Geometrías para una educación resiliente
¡¿Qué puedo aportar a la educación?!
Hace unos meses, la gran María Laura Conte @creandopuentes me invitó a ser oradora en “La nueva matrix educativa”, el V Congreso de Coaching Educativo y Neuroeducación. Sabía que iba a estar de licencia maternal pero… ¡no quise perdérmelo! Estar en foros de educación es un honor, un lujo, un regalo (sí, así de florido).
La hoja en blanco me suele generar dudas; la posibilidad de aportar un granito de arena en el mundo educativo, una responsabilidad enorme. ¡¿Qué podía hacer con los 45’ de charla?! El año pasado había compartido tips para el aula y para las escuelas: aterrizados, concretos, aplicables. ¡¿Tenía sentido seguir en esa dirección?!
Tal vez era hora de salir del metro cuadrado y abrir la conversación al “sistema”, al “futuro”, “y al proceso de construcción”. Tal vez era hora de romper el formato charla y aventurarme a otras formas participativas de entrar en tema. Ya lo hice en otros foros y sé que es arriesgado: cuando busco involucrar a los otros, puedo poner todas las ganas del mundo pero… ¡la última milla siempre está en manos ajenas!
Pensé que del otro lado había educadores que cada día invitan a otros a salir del espacio de confort, a reflexionar, a aprender, ¡¿por qué no habrían de animarse a hacerlo ellos?! Por otra parte, los primeros 5 oradores habían hablado de distintos temas que estaban en mi mente (y con los que suelo trabajar): la necesidad de ser protagonistas y hacernos preguntas; la importancia de ver el sistema y trabajar de forma colaborativa; la experiencia como forma de aprendizaje y las emociones. Tal vez si yo los invitaba a vivirlo “ao vivo” me convertía en un buen complemento…
Así que antes de compartirte el resultado de “mi propio ejercicio”, tengo una pregunta: ¡¿te gustan las charlas / espacios que te invitan a hacer ejercicios o te incomodan?!, ¡¿preferís escuchar y tomar nota?!, ¡¿cuál es tu zona de confort?! (¡¿Me contás tu respuesta?!)
Los mocos no son lo que eran (o cómo el mundo cambió)
Hacé memoria y pensá en algún compañerito que hayas tenido que siempre iba al cole con los mocos colgando. ¡¿Te viene alguno a la cabeza?! Hasta hace no tanto tiempo, ir al cole con mocos era algo "normal", nadie se perdía un día de clases por ello. En el año 2021 los mocos son otra cosa.
Hace dos semanas llegó un WhatsApp del colegio: había un sospechoso de COVID19 en la sala de 4 y se desactivaba la burbuja. Recibimos un correo con los datos para el Zoom del día siguiente y reorganizamos la logística familiar. A la hora, supimos que el PCR sospechoso era negativo y recuperamos las clases presenciales. Asombroso e impensable despliegue en el mundo pre-pandemia que me lleva a preguntarte...
La búsqueda de la nueva normalidad y nuevos protocolos es lógica: queremos sentirnos seguros, como quien llega a la orilla después de las olas pero... ¡¿esto nos ayudará para el mundo que viene?! ¡¿Es una nueva y aggiornada "rigidez" lo que necesitamos?!
Uno de los conceptos más repetidos hoy es la "nueva normalidad" pero... ¡estoy convencida que necesitamos buscar "la nueva flexibilidad"!
¡¿Cuál es el reto de / en la educación?!
Nadie lo discute: la educación es una palabra que nunca falta cuando pensamos en el futuro pero la pregunta es ¡¿qué educación?! y, sobre todo, ¡¿cómo llegamos a ella?! La pregunta es cómo construimos una educación resiliente para un mundo incierto.
La educación tiene que ser "beta constante" y, para ello, necesitamos poner el foco en cómo construirla una y otra vez.
Por eso te propongo que nos aventuremos juntos. Y dejame hacerte algunas aclaraciones:
Ejercicio 1: Imaginemos el sueño + La escala
Cerrá los ojos. Si pensás en la educación de tus nietos o de las futuras generaciones, ¡¿cuál es tu sueño y en qué escala está?! ¡¿En el aula, en la escuela, en el sistema educativo?!
Solemos soñar en "grande", en términos de sistema y, cuando pensamos en nuestra capacidad de "mover el elefante", nos frustramos. La brecha (aparente o no) entre nuestra acción e impacto (insisto, seas director, profe, estudiante o "familia") y nuestros sueños nos deja cojos y el peligro de quedarnos en la queja es ¡gigante! Indignarnos no acelerará el proceso de construcción de la "educación del futuro".
Soy optimista: las revoluciones surgen (como siempre lo han hecho) "fuera de los palacios" y hoy pueden viajar más rápido y lejos que nunca. La escuela puede ser “líquida” y los límites entre adentro y afuera difuminarse siempre que haya voluntad. Tenemos las herramientas para dar vida a redes de todo tipo, más allá de nuestra comunidad educativa, más allá de nuestra geografía.
