Esto es lo que hago para vivir hasta los 120 años

Hoy quiero hablarte sobre cómo vivir hasta los ciento veinte años.

Cuando el doctor David Sinclair pregunta en una conferencia quién desea vivir hasta los ciento veinte años, la mayoría de asistentes se queda en silencio.

Sin embargo, cuando pregunta quién desea vivir hasta los ciento veinte años con energía, salud y vitalidad, la mayoría de las personas levanta la mano.

Y es que cuando alguien piensa en vivir más allá de los ochenta años, suele tener la idea de una persona con dolores, sin energía y dependiente de otros.

Con esa visión de la longevidad, es entendible que la perspectiva de vivir más tiempo no sea atractiva.

Y que, por ende, no lo tengamos como parte de nuestros objetivos.

Pero cuando la vemos como una oportunidad para tener más tiempo para lograr nuestras metas y compartir con las personas que amamos. Entonces la longevidad puede generar ilusión.

En mi caso, años atrás, en un workshop que llevé en Los Ángeles, tomé la decisión de establecer como objetivo vivir hasta los ciento veinte años.

Unos años después conocí a quien sería mi esposa. Le compartí mi meta y ahora compartimos ese mismo objetivo.

En este artículo, sin ánimos de reemplazar el expertise médico, nutricional o los avances científicos que hay alrededor de la longevidad:

Quiero compartir contigo cinco aspectos de mi plan para vivir hasta los ciento veinte años con energía, salud y vitalidad.

Mi enfoque será práctico y aborda las decisiones, acciones y perspectivas que tengo alrededor de la longevidad para mi propia vida.

1. Estar cada vez más en paz con mi propia existencia

Esto puede sonar extraño, pero si vivir implica un alto nivel de sufrimiento, es natural que la expectativa de vivir más lejos no sea visto como algo positivo.

Para estar en paz con mi existencia me refiero a fortalecer mi capacidad emocional para disfrutar de las cosas que me rodean y apreciar mi propia vida.

Y, por supuesto, fortalecer la resiliencia para afrontar los problemas y los desafíos que la vida misma trae.

Esto incluye la capacidad emocional para encontrarle sentido a aquellas cosas que, por momentos, parecieran no tenerlo.

En la medida en la que logre hacer de la vida una experiencia llevadera y por qué no, satisfactoria, entonces la voluntad, la ilusión, tendrán un espacio.

Para ello, trabajo en fortalecer mi salud mental.

Algunas de las cosas que más me han ayudado para eso ha sido:

1. Hacer mi diario de victorias, reconocer diariamente logros del día y poder encontrar satisfacción en las pequeñas cosas en las que logro avanzar. Y reducir así la culpa que puede llegar por sentir que no estoy avanzando lo suficiente.
2. Pedir ayuda profesional, asistir a un psicólogo, llevar terapia y tener un espacio en el cual pueda expresar lo que siento y, sobre todo, tener una perspectiva de cómo trabajar en algunas cosas difíciles del pasado.
3. Nutrirme de diferentes autores, que tienen una perspectiva científica y adecuada, y a la vez positiva de la psicología humana. Cuidando de no caer en un positivismo tóxico.
4. Conocerme cada vez más y ser cada vez más fiel a mí mismo, a lo que me incomoda, a lo que me emociona, a lo que me frustra, a lo que se me dificulta, a lo que se me hace fácil. Lejos de juzgarme, se trata de aceptarme, aprovechar mis fortalezas, encontrar formas de sobrellevar mis debilidades.
5. Buscar mantener una perspectiva positiva de las cosas. Para eso evito ver noticias, ver videos virales negativos de las redes sociales. Me enfoco en generar, conversaciones productivas, sin que esto implique minimizar las emociones o rechazar las emociones de los demás o negar la realidad.
6. Caminar. En muchos momentos, para mí, caminar ha sido una oportunidad para calmarme, una oportunidad para repensar las cosas o simplemente un momento para planificar la semana. Por esa razón, caminar ha sido, y es, una herramienta útil para mi gestión emocional.
7. Anotar mis ideas y mis pensamientos. Mi mente todo el tiempo me da ideas sobre cómo podría mejorar algo, sobre cómo podría implementar algo nuevo y eso puede ser abrumador. Llevar una lista de notas de lo que está en mi mente me permite descargarla y sentir mayor sensación de tranquilidad.

2. Construir un matrimonio sólido

Las relaciones son probablemente una de las áreas más complejas para las personas.

Como ser humano, hay muy pocas cosas en las que he encontrado mayor dificultad que las relaciones interpersonales.

Siendo, por supuesto, la relación de pareja una más de ellas.

Creo que la relación de pareja puede ser la fuente de satisfacción y entusiasmo más grande que tenemos en la vida.

Y, a la vez, puede llegar a ser la fuente de mayor frustración, aislamiento, soledad y dolor emocional.

Yo aspiro a que mi matrimonio sea lo primero, y no lo dejo a la suerte.

Si bien no puedo controlar lo que ocurre, busco poner lo que esté a mi alcance para contribuir a lograr la mejor versión de matrimonio que quiero crear.

Para eso, un principio básico que me ayuda es poner mi matrimonio como una prioridad.

