos de ellas. Gracias Mercedes Wullich por recordárnoslo con naturalidad, sentido de urgencia y claridad.

Andrea Ares Urciuoli

Directora Comercial | Seguros y riesgos | Liderazgo | Sostenibilidad | Igualdad | Responsabilidad social | Confianza

7 meses

Querida Mercedes Wulllich, tu artículo es un llamado necesario a la reflexión sobre el liderazgo femenino. Resaltas con fuerza la urgencia de ocupar espacios de decisión y la necesidad de romper con los prejuicios que limitan nuestro potencial. La manera en que abordas los mitos y las barreras nos motiva a muchas a desafiar el status quo y a reconocernos como líderes capaces y valiosas. Me gusta especialmente tu enfoque en la promoción personal y en la comunicación efectiva como herramientas esenciales para el avance profesional. Gracias por tu compromiso y por ser una voz tan potente! Un abrazo, Andrea

Antonio Angel Camerano

Consultor de sanidad (Profesional independiente) - MD - MSc - PhD - EQUIPO de Coaching, Capacitación y Consultoría

7 meses

Añadido a la agenda

Eva Diaz Claver

Cofounder STEM Women Congress

7 meses

Tus palabras las hago mías Mercedes. Firmemente creo que en derechos humanos hay que empezar a pasar de la buena voluntad a los hechos. Hablabas de las cifras y estoy de acuerdo que las proyecciones siempre se pueden manipular, por eso apelo a la honestidad y a los datos reales para conseguir una visión realista de cuáles son los problemas. Solo si medimos podremos crear un cambio real. Quizás existe una parte naive en aquellos que trabajan/trabajamos por los derechos humanos, la igualdad de oportunidades, etc por dejarnos llevar por las emociones y la pasión, y creo definitivamente que deberíamos añadir a éstas una parte analítica y muchísima pedagogía para incorporar el data science como un recurso para ser más eficientes y evitar que nos manipulen.

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