"Ganarás el pan con el sudor de tu frente"

Como afirmó Roy Disney, "no es difícil tomar decisiones cuando uno sabe cuáles son sus valores"; dicho de otra forma, todo es más fácil para una persona u organización cuando tiene claros sus valores, porque estos son como las vías del ferrocarril, que guían al tren sin necesidad de que su maquinista tenga que preocuparse. Le permiten circular con eficiencia y agilidad.

No es fácil, sin embargo, tener claros los #valores en una gran organización, y menos aún convertirlos en una visión compartida. En nuestro caso, a pesar de avanzar hacia una organización mejor, nunca hemos conseguido llevar a cabo una profunda reflexión sobre este tema que considero clave.

Mi madre tuvo muy claras algunas ideas básicas, derivadas de un pasado difícil, pero jalonado de decisiones valientes. Siempre trató de ser justa e imponer la verdad, en ocasiones incluso por encima de sus propios intereses. No cabía la especulación y todas las personas debían aplicarse la bíblica sentencia de Dios a Adán: "Ganarás el pan con el sudor de tu frente". Se la aplicaba a ella, a pesar de la penitencia que llevaba a sus espaldas. Mi padre, en cambio, en ocasiones se dejaba llevar, al igual que hiciera Adán, por la tentación de la manzana prohibida, es decir, del negocio rápido y fácil, algo de lo que mi madre siempre desconfiaba. A menudo ella nos recuerda cómo los primeros 10 millones de pesetas que obtuvieron de beneficio en la empresa, a mediados de los setenta, los invirtió mi padre en bolsa, o más bien, como se decía entonces, "se los jugó". En la crisis de finales de esa década los perdió prácticamente todos, pues la mayoría de las empresas en las que invirtió eran valores puramente especulativos que acabaron en bancarrota.

Para ella era básico entender en qué invertía y, sobre todo, que fuera tangible. Aunque el tiempo no siempre le ha dado la razón, he de reconocer que gracias a su forma de pensar y actuar conservadora hemos sobrevivido: en los años setenta había cientos de empresas en nuestro sector y hoy casi se cuentan con los dedos de las manos. Ella se mantuvo siempre fiel a sus #principios, que dejó grabados a fuego en nuestra cultura empresarial. Tanto que, cuando hemos necesitado realizar algún cambio, no ha sido nada fácil cuando este contradecía alguno de aquellos valores.

Acreditada la importancia de los valores, dedicar tiempo a ellos debe incluirse en nuestra agenda; para ayudarnos a tomar mejores decisiones, y para apoyarnos en ellos tomándolos como #pilares en los que mejor podremos construir nuestro futuro. Los valores son los auténticos pilares de una organización. En ellos debe basar su futuro. ¿Compartís esta reflexión?