Tal vez deberíamos empezar a pensar (y hablar) en un sistema educativo líquido, tomando todos la responsabilidad del futuro de la educación y en vez de seguir cargando con toda la responsabilidad a la escuela.
Y los sistemas se hacen de conversaciones… ¡¿seguimos?!
Ejercicio 2: Dime sobre qué conversas y te diré quién eres
Necesitamos hojas y marcadores para trabajar ;)
Vas a dibujar un triángulo cuyos vértices tendrá las siguientes categorías:
Y vas ir colocando símbolos en la parte del triángulo que te dé la gana, como si fuera un mapa de calor...
Doble clic
Cuando tengas tu “triángulo-mapa”, miralo y escribí qué emoción te genera y al menos 3 conclusiones. ¡¿Lo tenés?! Ahora te propongo que pienses qué conversaciones no estás / estamos dando o con quién no estás / estamos intercambiando ideas.
Moraleja
Imaginar el futuro requiere abrir nuevas conversaciones con nuevos actores y, para ello, necesitamos parar y reflexionar, entender dónde estamos parados hoy. Probablemente este mapa sea fruto de lo conocido, de nuestra comodidad, de la inercia (más allá de que nos guste o no) (más allá de que nos quejemos o no). Muchos se quedarían a gusto en la indignación o buscando explicaciones, yo te invito que este ejercicio te ayude a moverte y a activarte.
Viralizando, que es gerundio
Ejercicio 3: Aprender a aprender juntos
El año de pandemia, puso sobre la mesa el debate sobre la educación en remoto y los modelos híbridos; la conectividad, las herramientas y la pedagogía; los vulnerables y el impacto del año sin presencialidad. Pero… Tengo un pero. Estos son temas relevantes, ¡sí! Pero hay más. El nuevo sistema educativo necesita repensar su “para qué”.
Ahora vas a dibujar los 3 círculos de las 3Cs (como en teoría de conjuntos)...
Eso sí, detrás de estas 3Cs hay unos ingredientes básicos: la confianza en uno mismo y los espacios de seguridad psicológica con otros. Si no están, no me / nos atrevo a experimentar, a dudar, a debatir, a…
Ahora, te invito que volvamos a la nomenclatura del triángulo e indiques:
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Acordate de compartirme la imagen :)
Aprender a aprender requiere ser curiosos, ser críticos (espíritu crítico), ser creativos.
En este nuevo “mapa” representaste qué hacés y que te falta para aprender a aprender en todos los niveles. Porque aprender es un reto de las personas pero también ¡de las organizaciones! En otras palabras, la pandemia demostró que vivimos en un mundo frágil y quebradizo. Tendremos que convivir con él y...
la única forma de “no caernos del mapa” será aprendiendo a aprender y potenciándonos con las máquinas (en vez de luchar con ellas).
Moraleja
Tan importante es (y será) el futuro del trabajo como el del ser (y de la sociedad). Aprender a aprender es lo que nos permite ser flexibles, resilientes y ¡¿felices?! (yo creo que sí).
Probablemente, si lo analizás en la dimensión personal e incluso en el aula, te sea algo cómodo o cercano pero… ¡¿qué pasa si lo analizás en la dimensión colectiva?!
El reto más grande del futuro de la educación y la educación del futuro es que el propio sistema aprenda. Para eso necesitamos que haya un juego colaborativo y basado en la confianza entre los distintos actores.
Y, aclaro: ¡ojo! Muchos tendrán una reacción inmediata: “no se puede”. Si te pasa, empezá a imaginar que puede ser de otra forma y recordá que las revoluciones nunca surgen desde el poder y el status quo. La educación del futuro es cosa de valientes: ¡en la escuela y más allá de ella!
Ejercicio 4: A caminar el futuro
Ya dibujamos y escribimos mucho. Ahora te invito a que te levantes y camines el próximo ejercicio. Puede parecerte raro o incómodo; te propongo un voto de confianza y que te aventures a sumar tu cuerpo (después me contás si valió la pena o no).
Te vas a levantar, vas a agarrar algo para escribir y vas a imaginar una línea que vas a recorrer. La vas a caminar de un lado a la otra y vas a imaginar 3 “estaciones”: pasado, presente, futuro…
* Si te animás, te invito a que lo hagas con dos variaciones, una centrándote en tu escuela y otra en el sistema educativo.
Doble clic: fijate qué apareció y qué reflexiones te suscita. ¡¿En qué esfera estás?! ¡¿Volvés todo el tiempo al pasado?! ¡¿Estás centrado en el presente?! ¡¿No hacés otra cosa que hablar del futuro?! ¡¿Fluís por y en los tres tiempos?!
Moraleja
Acabamos de incorporar un nuevo concepto: la educación ambidiestra. Una que se apoya en el pasado: definiendo qué hay que dejar ir (y honrar) y qué retener; se enfoca en el presente y su gestión; innova: sueña con el futuro y ¡lo crea! Todo a la vez.
