ESTILOS DE PENSAMIENTO Y CAMBIO
(Tercera entrega)
Continuando con la reflexión sobre la importancia fundamental de gestionar asertivamente el cambio, apareció la necesidad de entender la razón por la cual, a pesar del alto costo biológico que éste genera en el cerebro (Los costos biológicos que nos genera el cambio. Entrega 2), las personas terminan asumiendo una de las tres diferentes actitudes frente al cambio PRO = Perdida, Renuncia u Oportunidad (Los costos de la renuncia silenciosa. Entrega 1).
¿Qué hace que una persona elija actuar de una u otra manera ante el cambio, aunque instintivamente sea considerado por el cerebro como una amenaza?
Como seres humanos sentimos, pensamos y actuamos de maneras diferentes de acuerdo a nuestra herencia, nuestro entorno, nuestra historia de vida, etc., sin embargo, también existen los órganos y los sistemas de nuestro cuerpo (biología) que nos hacen actuar similar en algunas contextos; entre ellos el neocórtex que es el área del cerebro desarrollada más recientemente y que según muchos científicos entre ellos el psicólogo suizo Carl Jung, quien propuso la ley de la dominancia, que plantea que cada uno de nosotros nace con un modo de pensamiento naturalmente preferido, con mayor velocidad y eficacia, debido al número superior de conexiones neuronales en una de las cuatro (4) zonas del cerebro (Frontal Izquierdo, Frontal Derecho, Posterior Derecho y Posterior Izquierdo), divididas anatómicamente por una fisura longitudinal y otra fisura trasversal.
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Entendiendo cómo este planteamiento influye en la actitud que asumimos ante el cambio, podemos deducir que si el cerebro inicialmente interpreta el cambio como una amenaza y reacciona de manera instintiva (protegiéndose) para enviar después la información a la zona límbica y al neocórtex, entonces debe existir en alguna de estas dos zonas un mecanismo capaz de re-interpretar dicha información, permitiéndonos pasar de asumir el cambio como una amenaza, a asumirlo como una oportunidad de crecimiento y aprendizaje. Para el modelo de gestión del cambio que estoy compartiendo a través de estos artículos, son los diferentes estilos de pensamiento, el mecanismo que nos permite re-interpretar la situación de amenaza.
Estos estilos de pensamiento son retomados por la doctora Katherine Benziger, con los cuales crea un modelo de desarrollo humano fundamentado en las cuatro áreas especializadas funcionalmente de la corteza cerebral y sus potencialidades. El modelo Benziger se basa en que cada persona tiene una preferencia específica, esto es que percibe la realidad ágilmente según lo que su cerebro necesita ver y escuchar, para así hacer eficientemente las tareas que su preferencia maneja con un menor consumo de oxígeno que es la energía propia del cuerpo humano, generando un estado de fluir que es claramente identificado por nosotros.
Cada uno de nosotros nace con un modo claramente preferido que vale la pena identificar y saber orientar hacia el logro de cualquier objetivo propuesto, que en nuestro caso es gestionar eficientemente un proceso de cambio.
El modelo Benziger permite identificar el estilo de pensamiento natural que, en algunos casos, puede llegar a ser muy diferente a las competencias que hemos desarrollado a lo largo de la vida por diferentes circunstancias. Conocer nuestro estilo de pensamiento también permite identificar con evidente claridad, la manera en que filtramos la información captada para crear planes de acción verdaderamente efectivos que nos permitan gestionar el cambio exitosamente.
Aunque como seres humanos no podemos ser determinados de una única manera, y nuestra forma de interpretar el mundo está influida por infinidad de factores, cada nueva teoría aporta mayor comprensión del comportamiento humano y BENZIGER nos propone conectar con nuestra verdadera esencia, o nuestro estilo de pensamiento natural.