Eso implica muchos aspectos, pero algunas de las cosas más importantes son:

1. Aprender a ser un mejor esposo. No nacemos sabiendo cómo lograr eso, pero afortunadamente nacemos teniendo la capacidad de aprender. Y si bien puede no ser sencillo, si tenemos la voluntad, poco a poco, vamos encontrando las herramientas y el conocimiento.
2. Tomar decisiones que nos fortalezcan como familia. Independientemente del potencial de un proyecto actividad o negocio, si impacta negativamente en la confianza, en el vínculo o, en general, en la relación matrimonial, entonces la respuesta es un no definitivo.
3. La transparencia matrimonial es otro pilar importante. Desde la transparencia financiera hasta la emocional es un pilar en el que busco trabajar para nutrir el matrimonio. Cuando empezamos a ocultar información, incluyendo emociones, empieza el distanciamiento.

Amo a mi esposa, y me importa mi matrimonio. Esa es razón suficiente para hacer todo esto.

Pero los beneficios que genera en la salud el hecho de tener una buena relación, son indiscutibles.

Diversos expertos han encontrado que relaciones saludables de pareja no solo mejoran la calidad vida, sino que, además, mejora la salud física.

3. Apostar en mí

El tercer componente tiene que ver con apostar en mí, que se relaciona a dedicar recursos, tiempo y dinero, a desarrollar nuevas habilidades.

A aprender cosas nuevas, a afianzar mi carrera profesional, a encontrar maneras de aportar valor a mis clientes.

También se relaciona a seguir mis intereses personales y en trabajar, en hacer cada vez más tangible mis objetivos profesionales.

Específicamente, apuesto en mí para poder:

1. Tener un propósito vivo, un propósito que me entusiasme, que me emocione, que llegue el lunes con ilusión de afrontar lo que está por venir.
2. Generar una fuente de ingresos cada vez mayor, que mejore mi calidad de vida y me brinde los recursos para afrontar las demás áreas de la vida.
3. Estar vigente, asegurar relevancia en un futuro laboral cambiante y siempre tenga algo de valor que ofrecer al mercado.

Para esto, yo asigno entre cuarenta y cinco y cincuenta horas todas las semanas, y me centro en hacer esas horas lo más productivas posible.

Durante ese tiempo me enfoco en avanzar en mi carrera profesional, luchando con la procrastinación, la distracción y la dispersión.

Para poder centrarme en lo que es importante para lograr esta meta y aplazando, a veces con nostalgia, otro tipo de actividades.

Y es que si no continuamos siguiendo nuestro propósito y asumimos que lo mejor ya pasó, entonces dejamos de crecer.

La longevidad requiere que estemos activos, pensando siempre en nuestro siguiente mejor paso.

4. Ser más consciente de las consecuencias de mis decisiones

Hay una frase muy buena que viene de Steven Covey, que dice:

"Somos libres de tomar nuestras decisiones, pero no somos libres de las consecuencias de nuestras decisiones".

Cada decisión que tomamos tiene consecuencias.

Y si bien no todo está en nuestro control, sí hay cosas que podemos hacer para reducir la probabilidad de que algo negativo ocurra.

O, viéndolo desde el otro lado, hay acciones que podemos realizar para elevar la probabilidad de que lo que deseamos que suceda, sí ocurra.

Y, lamentablemente, a veces tomamos decisiones que lo único que hacen es elevar las probabilidades de que ocurra algo negativo.

• Desde ir a una reunión social, tomar un vino y regresar manejando.
• Pasando por cruzar caminando por la mitad la pista.
• Hasta no hacer los chequeos preventivos de salud.

Por esa razón es que, en la medida en la que seamos conscientes de las consecuencias de nuestras decisiones, nos irá mejor.

O, volviendo a las probabilidades, elevará la probabilidad de que nos vaya mejor.

Por mi parte, no es que haga cálculos matemáticos sobre las probabilidades de cada decisión que tomo, aunque no juzgaría quien lo hiciera

Pero sí busco evaluar de manera más consciente el impacto que tienen mis decisiones.

Tanto en mi negocio, en mis relaciones, en mi reputación, en mi salud y en mi vida en general.

5. Hacer de la salud una prioridad cada vez mayor

Como imaginarás, la salud cumple un rol fundamental en la longevidad. Estar bien de salud no es solo una cuestión de edad.

Aunque, por supuesto, algunos aspectos tienen que ver con la genética, muchos aspectos están más relacionados a tres áreas:

• La calidad y la cantidad de los alimentos que consumimos para nutrirnos adecuadamente. Esto incluye un buen nivel de hidratación
• El estilo de vida que llevamos para evitar cuidar nuestra salud y evitar enfermarnos. Desde un buen nivel de sueño, hasta los ejercicios.
• Qué tan pronto diagnosticamos y tratamos las enfermedades, cuando caemos en ellas. Anticiparnos y actuar rápido es clave.

Pese a la importancia de estos tres factores, con frecuencia son dejados de lado. Decimos que es importante, pero no invertimos recursos en ellos.

Hay una frase que dice: "Muéstrame tu calendario y en qué gastas tu dinero y te diré tus prioridades".

En mi caso, a nivel económico, busco invertir entre el diez al quince por ciento de los ingresos en cuidados proactivos de la salud.

A nivel de tiempos, cuando hay un tema de salud, haciendo mi mejor intento, me detengo y atiendo.

Si para ti es importante la salud, te invito a preguntarte:

¿Qué calidad de vida te gustaría tener y qué cambios tú puedes hacer para elevar las probabilidades de lograr ese objetivo?