El reto es enorme: la escuela nació para reproducir el orden y no para crear uno nuevo. ¡¿Cómo pasa de sostener el status quo a ser una organización que nos educa para la flexibilidad y el cambio constante?! ¡¿Cómo se convierte ella misma en una organización inteligente en la que todos aprenden a aprender juntos?!
Viralizando
¡¿Te animás a hacer este ejercicio con alguien más?! ¡¿En qué escala?! Si lo hacés, me contás cómo te fue...
Moraleja Bis
Por cierto, ¡¿notaste alguna diferencia entre dibujar y caminar?! La propuesta tenía una intención: pasar del papel que todo lo aguanta a poner el cuerpo y empezar a dar babysteps...
Ejercicio 5: Infinitas posibilidades
La previa
Cerrá los ojos y pensá qué emociones te traen las “preguntas” y cuáles las “respuestas” (de educación. Después recordá qué te han dicho a lo largo de tu vida sobre las preguntas y sobre las respuestas. Por último, revisá qué andás promoviendo vos en tus espacios educativos…
Los nuevos andares
Ahora que ya sabés de dónde viene esto del cuerpo, te invito a que sigas caminando un infinito imaginario a tus espaldas: dejamos la línea y pasamos al infinito. Si querés volver al dibujo, ¡estás en tu derecho! Dibuja un gran infinito en tu hoja :)
En cada paso que des vas a pensar qué nuevas preguntas se te abrieron hasta ahora y con quién las trabajarías. ¡Anotalas! Cada vez que apoyes tus pies pensá en una nueva pregunta: la más obvia, la más ridícula, la impensada, la que te enoja, la que te da esperanzas...¡la que quieras!
Imaginá cuáles son las infinitas preguntas que pueden abrirnos a infinitas posibilidades.
Para cerrar el ejercicio, ¡foco! Elegí una única pregunta que sea tu cosecha de todo este recorrido y definí con quién vas a intentar pensarla…
Moraleja
El sistema educativo asumió que tener la respuesta correcta era la clave de éxito y la mayoría de los mortales pasa la vida buscando alguien que le de respuestas y ¡un poco de seguridad!
En cambio la pregunta tiene mala fama. Intentamos evitarla: nos incomoda aunque venga de dentro nuestro o nos la traiga alguien más. Nos cuesta quedarnos en la pregunta, nos cuesta habilitar el espacio para ella. Pero… qué clase de curiosidad es aquella que no tolera las preguntas; qué clase de espíritu crítico es aquel que no le da tiempo a las preguntas.
En un mundo incierto necesitamos soltar la ilusión de que alguien puede tener todas las respuestas y creer que estas son lo más importante.
Crear el futuro va de la mano la educación del futuro. Hoy necesitamos viajar en preguntas, recordando que no hay experto con la bola de cristal ni píldora ni manual que pueda predecir lo que vendrá. Esto requiere trabajar nuestras creencias sobre las preguntas, dar lugar a la inteligencia colectiva y hacernos nuevas preguntas con otros. Necesitamos ser más creativos que nunca y para eso precisamos diversidad; la innovación necesita correr los límites y fomentar nuevas “mezclas”.
Viralizando
¡¿Te animás a crear nuevas preguntas sobre la educación del futuro con otros?! ¡¿Las compartís en este timeline?!
La madre de las moralejas: el contenido y el continente
Crear la educación del futuro requiere ir más allá de conceptos teóricos, aventurarnos a las múltiples emociones e ir progresivamente de menos a más:
Si llegaste hasta aquí espero que hayas notado coherencia entre el contenido y la forma. Tal vez no podamos cambiar todo pero sí podamos empezar a hacer distinto: en un artículo, en el aula, en la vida.
¡A la aventura, amigos!
#educación #futuro #linkedinarticuloslatam
Socia en Taller Organizacional
3 añosLa educación tan rígida aunque la “vendan” de mil maneras diferentes es algo que me desvela. ¡Súper interesante el ejercicio! Aún no lo termino porque da para mucho. ¡Gracias por la energía y por el impulso para salir de la inercia! Si me permitís, lo comparto.
Coordinadora del Departamento de Lenguas, Facultad de Filosofía y Letras. UCA. Coordinadora Académica. LEAPS.
3 añosAnalia Duarte
VISMA LatAm Talent Manager / Employee Experience Designer & Mentor / Change Designer & Mentor / Design Thinking / Author - Books Editor
3 añosSos muy grosa :)
RRHH, Gestión y Desarrollo de Talento IT, Co-Founder en Grupo Empresarial Eisei
3 añosGracias Melina Jajamovich, porque esto aplica perfecto también para las empresas! No hay ni manual ni bola mágica para saber que viene a futuro. Lo que si podemos es ser más creativos y fomentar nuevas “mezclas” que siguieres.
IDENT&KIT - Innovation | Lettering | Visual Thinking
3 añosExcelente! Un enorme placer escucharte, registrarte y ahora leerte. Imprescindibles ejercicios para repensar escenarios y repensarnos como actores en un tema que nos involucra a todos. Gracias Melina!