Esperanza

Esperanza

No hace más de 48 horas el mundo despertó de luto por el terremoto de magnitud 7,8 escala de Richter en Turquía y Siria, a menos de 24 horas el trágico saldo de vidas humanas extinguidas va por las 15.000

Este fenómeno geológico devastador destruyó miles de edificios, provocando una situación humanitaria desesperante para muchísimas personas.

Las imágenes de destrucción son aterradoras: ciudades enteras enterrada bajo los escombros.

Solo si hacemos dos minutos un ejercicio de empatía, solo así, quizá podamos entender esto que solo es una triste noticia al otro lado del mundo, por un minuto imagina que la niña “Luz” de cuatro años, encontrada viva entre la oscuridad de los escombros es tu hija, tu hermana, tu nieta, solo imagina que la niña sin nombre recién nacida encontrada enterrada y aún con vida unida a su madre a través del cordón umbilical, única sobreviviente de toda su familia, quien nació unos minutos antes, es miembro de nuestra familia (ahora todos extintos baja toneladas de escombros). Por unos minutos cuando esta noche sientas frio por la lluvia, piensa en todos aquellos sobrevivientes que están sin casa, afuera, desolados, sin familia, sufriendo situaciones que aún no entendemos por qué el nivel de experiencia posiblemente supere nuestra realidad.

Sin embargo, entre esta tragedia, la esperanza de la humanidad resurge. Esto se ha visto reflejado en los niños rescatados de los escombros de los edificios derrumbados. Estos niños son un símbolo de fortaleza y sobrevivencia como especie.

Este trágico suceso nos ha traído una importante lección: el respeto a la naturaleza y a nuestros semejantes. Esto es algo que debemos tener en cuenta para evitar situaciones similares en el futuro. Hemos de saber que somos parte de un mismo todo, y que el daño que le causamos a la naturaleza nos afecta a todos de una forma u otra.

También es importante recordar que el sufrimiento humano no es algo que deba ser ignorado. Ante esta desgracia, debemos unirnos para ofrecer ayuda a quienes más lo necesitan. Es nuestra responsabilidad, como seres humanos, hacer todo lo posible para mejorar la situación de aquellos que han sufrido esta tragedia.

En definitiva, el terremoto que ha azotado Turquía y Siria nos ha dejado una importante lección: “la necesidad de respetar a la naturaleza y a nuestros semejantes, y de actuar por encima de nuestras limitaciones semánticas, políticas, pragmáticas, sociales, culturales, religiosas, raciales, y toda la sarta de "conceptos-creencias-inventos" humanos creados y aprendidos a lo largo de nuestra existencia, repito, para actuar de forma solidaria con quienes más lo necesitan.

Los niños rescatados de los escombros son una señal de que la esperanza de la humanidad sigue intacta”

 

Josue Rodriguez

Director Ejecutivo

Inspire Talento Humano

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