Formación Docente vs. Praxis

Una de las áreas más importantes en la investigación y #evaluación de la #calidadeducativa es el estudio del comportamiento #docente. También es una de las áreas más complejas, por su alto componente subjetivo.

En términos laxos el comportamiento humano se vincula tanto a las #experienciasdevida o praxis (pasado), como a las #expectativasindividuales (futuro).

Una parte importante de las experiencias de vida (por no decir casi todas) se obtienen en ambientes y bajo circunstacias "no formales" (la calle, el hogar, el día a día).

Una parte importante de las expectativas (por no decir casi todas) se forman en base a #interesespersonales y la búsqueda de la autorrealización, más que hacia el logro de #objetivos "institucionales".

Si esto es así, entonces el comportamiento de un individuo (en nuestro caso de un docente) se explicaría de "mejor forma" atendiendo a factores de #satisfacciónvital, más que con respecto a #eficiencia programática. Están de acuerdo conmigo?

Supongamos que usted comparte, al menos, mi inquietud; entonces deberíamos preguntarnos: por qué se hace énfasis en la explicación de logros educativos, a partir de la "calidad de los programas de formación docente"?

Hoy, igual que ayer, es crucial conocer cómo se vinculan los alcances (logros) educativos relevantes con la #acciónpedagógica y #didáctica del maestro en el #auladeclases, sin embargo puede que la respuesta no está donde la buscamos (usualmente).

No obstante, y a pesar de extensos esfuerzo de investigación realizados hasta la fecha, aún solo vemos la punta del iceber.

Entonces, aunque no hay que negar la importancia de la #formacióndocente, es realmente la misma "decisiva", en el alcance de objetivos y metas del #sistemaeducativo?

Más bien: es la formación docente el factor más importante para explicar la calidad de la enseñanza?, puede ser que no, por lo menos yo creo que no.

En sentido contrario hoy, comúnmente, se acepta la idea que la formación docente determina en gran medida el comportamiento de los profesores en el aula de clases.

También se afirma que un tipo específico de formación docente (#programaformativo), prepara para brindar una #enseñanza de “#calidad”.

De esta manera y basándose en la anterior idea los sistemas educativos y gobiernos hacen sus #planteamientosestratégicos y definen las #políticaseducativas nacionales.

Sin embargo, hasta ahora, la #investigacióneducativa como en general pasa en las #cienciassociales, no ha aportado datos concluyentes que justifiquen con certeza la mayoría de los mecanismos de formación docente utilizados.

Otra curiosidad es que en la investigación educativa el #factorhumano del #docente se ha abordado muy poco, especialmente con respecto al #cambiodeactitud de los #alumnos. 

Gran parte de las investigaciones sobre la formación docente llevadas a cabo se han centrado en las etapas de #formacióninicial e incorporación de los profesores a la #vidaprofesional.

Otro aspecto reiterativamente abordado es el #reciclaje, #actualizaciónprofesional o formación permanente de los docentes (Cerdán Victoria, Jesús et al, Investigación sobre el profesorado II, 1993-1997, pp 41).

En general, podemos afirmar que aparentemente la inquietud de los tomadores de desiciones en el ámbito educativo, hasta ahora, ha sido cómo garantizar el "perfeccionamiento de habilidades docentes", a través de programas de formación?.

En una extensa, pero no exhaustiva, búsqueda de información al respecto, he encontrado que muy pocos estudios abordan aspectos como las necesidades de los docentes, sus #expectativaspersonales, #aspiracionesprofesionales o elementos de su #autorrealización.

Dichos aspectos pueden estar fuertemente relacionados (de hecho existen evidencias), con la actuación o conducta docente en el aula de clases y con el logro de determinados productos educativos, como el rendimiento académico o la eficacia escolar.

Por ejemplo, Avalos y Haddad (1981) ya intentaron hace algún tiempo identificar variables relacionadas con el maestro, que pudieran asociarse con cambios en la "situación docente, de los estudiantes, de la escuela y la comunidad".

Aunque el debate está abierto hay luces al respecto. En su estudio (idem) Avalos y Haddad dividieron las variables en dos grandes grupos: "#característicasdelmaestro y "#características de la escuela".

Esto trataba de corregir el hecho que la mayoría de las investigaciones, hasta esa fecha, consideraban los antecedentes contextuales del maestro, sus #actitudes y comportamiento en el aula, pero muy pocas relacionaban dichos factores con los resultados y #cambiodeactitud de los alumnos.

Aunque actualmente hay muchas evidencias que demuestran la importancia del contexto social y familiar en los resultados educativos de los alumnos, no muchas investigaciones toman en cuenta el aspecto humano particular del docente.

Como escribió Justa Ezpeleta (1989) en un estudio sobre la situación de los maestros en Argentina, indicó: “...siempre se ha pensado en un maestro "abstracto" sin condicionamientos sociales, ni aspiraciones o proyectos personales...”.

Precisamente ese puede ser uno de los mayores errores del sistema educativo, y de la sociedad en general.

Hoy sabemos que innegablemente la función docente tiene un peso crucial en los rendimientos escolares, aunque, en general, cuando se habla de función docente realmente se hace referencia a un conjunto de factores que podemos llamar "objetivos", es decir elementos de competencias "verificables objetivamente".

De esta manera, los factores más subjetivos y por ello menos aprehensibles, permanecen relegados de los informes de investigación y de los escritorios donde se firman los planes e instrumentos de políticas públicas.

Queda mucho por determinar, puesto que una variable como "expectativas de los docentes", solo es una de muchas que pueden actuar incluso con igual significancia que "formación docente".

Igualmente es necesario anhondar en los mecanismos de autorrealización personal y valoración social, que más allá del entrenamiento docente y los paradigmas metodológicos, influyen de manera decisiva en el comportamiento de los docentes, en la motivación de los alumnos y luego en el rendimiento y logros académicos.

Hoy es como todos los días un buen día para recordar a grandes maestros como mi padre o como otro gran maestro mío Arturo de la Orden (1998), que al remarcar la importancia de los docentes y su particular característica de ser el único ente del sistema educativo con el dominio de todos los procesos pedagógicos importantes, siguen siendo la clave de la excelencia educativa.