FLAGSHIP STORES, QUE NO VENDEN NADA; davidnilo.com
e-commerce y buen posicionamiento
Desde hace ya algún tiempo, prácticamente la totalidad de fabricantes y grandes distribuidores, confían una parte considerable de su facturación y ventas, al e-commerce de sus respectivos sitios web. No es un hecho nuevo, nos gusta comprar a golpe de click, sin salir de casa, y utilizando dinero de plástico (elemento facilitador del comercio on-line, como ya comentamos posts atrás).
Las cifras hablan por sí solas, cada español, gastó alrededor de 1404 euros en comercio on-line durante el año pasado, cantidad que empleamos en cosas tan variopintas como viajes, ropa, apuestas, transportes…
¿Quién son los culpables de este ascenso vertiginoso del comercio on-line?, pues bien, los que más empujan son los denominados millennials, esa generación nacida en la década de 1990, que empieza a despegar económicamente, y cuyos hábitos de consumo, han variado de forma radical a las generaciones anteriores, quien atención personalizada, productos específicos con entregas rápidas, huyendo de modelos generalistas masivos (si Henry Ford levantase la cabeza…). A esta generación, le gusta moverse por placer, y no por obligación, es atrevida y decidida con los cambios, pero odian los tiempos improductivos y desplazamientos evitables.
Hace unos días, leí una noticia que decía que IKEA y Leroy Merlin, luchaban por los mejores locales de Madrid, lo cual, es fiel reflejo del claro efecto colateral del crecimiento del e-commerce, la drástica modificación de los canales de distribución.
Aunque así dicho parezca algo incoherente e inconexo, nos hace ver que las grandes cadenas competidoras (no sólo en el sector mobiliario, sino también en otros muchos), están compitiendo por establecer sus flagship stores en las mejores ubicaciones de las capitales. Flagship stores, que, en un futuro, no venderán nada, sino que quedarán relegadas a jugar un papel meramente marketiniano, donde atraer al consumidor, fidelizarle, enseñarle tu portfolio de productos, y redirigirle a la web, donde podrá adquirir su bienes y servicios deseados.
En este nuevo escenario, se empieza a hablar de SEM (Search Engine Marketing) y SEO (Search Engine Organization), términos utilizados para describir las tácticas usadas para mejorar tu posición en buscadores (SEO), y las campañas publicitarias (de pago) utilizadas en los mismos (SEM).
En esta tesitura, volvemos a ver el gran poder de las tecnológicas sobre el resto de los sectores. En este caso en concreto, de los buscadores (básicamente Google), que ostentan el poder de canalizar el tráfico a tu compañía, o de no hacerlo, de encumbrarte como retailer, o, por el contrario, sepultarte entre millones de resultados.
Estos, sientan las reglas de juego para establecer el orden en la “lista”. Estas reglas, atañen fundamentalmente a la organización de tus elementos web. Se premia el respeto a las mismas, y se dan las pautas para estar bien posicionado. No obstante, para evitar posibles ventajismos, Google cambia estos algoritmos de búsqueda unas 500 veces al año. Sean los primeros de la lista o no, seguiremos incrementando la facturación de e-commerce, con estos millennials seguro.
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